The reason. (Zayn Malik)

Capitulo 1.

De seguro terminaria el trabajo otro día, con todo el sueño que tenia aunque dedicara lo poco de noche que quedaba, no avanzaría en mi tareas, es más, de seguro me quedaría dormida cabezeando... Y no queria despertarme otra vez en la banca de un parque.

El viento soltaba una suave brisa que congelaba al tacto. Tenia frio. Tomé mis cuadernos y útiles, y los guarde en mi mochila.

-¿Muy ocupada en los estudios, _____?- Sonreí al identificar aquel tono de voz.

-No lo suficiente aún para impedirme quererte, Martin.- Dije corriendo hacia el para abrazarlo. Tomó mi menton y beso mis labios.- Hace mucho que ya no te veía por aquí...

-He estado algo ocupado con el trabajo.- Pasó su brazo por mis hombros  y comenzamos a caminar juntos en direccion a mi hogar.

-Estaba preocupada.

-¿Por qué, amor?

- Tenía... Miedo. De que te hubiera pasado algo.

-No te preocupes, no quiero verte afligida, además... Soy invencible.- DIjo tratando de bromear.

Comenzamos a reír. Eran momentos como aquellos los que yo realmente apreciaba, momentos en los cuales podias reír sin importar la m*erda en la que tu vida consistía, o en lo que se había convertido en el último tiempo, momentos en los cuales te olvidas de todos tus problemas y en los cuales te das cuenta de que sin importar lo difícil que sea sorportar el día a día, el cielo seguirá siendo de un mismo color azul claro todos los días, aun con todo lo frio y nubloso del clima, el cielo simpre será azul. Los días siempre serán igual de maravillosos.

Entrelazo sus manos, propiciándome un falso piso para poder escalar, di un salto y me aferré al techo de hojalata que sobresalía de  la construcción, impulsándome hasta subir y quedarme arriba.

-¿Quieres subir?- Pregunte más que nada por modales, de seguro a Ruth no le gustaria la idea de invitar personas a casa, menos cuando había estado fuera toda la tarde, y no habia hecho algún quiaser de la casa.

-No, está bien, nos vemos mañana preciosa.

-Que tengas una buena noche Martin.- Grite al despedirme.

Camine cautelosamente por las delgadas hojas de latón, tratando de hacer el mínimo ruido sin delatarme. Salté de un techo al otro, y asi unas cuantas veces más, me acuncliyé sobre mis propias rodillas para luego quitar la lamina de latón que sobresalía de manera poco notaria del techo. Coloqué ambas correas de  mi mochila en mis hombros, y luego me sujete de la viga más alta y proxima al techo, di un paso, quedando colgando tan solo de la fuerza que mi brazo seria capaz de soportar, coloque de  nuevo la lamina de latón en su lugar, me solté de la viga, cayendo estrepitosamente a la fría ceramica a pesar de  sostenerme en punta de pie. Cerre los ojos fuertemente haciendo una mueca visiblemente ridicula para cualquiera, tratando de controlar el dolor de mi pie torcido. M*erda, otra vez habia caído mal al piso, hace mucho que no me pasaba. Camine costosamente hacia la puerta que desprendía una leve luz por sus orillas, busqué a ciegas la llave de la cerradura en el almidon de la construcción, insertandola dificultosamente debido al severo y continuo temblor de mis manos. Pase por el umbral para luego cerrar la puerta, entre saltos en el pie derecho camine hasta el refrigerador, sacando un paquete pequeño de verduras congeladas.

-¿Otra vez, enana?- Preguntó Ethan desde el sillón, al ver que me dirigia a saltos hasta mi habitacion.

-Dejame Ethan, hoy no es mi dia.- Respondí algo gruñona.

-Ven.- Dijo palpando un sitio a su lado en el sillo, me dirigi ahí. Apenas me senté tomo delicadamente mi pie y lo deje sobre su regazo, examinándolo.- Por poco no te rompes los ligamentos esta vez, debes tener mas cuidado.

-Esta bien.

-Creo que amanecera hinchado mañana, no podras ir a clases.

-¿Y mamá?

-No estoy seguro, hace un rato salio, de seguro a tomarse un trago, pero, ¿Quién sabe?… En una de esas salió a buscarte.

-Eres un niño malvado.- Dije al detectar su obvio sarcasmo.

-Tranquila pequeña, era solo para levantarte un  poco el animo.

-Ja, ja já.- Reí ironica.

Caminé hacia mi cuarto, me tire sobre la cama, y alcancé con mi brazo una venda que estaba bajo el colchon. Amarré el helado paquete de verduras a mi tobillo con la sucia y desteñida venda, tratando de ahogar los gritos de dolor que el frío provocaba al congelar mi piel. Cerré los ojos tratando de conciliar el sueño. Amanecería con un doloroso calambre en la pierna y con la bolsa llena de agua derretida, mamá me retaría… Esa maldita señora, si tan solo supiera cuanto la detesto.

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Hola, creo que es algo corto para ser un primer capitulo, pero espero que les guste, la verdad, no es muy interesante ahora, pero tratare que lo sea despues, aun no tengo un titulo, ni una sinopsis, porque la idea total, no esta realmente clara, epro supongo que con el tiempo eso se arreglará, gracias por leer.