THOMAS
Llego al elevador oprimiendo el botón rojo muchas veces innecesarias. Cuando se abre, un chico rubio con camisa a cuadros, jeans y un bolso colgado al hombro, con cara de desesperado es lo primero que veo.
-Estas cosas funcionan mal... Mira, estaba en el piso 3 y toqué el botón que dice "2" pero subió al 4. ¿Es normal que funcione así en este edificio? - pregunta contándome sus problemas.
No le respondí deprisa ya que por alguna razón me quedé observando su cabello rubio super brillante y su cara casi tan pálida como la de una estatua.
-Emmm, oye, ¿estás bien?
-¿Eh? ¿Qué? ¿Claro y tu? Digo, ¿qué decías?- Cierro la boca y entro al ascensor lo más calmado posible.
-Estaba diciendo que cuando llamé al elevador... no importa ¿A qué piso vas?
-Segundo
-También yo-. Oprime el botón y ambos bajamos lentamente al piso 2 con la absurda música de fondo que suena por dentro del mismo elevador.
El rubio se posó en la puerta y yo más al fondo así que tuve la oportunidad de observarlo de arriba a abajo. Pude notar lo nervioso que estaba ya que no paraba de jugar con la correa de su bolso con los dedos, y su pierna no dejaba de moverse. Estaba a punto de preguntarle a que se debía esa inquietud pero las puertas se abrieron y el chico salió volando, perdiéndose en el pasillo.
Nunca me había quedado viendo a un chico de la misma forma que lo miré a ese rubio y lo extraño es que no entiendo el por qué.
Luego de un tiempo parado en medio del elevador como un idiota, deje de prestarle atención y me dirigí a la puerta con el "18" escrito en ella. La abrí y allí había un chico esperandome, al parecer. Nos presentamos y me dijo que se llamaba Aris. Comenzé a hacerle unas preguntas estúpidas de trabajo y luego de unos minutos le informaría si se quedaría como mi asistente, el de Minho o ninguno.
Apenas Aris abrió la puerta para salir, entra otro chico rubio con rostro familiar, agitado, con papeles en la mano.
-Lamento la tardanza, debía ir a buscar los... -me mira y yo sonrió. Estoy que ni él ni yo lo pueden creer- ...papeles.
Jamás creí que nos volveríamos a ver...
-Con permiso -dice Aris saliendo por la puerta dejándonos a el rubio y a mí, solos.
-Espera, espera... ¿tú seras mi jefe?
-Eso parece -. Conservo la sonrisa.
-Wow, esto es raro.
-Lo es. Siéntate...
-Newt
-Newt-. Afirmo. Su nombre se oye perfecto pero algo extraño saliendo de mi boca-. Mi nombre es Thomas- hago una breve pausa-. Cuéntame, Newt, ¿por qué elegiste este trabajo?
- Bueno, siempre me resultó interesante el tema de administrar una empresa y soy bueno para hacer mandados y eso. Cuando estaban eligiendo a personas para este empleo no dude en anotarme-. Su manera de hablar era como el ronroneo de un gato, iba bajando el volumen de su voz mientras hablaba y cada vez era más ronca.
-Interesante- fue o único que salió de mis labios ya que no había oido nada sobre lo que dijo-. ¿Estarías dispuesto, Newt, a hacer todo pero absolutamente todo lo que yo te diga sin siquiera oir un quejido de tu parte?-. ¿Hasta donde eres capaz de llegar, rubio?.
-Claro. Un empleo es un empleo. Además necesito el dinero asi que, sí, estoy dispuesto y no escucharás ni un bufido de mi parte-. Estúpido Newt.
-Interesante -. Mi idea no es espantarlo, no. Solo asustarlo un poco.
-Podrías de dejar de decir eso. Me pone un poco incómodo.
-No. Y quiero un café mocca con chocolate y crema sin espuma con dos de azúcar. Llevalo a mi oficina en diez minutos-. Newt me miraba confundido-. Ah y por cierto, desde hoy, eres mi nuevo asistente personal.
Deberían haber visto su cara.