Capítulo 16

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NEWT

Ropa abrigada, sábanas, platos, vasos y cubiertos de plástico, dinero, celular...
Repaso la lista una y otra vez por si olvido algo.

Son las 7 am y el sol apenas está saliendo, la mañana es fría pero, según el tiempo meteorológico de la tele mañana será el día más "caluroso" del invierno con máximas de 24°C, aunque la mañana diga lo contrario. Había hablado con Thomas sobre que llevaría pero no especificó mucho. Supongo que allí tendremos lo necesario.

Antes de salir, chequeo la casa rápidamente por si olvido algo y, luego de dar un par de empujones a la puerta para que ceda de una vez, salgo hacia la empresa, donde será el punto de partida.

Cuando llego, me encuentro con Minho entre la multitud, nos damos un rápido abrazo y sigo caminando en busca de Thomas.
Estaba hablando con el asistente de Minho, no recuerdo su nombre. Me ve y lo ilumina una sonrisa, lo más probable es que yo también esté sonriendo. Dejo el equipaje en el suelo y lo abrazo. No un abrazo como el de Minho, apenas un leve contacto; me abraza más fuerte pero con sutileza, como un novio. No duramos mucho tiempo, algunos podrían comenzar sospechar aunque no tengamos nada que esconder, ya que no somos nada pero igual nos soltamos.

-¿Sería cursi decir que te extrañé?- dice Thomas.

-Sí, mucho.

-Da igual. Te extrañé.

¿Yo lo extrañé también? Por supuesto que sí.

Subimos al autobús (que por cierto es de dos pisos) que nos llevará fuera de la ciudad. Thomas pasa apurado junto a mí subiendo a lo más alto. La estrecha longitud que hay para subir es tremendamente incómoda llevando las maletas y tratando de no tropezar con los pequeños y angostos escalones. Thomas me espera arriba sentado del lado izquierdo, no sé como subió tan rápido. Dejo el equipaje, preocupado, en el estante sobre nuestras cabezas. Si una de las maletas se cae por un brusco movimiento del autobús podríamos morir aplastados por ella, creo.

Como fuimos los primero en subir, esperamos a los demás acomodarse hasta que por fin arranca y nos dirigimos a los inexplorados bosques.

Durante el viaje, Thomas se veía aburrido, como un niño pequeño preguntando a cada rato cuanto faltaba para llegar. Lo ignoraba cuando se me acababa la paciencia aunque sabía que lo hacía a propósito. Aún así, tenía que soportarlo tres horas allí sentado.

Decido cerrar los ojos un rato y tal vez dormir, seguramente estaremos todo el día haciendo cosas y me faltará descanso, entonces busco la posición perfecta y logro dejar mi mente en blanco. Sin embargo, cuando solo faltaban unos minutos para llegar siento algo sobre mi pierna. Abro los ojos de repente y una mano se apoya en mi muslo izquierdo, la mano de Thomas. No puedo verle la cara ya que está mirando por la ventanilla. Doy una mirada rápida hacia las demás personas pero éstas siguen en la suya, no nos notan. Quisiera gritarle a Thomas que me quite la mano de encima. Pero no lo hago. Y no quiero en realidad. Así que acaricia mi pierna lentamente enviando pequeñas descargas eléctricas que se expanden por todo mi cuerpo por cada leve movimiento. Ruego por que no vaya más allá de mi pierna, eso podría ser un gran problema. Pero antes de que me de cuenta, el autobús se sale de la ruta hacia la derecha, por un sendero que lleva al campamento. Siento que el calor de mi pierna se esfuma, Thomas apartó su mano de mi. Al menos yo no tuve que decirle a él que la aleje.
Todo esto es muy controversial.

Las cabañas están a un kilómetro de la ruta, es enorme y te puedes perder fácilmente, y más si es de noche, si no conoces bien el lugar.
Cuando llegamos, el ambiente es más bonito de lo que me esperaba. Las cabañas están como nuevas, la madera luce bien y el techo de paja le da un agradable vista aunque sean para dos personas, tres como máximo. No sé cuántas cabañas haya a la redonda, pero es una buena cantidad. Más al fondo hay un lago con vista a los pinos de lejos, formando un paisaje de fotografía.

-¿Qué tal si me ayudas con esto?

Thomas está tratando de bajar su maleta y la mía mientras yo olvidaba todo enbobado por el bosque. Le ayudo y, en fila como hormigas, todos nos dirigimos a las cabañas. Primero vamos a registrarnos y pagar la estadía, lo que hace Minho, luego nos da la llave de la habitación 6.

-¿Qué no es la 9?

La miro bien, dándola vueltas.

-No creo, es la 6.

-Para mí es la 9- decifro en sus ojos si lo hace para molestar.

-Tiene más forma de 6 que de 9.

-¿Tal vez es la 69?- dice moviendo arriba abajo las cejas.

Ignoro su pregunta y me acerco a minho para aclarar la duda. Tenía razón, era la 6.

Hay dos filas de cabañas y en el medio de ellas está el sendero por el que vinimos. Entramos en una de la fila de la derecha. Abrimos la puerta y un aroma a encierro lucha por salir. La cabaña no sería más grande que mi living y comedor juntos. A la izquierda, hay una ventana en dirección de la salida del sol; en el fondo, una mesita de luz con una lámpara y la cama a su costado y a unos tres pasos de distancia se encuentra la otra cama con la mesa de luz siguiente. También hay una mesa pequeña y dos sillas de juego color marrón.

-Es bastante acogedor- digo.

Sí, aunque no sé que es peor...- lo miro-. Esta cabaña o tu casa.

Finjo estar ofendido e intento darle un golpe pero él es más rápido y me toma del brazo. Peleamos y reimos como niños hasta que nos cansamos y desempacamos nuestra ropa para salir de allí a tomar aire fresco y recorrer el lugar como unas merecidas vacaciones.

Y acá el capítulo un poco más largo (creo que el doble) que los anteriores, como les prometí.

Gracias por leer, votar y comentar. Son mi vida, en serio♥

Like The Air That I Breath || NewtmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora