Maratón 1/3
NEWT
Ya era viernes por la tarde y el sol iba escondiéndose bajo los edificios de la ciudad. El tiempo pasó demasiado rápido pero sigo recordando el día que nos vimos por primera vez, como si hubiese sido ayer.
Llamé a Thomas para que nos encontremos en algún lugar y discutir todo el asunto tranquilamente. No fue una llamada para recordar pero me quedé sin palabras y terminamos decidiendo para vernos esta noche en casa. Sonaba algo enojado pero, obviamente, no lo culpo.
◆◆
Cae la noche y me encuentro ordenando los pequeños adornos de la casa para esta noche.
-No tiene que quedar todo perfecto- me digo a mi mismo-- , no es una cita ni nada por el estilo.El timbre me alerta que Thomas ya está aquí. Al verlo, siempre produce algo en mi todo mi cuerpo, mucho mas fuertes que las mariposas en el estomago que antes acostumbraba a sentir. Me obligo a no dejar que eso pase y, como si estuviera haciendo una evaluación de la escuela, intento relajarme y pensar con claridad.
Lo hago pasar y ambos nos sentamos en el sofá.
-¿Qué es lo que querías hablar?
La pregunta me tomó totalmente desprevenido. Pensaba ofrecerle alguna bebida caliente o preguntale sobre el clima antes de comenzar, y así poder tener una charla casual sin sentimientos incómodos.
~Para verte y aclarar todo este malentendido que yo ocasioné.~
Al darse cuanta mi tardanza él sigue.-Creo que tenemos una conversación pendiente ¿no crees?
-Supongo... digo, sí. De eso quería hablar -hago lo posible para no titubear, sin éxito.
-Pues habla, apenas entiendo porque estabas distante conmigo. Bueno, creo que lo sé.
-En parte es por eso, lo que estas pensando- hago una pausa y continúo-. La verdad es que...- las palabras no logran salir de mi boca.
-¿Qué?- insiste Thomas.
-Es que ni siquiera yo sé qué me está pasando. Fui un tonto en actuar de la manera que te traté estos últimos días, te eché toda la culpa a ti de lo que me estaba sucediendo; creí que no me caías bien y por eso me encerre en mí mismo pensando en como alejarte de mí cuando lo que necesitaba era todo lo contrario. Y eso me asustó. Nunca había sentido algo así tan grande como lo que estoy sintiendo en este momento por ti. Pero tú no eres como yo, ya sabes...
-¿Enserio?
Me quedo con la boca media abierta, confundiendo las palabras que quieren salir que termino preguntando un qué inentendible
-Es que no te entiendo. Tú... yo te vi... Tú me odias.
-No te odio, hay veces que sí pero son momentos. No puedo odiarte.
-Newt, creo que estas confundido...
-No, bueno, tal vez... es decir, sí, estoy más confundido que nunca- busco sus ojos siéndole lo más sincero- pero hay algo que me llevó a decirte lo que dije.
Ninguno está diciéndole con claridad lo que tanto queremos decir y eso me pone cada vez más nervioso.
Sus ojos se apartan de los míos, como si me arrebatara toda la valentía que tenía dejándome débil e inseguro.
-¿Thomas?- pregunto casi en un susurro.
-Dame tiempo para pensar.
Se dirige a la puerta pero me doy la vuelta antes de ver que salga a través de ella. Apoyo mis antebrazos en la mesa de la cocina seguida mi cabeza. Cierro los ojos. ¿Hace cuánto no lloro? Ya habrán pasado un par de años.
Pero aunque no esté llorando no se necesitan lágrimas para que cualquier persona de este mundo se de cuenta de como me siento.-¿Newt?
Levanto mi cabeza, extrañado. Ahora sí que me volví loco.
-¿Newt?
De acuerdo, no estoy loco.
-¿Thomas?- pregunto mientras me acerco al living.
Muestra un rostro de preocupación. Nunca se había dejado la casa.
-¿Por qué sigues aquí?-digo molesto.
-Me iría si pudiera- frunzo el ceño.- La puerta- la señala- , no abre.
La puerta de casa se abre para afuera, es una casa algo rara, pero estaba a un precio muy accesible al momento que quise adquirirla.
La empujo con toda mi fuerza pero nada sucede. Solo hay una respuesta, ya me pasó antes. Nieve. Tanta nieve que se juntó en la entrada hacía imposible su salida. No se con exactitud cuantos centímetros la bloqueaban pero parece que nada podría abrirla.-Las ventanas. Puedo salir por una de las ventanas...
-No... no es una buena idea.
-¿Qué quieres decir?
-No se abren. Cuando compré la casa nadie dijo nada sobre ellas.
-¿En que tipo de casa estás viviendo, Newt? Si es que se le puede llamar casa...
-Lo sé, una casa de mierda, déjame pensar.
Se calla y en menos de diez segundos vuelve a hablar.
-¿Y si rompemos una?
-Buena idea, y de paso me muero de hipotermia lo que queda del invierno.
Mis pies caminan de un lado a otro, no se me ocurre nada que podamos hacer más que esperar a la mañana que el sol haga su trabajo y derrita la nieve.
Y Thomas me lee la mente.-Tranquilizate, no hay nada que hacer. Puedo quedarme, si no te molesta.
Tal vez por eso no podía pensar. No quería admitir que la única solución era dejar que Thomas duermiera en casa, solo nosotros.
-No me molesta- no lo hace, pero tampoco me tranquiliza. Tener a Thomas en casa era una idea fatal, para mí, emocionalmente.
Así que no miro a los ojos cuando le contesto. Planeo hacer eso toda la noche.