Salí de la casa rumbo al comienzo del parque trotando, no solo el aire impactando mi cuerpo hacia que respirara mejor si no que cada paso a dar era un paso como de votar estrés, no es que sea una persona que sea muy aficionada hacer ejercicios a diario, pero cuando lo hago, no solo siento que mi cuerpo esta relajado también la mente lo está, es la manera de experimentar cambios positivos, las ganas de hacerlo es lo que te motiva mucho. Una de las razones por las que me gusta venir hacer ejercicios a este lugar, es la manera que las personas no solo vienen en plan de hacer ejercicios, vienen con su familia a sentarse en la grama sobre una manta y compartir con sus hijos un pigni, verlos jugar, ver los perros sentirse libre con sus dueños, el hecho de como los padres les enseñan a montar bicicletas a sus hijos, también los mayores los ves despejando su mente leyendo una novela que les gusta. Cuando veo el número tres en grande que indica que he recorrido 3km veo un local nuevo de alquiler de bicicletas, encantada viendo como las personas escogen las suyas voy hasta allá.
─ ¡Hola Hamilton!─ me saluda Eliot a mis espaldas, me detengo de inmediato no creyendo que pueda ser él, cuando me volteo casi choco con él, avergonzada me rio, me golpeo mentalmente porque estoy segura que mis mejillas están rojas con su presencia, la idea de saber que él sabe algo muy personal mío lo vuelve aún más complicado y difícil de aceptar.
─Eliot─ le saludo con una sonrisa de lado, llevo mis manos a la cintura descansando, nos quedamos unos largos segundos mirándonos sin decir nada, la manera en la que me mira es con adoración, pero lo interesante de todo es que así siento que igual lo veo, y las ganas de tocar su cabello húmedo que pasan mechones sobre su frente hace que mis piernas tiemblen de lo atractivo que esta─ No fuiste al instituto hoy─ continuo, me mira travieso como a la vez sorprendido por lo dicho.
─Me echaste de menos─ se acerca con una enorme sonrisa de superioridad, seguro la sonrisa encantadora que vuelve locas a las chicas. Junto mis cejas de forma relajada para no acertar en lo que dijo.
─Por supuesto que no─ le digo directa, me quedo quieta viendo como su mano acaricia un mechón salido de la trenza, trago saliva por la manera dulce, calidad y casta que fue a parar su mano a mi mejilla, cerré los ojos ante su tacto. Si pudiera tener el don de detener el tiempo para que su mano no se apartara de mi cara y no sentirme vacía en cuanto la apartara, hiciera que este momento dure un largo tiempo.
─Ana─ su voz hizo que abriera mis ojos, esta serio mirándome sin rastros de burla─ Me encantas─ me quedo sin aliento, procesando lo que me acaba de decir.
─Eliot...─ nerviosa digo sobre esto, no sé qué decir o hablar, me acaba de decir que le gusto pero estoy como una idiota, me aparto pero sus manos me detienen ambas muñecas para que no huya.
─Escúchame─ insiste sincero captando mi atención por completo─ Jamás en mi vida eh sido honesto con una chica como lo estoy siendo contigo ahora créeme, no te culpo si no crees que estoy enamorado de ti Ana, pero es así, lamentablemente es así, trate de alejarme, de no mirarte o hablarte, pero tú me has dado una lesión de vida y no pensé que llegarías muy rápido a mi vida─ añadió avergonzado mirándome, no solo me siento estúpida por completo porque lo único que hago es mirarlo, muevo la boca para tratar de decir algo razonable a la situación, el espera que diga algo al respeto, pero estoy quieta, mirando como las personas se van por la nublazón que se está haciendo presente, la brisa fría que indica que va a llover me abraza haciendo que mis nervios aumenten. Me acaba de decir que está enamorado de mí, no puedo evitar que ese sentimiento me guste, pero a la vez me da miedo entregarme por completo, me impaciento cuando escucho que tira un suspiro largo llevando ambas manos a su cabeza y se da vuelta para irse, no solo trate de moverme para detenerlo, tuve que...
─ ¡Espera!─ le llamo con voz alta, se detiene, se da la vuelta para mirarme mientras sentimos como pequeñas gotas de lluvia fría cae sobre nosotros, me dedica una sonrisa que igual no pude evitar dársela en base a la situación que estamos─ Que me garantiza que─ no termino de decir las palabras porque el viene rápido y unió sus labios carnosos a los míos, sentí como mi cuerpo reacciono ante esto, le correspondí el beso como si fuera la mejor danza, su lengua hizo contacto con la mía, la palabra a lo que siento ante el tacto de sus labios es increíble, sus labios suaves y adictivos son ahora mi droga.
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Solo Tuya
RomanceAna Hamilton, una chica de diecisiete años rodeada de amor de madre y amigos, es reservada con sus sentimientos y la razón es por el miedo hacer abandonada o rechazada como lo hizo su padre cuando apenas era una niña, a pesar que tiene personas a su...