Capítulo 44

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En estas últimas semanas el bebé no deja de patear hasta cuando escucha la voz de Eliot aproximarse, Eliot y yo pintamos la segunda habitación que le sigue a la de nosotros de color amarillo para el bebé. Las risas y el desastre que hicimos estuvo de más, empezamos a lanzarnos pintura blanca que hizo fue dejar chispas en la pintura amarilla. Ahora estamos en un centro comerciar, cada uno con un carrito de compras con cosas del bebé, con colores que van a ir a ambos sexos, Eliot todo lo que ve le gusta y lo coge, tengo que estar controlándolo, por un momento nos separamos y cuando nos encontramos lo tiene que dudo que quepa un biberón. No le dije a Venus para que me acompañe a comprar porque es una compradora compulsiva y creí que evitando que no viniera, me iba a ir mejor, pero resulta que Eliot le emociona estar comprándole cualquier cosa al bebé que dude ponerle o que necesite en sus primero meses.

─Que te parece esta cuna, se ve muy segura para el bebé, además su color me gusta y más que resaltara con la pintura de su habitación─ me dice Eliot mostrándome unas de las cunas, es de color caoba con gran espacio para que el bebé se sienta cómodo y me gusta mucho tanto su color como está formada con lo necesario.

─Si me gusta, elegiremos esta que te parece─ le digo sonriendo para luego suspirar y mirar a nuestro alrededor para ver que nos falta por comprar que dudo que falte algo─ ¡Ahh!...nos toca elegir su alfombra que irá debajo de la cuna─ le digo feliz por recordarlo, se ríe mirándome mientras me sigue detrás con su carrito lleno de cosas. Cuando llegamos al área de las alfombras hay una de color blanco nieve que me hace chillar, se verá hermosa en la habitación. No paso desapercibido las miradas de las mujeres viendo a Eliot, tiene a todas babeando viéndolo comprar cosas de bebé, no me molesto para nada, que vean lo que quieran, pero soy la única que puede tocarlo inapropiadamente cada vez que quiera.

─Ya veo que te gusta esa─ me habla mirándola, le asiento feliz, me alzo en las puntas de mis pies y le beso la mejilla, sus manos van a mi vientre que está más crecido, lo acaricia y sus ojos se abren cuando lo siente moverse. A él le encanta acariciarlo─ ¿No te duele cada vez que se mueve?─ me pregunta asombrado sin dejar de acariciarlo.

─No, se siente incómodo en verdad, solo siento que me duele un poco cuando patea duro─ le digo mirando sus manos en mi vientre.

─Te pregunto, porque ahora mismo se está moviendo mucho, ¿Tienes hambre?─ me mira y las ganas de reír me llegan. La verdad es que he estado comiendo mucho, pero odio cuando estoy feliz que me llene bien y luego me entran las ganas de vomitar llevándome a expulsar todo dejándome otra vez en la misma situación de hambre. Si por hambre es, no se me quita, pero el problema está que el bebé me tiene con unos malestares horribles literal.

─No tengo hambre, es solo que seguro esta inquieto por estar por horas moviéndome de un lado a otro─ digo sonriendo, lo miro─ Pero no está nada mal de ir y comer algo─ se ríe negando con la cabeza.

─Tienes hambre lo sé, vamos a comer lo que gustes y te compro tus fresas─ me dice dándome un beso fugaz viéndolo coger su carrito y hacerme retomar el comino con el mío.

Nosotros dejamos todo señalado para que los que se encargan de llevar las cosas pesadas como la cuna y las demás cosas las lleven al otro día a la casa, al dejar todo pagado, estamos ahora cenando en una plaza del centro comercial. Pedimos papa a la crema que por lo que vimos es lo más pedido, y no hay dudo que es muy buena, comemos muy a gusto, solo deseo que no me dé por vomitar, por eso como despacio. Eliot se la termino primero, y cuando veo que va a coger de la mía le doy un manotazo, me mira sin poder creerlo, se ríe sorprendido y le entrecierro los ojos.

─ ¡Te estas comiendo la comida de dos!─ le digo protegiendo mi plato, me mira divertido levantando sus manos en rendición.

─Grosera, espero que te comas todo─ me dice sonriendo tomando de su piña colada.

Solo TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora