Capítulo 45

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Con la boca entreabierta busco ahora en mis tantos calzados, es ahora que me doy cuenta que hay una caja color rojo de unos zapatos nuevos, tiene un lazo arriba como si fuera un regalo, la cojo en mis manos como puedo pongo todo encima de la cama no creyendo lo que estoy viendo. Si hace minutos estaba inquieta, ahora estoy ansiosa por saber porque todo esto, sin esperar mucho me ducho rápido, me doy un maquillaje sencillo y me pongo el vestido, cuando me miro en el espejo con el, debo decir que es perfecto, tengo que darle sus buenos halagos a Venus por diseñar un vestido así. Mis ojos azules están más claros por el color verde esmeralda del vestido, en el momento que me pongo las botas negras, el atuendo se ve muy bien, me veo hermosa, tanto que aprovecho y me hago unas cuantas fotos para recordar mi embarazo. Mi vientre no es muy grande en sí, es más redondo y me hace ver como dice mamá una muñeca, ya estoy acostumbrada a ver mi cuerpo diferente, no miento que amo verme así. Veo la llegada de otro mensaje, es de Eliot, me siento en la cama, es como si ya no pudiera estar de pies para saber otra cosa.

Mi hombre caliente

5:52 pm "Amor, sé que debes estar haciéndote muchas preguntas, todas serán contestadas no te preocupes, te estoy esperando abajo"

Muerdo mi labio inferior mientras sonrío mirando todavía su mensaje, guardo el celular en el monedero poniéndome de pies y no olvidándome de darme una última mirada en el espejo. Estoy en el ascensor nerviosa, tengo una sonrisa boba en los labios y todavía no sé a qué se debe todas estas formalidades. No quise preguntarles a Venus y Nicole la razón por la que debía arreglarme, las conozco muy bien para saber que no iban a decir nada, esas traicioneras, en el momento que llego al primer piso y las puertas del ascensor se abren, mis piernas flaquean cuando veo semejante hombre esperarme trajeado. Esta de infarto, con un traje negro acorde a su medida, su cabello bien peinado hacia atrás y sus zapatos nuevos de color negro, y camisa blanca debajo del saco, tengo que respirar bien saliendo del ascensor mientras me sonríe mostrando sus dos hoyuelos que amo verle en una sonrisa, no deja de mirarme de pies a cabeza fascinado mientras me he quedado muda mirándolo.

─ ¡Wou!... eres de verdad─ digo con un jadeo, Thomas el señor encargado de la entrada al edificio se ríe, siento mis mejillas encenderse mirando a Eliot que me dedica una sonrisa satisfecha por el cumplido.

─Soy de verdad, pero tú eres la que parece un ángel─ me dice tomando mi mano entre la suya acercándome a él y deposita un beso sobre mis labios que me hace mantener la compostura, su olor embriagador no me deja pensar con claridad.

─Son una pareja muy bonita, en este tiempo hay muy poco amor incondicional por el otro, me alegra ver en ustedes ese amor que me hace todavía tener esperanza en que existe todavía─ nos habla Thomas sincero, le sonreímos agradecidos por sus palabras.

─Muchas gracias señor Thomas─ le dice amable Eliot, me despido con mi mano libre de el, mientras Eliot me lleva fuera del edificio adonde veo su auto esperándonos. Siento las manos de Eliot transpirar, por lo visto está nervioso y es muy lindo de ver, no le doy a demostrar que lo noto mientras el muy caballeroso me abre la puerta de copiloto, entro y muy atento me pone el cinturón de seguridad.

─ ¿Lista?─ me pregunta cuando ya está adentro y enciende el auto para darme una sonrisa nerviosa.

─Contigo siempre he estado lista─ le respondo sonriendo, respiro profundo y me acerco y beso su mejilla segura.

─Siempre tienes las respuestas correctas─ me dice poniendo el auto en marcha.

─Siempre.

(***)

En el trascurso del trayecto en auto, en cual Eliot no me quiere decir adónde vamos a estas horas de la noche, me rendí de hacerle preguntas y lo que hice fue hablar con él para que este menos tenso. Se nota feliz pero está muy nervioso y aunque el aire del auto este hasta su última potencia, él se está derritiendo. Lo que me pone también nerviosa, frunzo el ceño cuando nos detenemos en el parque en el cual venia mucho hacer ejercicios cuando salía del instituto, tenía mucho que no venía que hacerlo ahora me hacen mirar a Eliot sin entender. Apaga el motor del auto y suelta un suspiro antes de posar sus ojos en los míos, se desabrocha el cinturón de seguridad y lo hago también.

Solo TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora