Las horas pasaron muy rápido, tan rápido que ya son las seis de la tarde. Hoy lo que hice fue limpiar la casa, nada más imaginar el desastre que parecía toda sudada, no hay un movimiento constante que te haga sudar y parecer una loca que estar limpiando por el constante movimiento, más que eso no se lleva ni una o dos horas. En lo que lo hacía me la pase escuchando música lo que hizo que no me aburriera mientras estaba en ello. Ahora estoy arreglando una mochila especialmente como salir a este tipo de cosas, me volteo al escuchar la puerta de la habitación abrirse. Mamá la cierra tras de ella y se aproxima sentándose en la cama observando mis movimientos en toda la habitación. En algo soy también un desastre, y es en organizar un viaje como las cosas que llevar, la mente se me vuelve un total caos.
─Ana sabes que tienes que tener cuidado por favor, no entres en un río muy hondo─ me habla preocupada mientras entro un traje de baño.
─Mamá, estaré bien, no te preocupes─ le doy un vistazo antes de ir por algunas cosas más a mi closet.
─Una madre que no se preocupa, no es madre─ me hace sonreír mirarla.
─Tienes respuestas para todo─ se ríe negando con la cabeza.
─Es inevitable si se trata de ti, bueno...quiero que la pasen bien, quiero que estés comunicada conmigo o no dormiré en paz, y ese chico Eliot─ la miro de inmediato sonrojada, agradezco que solo este la lámpara de mi mesita de noche encendida o sería bastante obvio mi sonrojo.
─ ¿Eliot?─ pregunto siguiendo con lo que estaba haciendo.
─Si, que mantenga sus manos alejadas de ti como un buen caballero.
─ ¡Mamá!
─Ana, no nací ayer─ me dice riendo divirtiéndose con la situación, me da un beso antes de verla salir de la habitación. Inmediatamente lo hace escucho pequeñas piedras chocar con la ventana, gracias a Dios mamá salió justo ahora o no sabría que decir ante eso, voy hasta la ventana, la abro y miro hacia abajo encontrándome con Eliot haciéndome señas que baje.
─Baja, necesito hablar contigo─ me dice, lo miro sorprendida.
─No soy el hombre araña como tu─ le digo y ríe.
─No te estoy pidiendo que bajes justamente por la ventana cariño─ se lleva la mano a la frente haciendo que vea su cuerpo bien atractivo hacia mi vista. Cuando salgo de la casa lo encuentro de espaldas, voy hasta el sorprendiéndolo pasando mis brazos alrededor de su cadera. Sus manos van a las mías que se encuentran entrelazadas bajo su abdomen plano. Su abrigo que lleva puesto me hace recordar que estamos en el mes de noviembre por lo que el clima está muy frio para salir sin algo de la casa que me cubra mi pobre piel. Me embriago de su olor antes de que el separe mis manos y se dé la vuelta para mirarme, las lleva alrededor de su cuello haciendo que me alce en las puntas de mis pies por su altura, sus brazos abrazan ahora mi cintura cubriéndome con su abrazo pegado a su cuerpo de manera que no piense en el frio.
─Es lindo ver que me extrañaste hoy─ declaro mirando sus ojos oscuros, paso una de mis manos por su mejillas hasta caer a su barbilla, le doy un beso justo ahí, puedo sentir bajo mis labios que sus labios se curvan en una sonrisa, me aprieta más a su cuerpo, levanto la mirada y mi nariz rosa la suya.
─Te extraño cada vez que te pienso, como puedes hacer que no deje de pensar en ti Ana, eres como el aire que respiro ahora mismo─ me quedo sin aliento sin dejar de mirarlo, se acerca y deposita un beso sobre mi frente, cierro los ojos sintiendo los latidos mi corazón a mil por horas. Si, Eliot sabe cómo poner rápido mi corazón con solo su presencia, hace hasta que mis piernas tiemblen, esto una explosión que genera en mí.
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Solo Tuya
RomanceAna Hamilton, una chica de diecisiete años rodeada de amor de madre y amigos, es reservada con sus sentimientos y la razón es por el miedo hacer abandonada o rechazada como lo hizo su padre cuando apenas era una niña, a pesar que tiene personas a su...