Son las siete de la noche, estamos en el enorme jardín trasero de la casa, hay una fabulosa fogata en el centro que no miento que casi quise brincar con solo verla encendida. Calentando las palmas de mis manos mientras siento la mirada de Eliot observarme con ese brillo en sus ojos con cada movimiento que hago. Me reí mucho en el almuerzo con él, porque me preparo un plato bello a la vista, pero en cuanto aprobé la pasta, en serio quería aunque sea tragarla para que no se sienta mal u ofendido, pero siquiera eso pude hacer, estaba horrible, nos reímos porque tuve que decirle que lo quiero con locura, pero el amor no es ciego como para que mi estómago dirija esto, después de eso, nosotras tuvimos que hacer una comida decente. Ahora comemos unas hamburguesas doble de pollo, que ellos eso sí pudieron hacer delicioso. Doy un mordisco a mi hamburguesa con los ojos cerrados deleitándome con dicho sabor, a veces me pregunto cómo es que no aumento de peso, si la idea de comer comida chatarra me encanta y comer muchos dulces. Se pueden apreciar los sonidos de los grillos, el olor a naturaleza entrar por nuestras fosas nasales, es algo agradable, la luna nos alumbra despejada. Se pueden ver muchas estrellas esparcidas, estoy maravillada de este lugar.
─ ¿Quién se anima a contar una historia de misterio?─ dice Liam, soy la menos indicada de hablar cosas de miedo, en cuanto Eliot levanta la mano y sonríe a regañadientes.
─Yo la contaré─ nos dice frotando sus manos por el frío cerca de la fogata, me siento mucho mejor abrazándome a mí misma mientras como malvavisco caliente de la fogata al igual que Venus que no deja igual de comer, somos dos comelonas.
─Empieza─ le anima Venus sentándose a mi lado, me rio con solo ver su expresión con la idea.
─Entonces le animas, sabiendo que eres una cobarde─ le acuso, me sonríe de lado.
─ ¡Ay no quiero escuchar!─ grita Nicole cuando una luciérnaga pasa por el frente de su cara y la asusta, todo nos reímos.
─No puedo creer que estoy rodeado de chicas cobardes de una historia de misterio─ se divierte Logan viendo como Nicole se sienta a mi lado quedando entre las dos. Ahora soy la salchicha literal entre las dos.
─ ¡rayos!─ me espanto con un mechón de mi cabello que calló en mis hombros, las chicas se asustaron menos los chicos que empezaron a reírse.
Pero eso no evito que Eliot contara una historia de misterio. No miento con decir que sabe contar una, creo que por algunos instantes llegue a pensar si podría ser cierto pero en si me hizo estremecer de miedo. Cuando terminamos decidimos que es hora de ir a descansar, cuando Eliot entra a la habitación ya estoy con la pijama puesta acostada en la cama. Veo sus movimientos sin dejar de observarlo, todo lo que puedo ver es como se quita su suéter dejando ver su cuerpo. Inconsciente llevo mi mano a mi boca asegurándome que no estuviera babeando. Aclaro los ojos cuando lo veo quitarse su pantalón holgado y dirigirse a la cama con una sonrisa traviesa. Se acuesta a mi lado, siento mis mejillas calentarse. En primer lugar, la última vez que dormimos juntos no fue muy incómodo como ahora que lo veo solo con un bóxer, se me pasan muchas ideas por la mente nada inocentes y la idea de solo tener imagines me hace ruborizar bastante.
─ ¿Eliot?
─Sé que te gusta lo que ves, no lo niegues─ me dice burlonamente, siento mis mejillas cada vez más rojas. Pero a él por lo visto le encanta verme de tal forma.
─Tienes un ego bastante bonito Donovan─ le aseguro viéndolo voltearse para verme directo a los ojos, me acomodo de la misma forma para observarlo. Paso la yema de mis dedos por sus parpados, si yo me siento un poco agotada, él debe estarlo más. Ayer tuvo mucho entrenamiento y hoy tuvo que conducir, se entiende. Bajo la vista por su abdomen sin poder evitarlo hasta que caigo a su bóxer. Aclaro mi garganta hasta volver a mirarlo, me rio por la sonrisa que muestra como si me descubriera los pensamientos o me pillara mirarlo de forma descarada. Cuando creo que he pasado muchas cosas con él, es que me doy cuenta que cada vez viene con algo nuevo.
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Solo Tuya
Roman d'amourAna Hamilton, una chica de diecisiete años rodeada de amor de madre y amigos, es reservada con sus sentimientos y la razón es por el miedo hacer abandonada o rechazada como lo hizo su padre cuando apenas era una niña, a pesar que tiene personas a su...