Salgo de la habitación para ir a la cocina para hacer la cena, decido hacer una deliciosa pasta a la boloñesa, pongo la olla con él agua a hervir mientras busco los ingredientes necesarios. Una hora después ya está la deliciosa pasta, está la mesa preparada para comer y al colocar los vasos, escucho la puerta abrirse y ver entrar a Eliot, le sonrío en cuanto le veo, se acerca a la mesa y paso mis brazos por su cuello antes de inclinarme y unir mis labios a los suyos, sus labios hacen varias presiones antes de apartarnos y darme esa sonrisa que me encanta verle aunque muestre que tuvo un día duro.
─Que bonito se ven tus ojos─ me dice sonriendo con voz gruesa mirándome fijo a los ojos, sonrío sonrojada, siempre tendrá la habilidad de hacerme sonrojar con facilidad. Nos reímos cuando escucho su estómago sonar─ ¿Qué es lo que huele así de delicioso?─ pregunta cuando nos separamos.
─Averígualo por ti mismo amor─ le indico con mi mano, no tarda en sentarse en una de las sillas y verlo ver saciar su curiosidad, cuando se da cuenta de lo que es, me mira como si fuera su ángel.
─ ¡Uff lo que deseaba!, eres la mejor─ me dice feliz, me encargo de servirle en un plato la cantidad que se, cuando empieza a comer mostrando que en verdad le gusto y más que tiene evidente hambre lo acompaño sirviendo en un plato e iniciar a comer con él─ Esta deliciosa─ me halaga.
─Muchas gracias, buen apetito─ le digo sonriendo.
─Buen apetito.
Comenzamos a charlar sobre cómo nos fue en nuestro día, Eliot me comento que Sammy se mejorará cuando lo operen solo que hay un problema, se niega a operarse, tiene miedo de lo que pueda pasarle. Es un niño pero sabe que en una operación corre el riesgo de morir y más si es a corazón abierto, yo sé que Eliot se esfuerza mucho para hacerle entrar en razón por su bien, pero estoy segura que Sammy aceptara, lo cual le digo para que no se preocupe demasiado. Cuando terminamos de comer, veo que se me queda viendo, esa mirada que suele decirme muchas cosas sin ser dichas, que me roba el aliento y me hace estremecer, arqueo una de mis cejas devolviéndole la mirada, me sorprende cuando toma mi mano izquierda y me hace levantarme de mi silla y caer en su regazo el aun sentado, sus piernas quedan entre las mías y mis brazos van a sus hombros, quedando en una posición muy comprometedora. No me sorprendo cuando suelta mi coleta dejando caer mi cabello sobre mis hombros, amo cuando sus pupilas se dilatan mientras me observa.
─Eres tan hermosa, todavía no me creo que estemos viviendo juntos y que se sienta como siempre supuse que seria, tus rechazos valieron la pena─ Me dice colando una de sus manos por debajo de mi blusa de tirante de pijama y estremecerme bajo sus caricias, le sonrío.
─ ¿Cómo se siente?─ pregunto sin apartar mis ojos de los suyos.
─Se siente que somos una familia─ me dice achicando los ojos por una sonrisa sincera, le sonrío de la misma forma, esas seis palabras fueron justa a mi corazón, es las verdad, así también me siento aquí con él desde que decidí aceptar esta etapa, y no me arrepiento de ello.
─Lo somos, y amo que así sea─ garantizo con una enorme sonrisa, mis manos ahora acarician sus mejillas que tienen crecimiento de barba, no me pierdo mirar sus carnoso labios estirarse en una sonrisa cuando suspira satisfecho con mis palabras. Inclino mi rostro al suyo de tal forma que nuestras narices se rozan en una caricia antes de escucharlo suspirar de nuevo sobre mis labios antes de presionarlos con los suyos. Jadeo cuando me atrae más el de tal formar que el beso se vuelve más intenso y húmedo cuando su lengua entra en mi boca acariciando la mía robándome los suspiros. Sus labios se mueven lentamente sobre los míos, ladea su cabeza y muerde mi labio inferior, puedo sentir su erección chocar en mi entrepierna provocando gemidos de ambos sin dejar de besarnos─ Tu amigo está muy despierto─ le digo en un susurro sobre sus labios, se ríe halagado y suelta un jadeo ronco cuando muevo mis caderas de tal forma que hace fricción en su erección.
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Solo Tuya
RomanceAna Hamilton, una chica de diecisiete años rodeada de amor de madre y amigos, es reservada con sus sentimientos y la razón es por el miedo hacer abandonada o rechazada como lo hizo su padre cuando apenas era una niña, a pesar que tiene personas a su...