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En el pequeño rato que estuvo parado frente al espejo no pude evitar admirarlo, se veía tan elegante, tan... Creó que en verdad no tengo las palabras exactas para describirlo correctamente.
Cada prenda que tenía puesta era tan correcta para él. Su camisa blanca estaba perfectamente entallada a su cuerpo, ceñida a él, con sus pantalones ajustados de vestir color negro que lucian demasiado bien. Estaba abotonandose el sacó que iba a juego con las demás prendas de su smoking, haciéndolo con tanta delicadeza y condescendencia.
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A lo largo del tiempo que he vivido aquí, he visto muchos comentarios en internet o en periódicos donde la gente piensa que Sherlock es un hombre sumamente atractivo y elegante, pero hoy puedo decir que por primera vez lo confirme al cien por ciento. Aunque a decir verdad, si continúo con lo de los comentarios, las personas comentaban su atractivo a sus espaldas con un enorme “pero” esperándolo, la mayoría pensaba que era arrogante y odioso, provocando que esto le restará la mayoría de puntos a su favor.
Pero sinceramente, al verlo de esa manera me hizo sentir tan extraña, mis sentimientos se volvieron locos por un momento alborotandose dentro de mi mente. Su cabello... Rayos, su cabello lucía perfecto, cada uno de esos rizos encajaban en el lugar correcto. Su piel se veía más pálida de lo usual, haciendo que relucieran sus hermosos ojos junto con sus labios color rosado; me centre completamente en ellos y por un momento pensé en qué se sentiría besarlos y sentir su cálido aliento sobre los míos.
Me di cuenta de que mis ojos no podían moverse de aquel hombre, estaba completamente pérdida en la figura de Sherlock Holmes.
Estaba tan concentrada en él, que no me di cuenta que estaba mirándome y esperando una respuesta mía.
—¿Disculpa? —pregunté algo distraída.
—Dije que ya es momento de irnos —. Repitió con impaciencia.
—Está bien. Iré por mi abrigo —. Volví hacia atrás para ir a mi habitación.
—No será necesario —Tomó el suyo del perchero —. Vamos.
Abrió la puerta de la sala después de hacerlo y me dejó salir primero, lo cual fue sorprendente. En ese momento actuaba como todo un caballero a pesar de ser un insensible la mayoría del tiempo.
