Mensajes.

6.5K 461 123
                                    

✨ Actualmente editando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Actualmente editando...

—¡No!

El gritó de Sherlock retumbó como eco ante la imagen del hombre en el suelo con la cabeza hecha añicos, rodeado de un charco color rojo intenso que cubrió por completo el suelo de azulejo color coral.

—No puede ser... —mi cuerpo se quedó totalmente inmóvil, con la voz atrapada en mi garganta dejándome casi sin poder respirar de la impresión que la imagen había generado en mí.

Y no era de sorprenderse. ¿Como podías reaccionar ante una situación como está? Estar frente a a frente cuando un hombre se acababa de volar los sesos frente a ti. Repetir el momento exacto en que la bala traspaso su cráneo y salió por el otro lado como una explosión repleta de sangre.

Sentí un ligero temblor comenzar en la punta de los dedos de mi mano izquierda, por lo que la alce para verificar que no estaba únicamente en mi mente el daño generado por la impresión; sin embargo, cuando levanté el brazo noté algunos puntos color rojizo plasmados en mi chaqueta, de diversos tamaños y aún húmedos. Por inercia, toque el más grande de ellos quedándose un poco de la sangre sobre la yema de mi dedo anular. La observé, tan fresca y espesa aún recordándome lo sucedido a cada segundo.

De pronto, sentí la penetrante mirada de Sherlock llena de duda al ver que estaba asustada.

—Será mejor que no mires, Morgan.

Dice serio y muy real, lo cual me resultó lo bastante extraño viniendo de él.

—¡¿Por qué lo hizo Sherlock!? —pregunté sin razón, para luego cerrar mis ojos con fuerza intentando procesar todo lo que había acontecido.

Y sin darme cuenta de lo que venía, el detective tomó mis hombros y me dirigió hacia el vidrio del cunero, justamente donde los bebés se encontraban.

—No lo sé.

Luego de soltar mis hombros, Sherlock fue hasta el hombre con rapidez y lo miró, agachándose para ver más de cerca los detalles, pasando por cada lado de su cuerpo examinándolo con total atención; mirando su cara o manos, palpando con cuidado su ropa y buscando en cada bolsillo si tenía algún tipo de pista que pudiera servirle. Sacó uno de sus guantes negros de piel del abrigo que traía puesto para meter la mano en el bolsillo del pantalón, encontrando lo que parecía ser una cartera junto con una hoja de papel arrugada dentro. Siguió buscando sin encontrar alguna otra cosa más.

Yo permanecía turbada ante lo sucedido, con mis manos y mi cabeza pegadas al vidrio, tratando de estabilizar mi respiración. El recuerdo de toda la sangre y el cadáver en el suelo no ayudaban mucho, me hacía sentir peor. Supongo que el shock se había apoderado de mi debido a que jamás presencié algo como esto frente a frente,    no se comparaba a nada con la televisión o alguna película de ficción. Esto real, y jodidamente horrible.

𝐇𝐔𝐌𝐀𝐍 𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑 - shDonde viven las historias. Descúbrelo ahora