Juntos.

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- Es

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- Es...

- Si ... - continuo Sherlock igual de sorprendido que yo.

- Creo que no volveré a comer nada congelado en mi vida... - dije casi sin aliento.

La sorpresa no bastaba para poder completar lo que estaba pasando, yo pienso que ni siquiera Sherlock imagino esto.

- ¿Como es que el cuerpo de Michael Lee esta congelado aquí pero sigue matando niños por otro lado?

Así es... mi pregunta lo ha dicho todo. Desde antes Sherlock y yo sabíamos que Lee no era el asesino de los niños, pero tampoco podíamos esperar ver su cuerpo congelado en el mismo orfanato. Sin duda Aaron estaba jugando sucio.

Holmes empezó a revisar los alrededores del pequeño congelador para tratar de descubrir algo más de todo esto. Pero a mi no era lo único que empezaba a preocuparme, la temperatura cada vez era más baja en mi cuerpo y era posible que en menos de una hora estaríamos muriendo de frío.

- Ayudame... - expreso Sherlock.

- ¿A que? - metio sus dos manos en cada costado del cuerpo de Michael y lo cargo para sacarlo.

- ¡Ayudame! Esta bastante pesado...

- ¡No pienso tocarlo! - mi cara demostró todo que Sherlock termino soltándolo en su lugar.

- Bien - se saco los guantes y me los dio. - Tu llevas los pies.

- ¡Sherlock no! -de verdad no tenia planeado tocarlo. Pero su cara de perrito me termino convenciendo.

- Okay. - No tuve otra elección.

- Cuando diga tres los alzas... Uno, dos... ¡Tres! - se quejó un poco al terminar de contar.

De verdad este hombre si que pesaba, no recuerdo haber cargado algo tan pesado en mi vida entera. De pronto la risa de nervios y de no poder alzarlo empezó a llegar a mi y no me pude contener. Casi siempre me ocurría en un mal momento...

- Deja de reírte Morgan... - su voz se escuchaba ronca por el esfuerzo. - ¡Hannah!

- Lo siento... es que ya no lo aguanto. -solte una carcajada mas fuerte.

- ¡Hannah! -en sus labios se formo una sonrisa algo extraña, hasta que termino por reírse también. Ocasionando que sus brazos se debilitaran y dejáramos caer el cuerpo al suelo.
Se escucho como si un pedazo de metal cayera de tajo.

- ¡Ves lo que ocasionas! -refunfuño.

- Perdón... -me encogí de hombros.

Di unos pasos más lejos del cuerpo para observarlo detenidamente mientras Sherlock intentaba revisarlo... aunque era casi imposible por el hielo que lo cubría, reviso de arriba a bajo y de lado a lado pero sabia que no estaba logrando su cometido.
Yo solo podía ver a un hombre de piel color azul con las manos metidas en sus bolsillos y mas tieso que nada.

𝐇𝐔𝐌𝐀𝐍 𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑 - shDonde viven las historias. Descúbrelo ahora