El celular te sonó y dejé de parecer importante nuevamente.
Tu mundo se redujo a algo donde yo no tenía cabida.
Y la verdad es que nunca la tuve, Caleb.
Lo nuestro no era amor.
El amor no lastima ni engaña.
Entre tú y yo no había nada más que una delirante aberración. Un absurdo capricho mío, una viciada y perniciosa mentira tuya.

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Un café para olvidar
NouvellesLyla sabía que un café no sanaría su corazón. No le devolvería el tiempo, ni las sonrisas. No purgaría sus lágrimas. No enmendaría sus sueños rotos. Pero, al menos, le concedería eso a Caleb. Sería la última cosa que haría por él. Le daría un café...