Terminaste la llamada y yo estaba lista para hablar, estaba lista para decirte que terminábamos también.
Pero sonó otra vez.
Y tu rostro se iluminó de la forma en la que habría deseado que se iluminara cuando yo te llamaba.
Me dolió, Caleb.
Y me di cuenta de que me seguiría doliendo aún después de ese café... Me dolería hasta que el olvido fuera algo más que una valiente decisión.
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Un café para olvidar
Short StoryLyla sabía que un café no sanaría su corazón. No le devolvería el tiempo, ni las sonrisas. No purgaría sus lágrimas. No enmendaría sus sueños rotos. Pero, al menos, le concedería eso a Caleb. Sería la última cosa que haría por él. Le daría un café...
