XXXI

11.4K 1.6K 44
                                        

—No sé a qué te refieres, Lyla.

Te tensaste, parpadeaste y evadiste mi mirada.

Te expusiste sin querer, enseñándome tus nervios, desnudando por unos segundos tu temor.

Claro que sabías de lo que te estaba hablando, sabías que tu mentira se había terminado. Sabías que tu juego perfecto ahora estaba arruinado.

Un sorbito más a mi café, cada vez más cerca del final.

—¿Cuándo ibas a decírmelo, Caleb?


Un café para olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora