Capitulo Extra 1

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(Amelia POV)


Me limpio las manos sucias en mi delantal y miro la hora ya casi va a terminar mi turno en la dulcería, sonrió al ver que el chico de la esquina me guiña el ojo, salgo corriendo hacia el baño y prosigo a limpiar mis manos, suspiro cuando escucho a mi jefe renegar por el mal funcionamiento en la caja registradora. Ya cumplido mi horario tomo lo que me corresponde de mi propina y salgo de la dulcería, al aspirar aire fresco me tranquiliza y hace que crea que todo está bien.


A los 17 años o mejor dicho 18 años, uno busca oportunidades en la vida, quizás cambio para un futuro mejor en mi caso es todo lo contrario, de nada me valió poseer un buen cuerpo, un hermoso cabello o impactantes ojos cuando no puedo hacer nada con ellos, me tomo unos segundos y espanto todos las cosas malas que se suman a mi cabeza pero no es fácil lidiar con la vida que llevo.


Mi casa no está muy lejos de la dulcería donde trabajo así que camino mirando mis pies mientras esquivo a la gente que transita por la calle. Llego al edificio donde vivo y vuelvo a suspirar de tristeza es hora de enfrentar mi realidad, tomo mi largo cabello y me lo ato con una cola alta y subo las escaleras hasta el séptimo piso. Saco mi llave y abro la puerta, lo veo sentado frente a la televisión tomando una cerveza, Fausto mi padre si se puede llamarlo así, un hombre despiadado y lleno de rencor que solo vive abusando de mi madre, lo observo y tiemblo a pensar si esta enfado o está de buen humor.

_Ni creas que no te he visto. -Me quedo congelada cuando quiero ingresar a mi habitación, siento como se levanta y empiezo a ponerme tensa.

_Por fin hoy cumples 18 años ya era hora putita que sirvieras de algo. -El olor a cerveza me asquea por lo que continuo caminando pero él me detiene de un jalón de cabello.

_A mí no me vas a dejar con la palabra en la boca. -Me lanza contra el suelo y caigo de rodillas jadeando del dolor.

_Ahora que ya era tienes 18 años pude venderte a un hombre a una buena cantidad de dinero. -Frunzo el ceño ya que eso no creo que sea posible siendo yo mayor de edad puedo hacer lo que quiero.

_No puedes hacer eso, ya soy mayor de edad. -Su mano fuerte y dura impacta contra mi cara, haciéndome llorar, toco mi mejilla y lo miro con rabia.

_Ya lo hice putita, así como lo hice con tu madre lo hice contigo pero la diferencia es que a tu madre aun la tengo aquí pero tú te iras a vivir con él. -Abro los ojos asustada y retrocedo arrastrándome en el suelo.

_No, tú no puedes hacerme esto. -Su mirada sarcástica y sus cejas elevadas me dicen que si puede y que ya lo hizo, logrando estar atrapada con las manos de un hombre desconocido.

_Prepárate esta será tu última noche después te largaras con él. -Me mira con desprecio y vuelve al sillón frente al televisor.

Me levanto lentamente y siento como mi mejilla arde de dolor, pero sin importarme mucho me dirijo hacia mi habitación, cierro la puerta y el alma se me parte como si me clavaran algo dentro de mí, siento morir lentamente, siempre quizás tener un padre que estuviera a mi lado que respetara mis opiniones, decisiones y me quisiera pero jamás lo obtuve a cambio de eso tuve aun monstruo que no supo quererme y me lastimo siempre cuando tuvo oportunidad, que hice para merecer esto, que fue lo que hice siempre me lo pregunte, acaso jamás podre sonreír sin dejar de pensar que minutos después lloraré? Las lágrimas coreen por mis mejillas, haciendo reflejar que mi dolor no solo es superficial sino también por dentro, pero es así y siempre ha sido así, no puedo pensar si quiera que cambiara porque sería esperar que lloviera en un día soleado, luchar contra la corriente y estoy cansada de luchar con algo que solo me lastima más, pero como dicen lo que no te mata te hace fuerte y quizás eso puedo utilizarlo a mi favor...

Ámame Fuerte // Trilogía Contingencia(#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora