Capítulo 11.

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Mi mente viajo hasta hace seis años cuando me dio una crisis parecida a esta, solo que en una situación diferente. En ese momento, confiaba en Harry plenamente pero ahora mirándolo, viéndome de esta manera tan preocupado y con queriendo que me recupere con todas mis fuerzas, me hizo sentir segura de alguna manera.


Esa seguridad se esfumo en segundos cuando caí en la realidad de donde estaba.


Me aleje de Harry y limpie mis lágrimas rápidamente. Busque a Rebecca con la mirada y ella estaba pegada a la pared mirándonos.


—Lo siento mucho...por lo que acabas de ver.— Susurré poniéndome a su altura de nuevo. —Nena... ¿estás bien? Tú... ¿escuchaste algo de lo que dijo?

—Yo...tú...me diste miedo.— Susurró. —Nunca te había visto de esa manera.

—Lo siento tanto.— Traté de abrazarla pero ella jadeo y me miró temerosa.


Con el dolor en mi corazón, me paré y miré a Harry.


—¿Nos llevas a casa, por favor?



•••



Al abrir la puerta, deje que Rebecca entre primero.


—¿Puedo ver televisión?— Preguntó Rebecca. Recordé en como Andrew me había dicho que ella estaba castigada y solo podía practicar con su violín.

—Claro, ve.— Sonreí. Unas horas frente al televisor no le harán daño. Iba a cerrar la puerta apenas entré, pero una mano lo impidió. —Si estás esperando algo por lo que pasó allá, confórmate con un gracias.— Hable entre dientes.

—Estas locas si piensas que voy a dejarte sola —Me sonrió cínicamente.

—No estoy sola, estaré con Rebecca. No te necesito, Harry. Así que si me disculpas...

—Acabas de tener una crisis nerviosa, jodete.— Interrumpió jalando la puerta y entrando. —Te conozco mejor que nadie y no pienso dejarte sola.


Un hormigueo apareció en mi estómago pero lo ignoré. Resoplé y cerré la puerta. Deje mi bolso en la pequeña mesa que estaba junto a la puerta y colgué mi chaqueta en el perchero. De frente fui a la cocina para prepararle una merienda a Rebecca, Harry era como una sombra para mí, estaba detrás de mí en cada cosa que hacía, solo mirando en silencio.


—¿Podrías ser útil en algo y lavar las uvas que están en el refrigerador?— le pregunté mientras yo cortaba el plátano en pequeñas rodajas.


Cuando él termino su pequeña tarea, toda la fruta lo puse encima de una bandeja y lo deje en la mesa delante del televisor. Ella me susurro un simple gracias y apenas me miro. Harry estaba mirándome desde una distancia apropiada, analizando todos mis movimientos.


—¿Necesitas algo más?— pregunté, tratando de que ella hable más conmigo.

—No...gracias.— Me miro rápidamente.

Risk It All. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora