Capítulo 18.

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La chica del multimedia es quien interpreta a Juliette, la puse para que tengan una idea de como yo la imagino en el fic, bbys.



—Cálmate, Andrew.— Susurré cuando escuchamos que Rebecca estaba bajando las escaleras. La mirada de miedo que tenía no podía disimularlo.

—Papi, ¿por qué sigues con esa ropa?— Rebecca nos miró a los dos. Ella seguía con su pijama y me di cuenta que esperaba que alguno de nosotros le haga el desayuno.

—Llamaré a Brenda para que lleve a Rebecca al colegio. Tú y yo necesitamos hablar. Ve a la habitación, Rebecca no puede verte así de...destrozado.— Le susurré. Miré a Rebecca que nos miraba en busca de respuesta. —Cariño, ven, acompáñame. Te prepararé le desayuno.

—Espera.— Dijo Andrew y se agachó para estar a la misma altura que su hija. —Rebecca, sabes que te amo ¿verdad?

—Claro que sí. Yo también te amo, papá. Eres el mejor.— Le sonrió y juro que podía escuchar mi corazón rompiéndose. Esto es lo peor que le podía pasar a Andrew.

—Eres lo mejor que me ha traído la vida, nunca lo olvides, por favor.

—Está bien.— Rebecca lo miraba extrañada por su comportamiento pero de igual forma, lo abrazó. —Te amo, ve a dormir, papá, no te ves bien.


Andrew asintió y le dio un beso en la mejilla antes de que suba las escaleras directo hacia nuestra habitación. Agarre la mano de Rebecca y las dos nos dirigimos hasta la cocina. Le preparé algo simple para que vaya avanzando mientras Rebecca comía, Brenda apareció sonriendo.


—¿Paso algo malo?— susurró cuando estaba a mi lado.

—Nada de qué preocuparse.— Aseguré. —Por favor, llévala al colegio y que no se olvide de llevar su violín.

—No te preocupes por eso.— Respondió.

—Ah, y te pediría que cuando vayas a recoger a Rebecca, estés ahí 15 minutos antes. No la pierdas de vista por ningún motivo y no dejes que alguien más que no conozcas se acerque a ella.

—S-sí, claro.— Tartamudeo. —Rose, ¿Estas segura que todo está bien?

—Nada que no lo podamos resolver.— Susurré mirando a Rebecca. Me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla de despedida.


Subí casi corriendo las escaleras y entre a mi habitación. Andrew estaba sentado en la cama y sus manos cubrían su rostro.


—¿Te encuentras bien?— pregunté, acercándome poco a poco hasta sentarme a su lado.

—¿Cómo crees que me siento, Rose? La maldita perra de Juliette quiere quitarme a mi hija. Estoy rebosando de alegría.— Me miró, sus ojos estaban rojos y tenía el ceño fruncido.

—Y-yo, lo siento.— Murmuré, algo sorprendida por la forma en como me respondió. Él suspiro, restregándose la cara.

—No, perdóname a mí. No debí contestarte así. Es solo que...este tema vino tan de repente y me siento atrapado. No sé qué hacer. Es su madre y sé que tiene todo el derecho de verla, pero la conozco. Ella la quiere alejar de mí.

—¿Y no crees que ella quiere solo tener un poco de tiempo con Rebecca?

Se rio. —Cuando nació, apenas la veía y me obligo a contratar a una niñera porque ella no soportaba que Rebecca se despertara cada tres horas para que la alimenten. Ni hablar del hecho que no quería amamantarla, se reusaba a que sus tetas estén en la boca de un bebé, pero bien que no se quejó cuando la vi con el idiota que estaba manoseando sus senos en plena calle.— Hablo, resentido.

Risk It All. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora