Capítulo 7.

40.1K 2.1K 398
                                    

No lo mates, no intentes hacer algo que te puede meter en la cárcel.


Eso era lo que me repetía a cada momento. No pude soportar la presencia de Harry, así que salí del restaurante a pesar de que escuchaba que Andrew me llamando, algo debió detenerlo porque él no me persiguió y ahora, estaba sentada en una banca del parque más cercano que encontré desde ese restaurante. Milagrosamente, no estaba llorando pero si seguía sintiendo la rabia contenida hacia Harry. En mi mano seguía el spray bucal que Harry me había dado, lo apreté tan fuerte que mis dedos empezaron a doler. Para sacar un poco de frustración de mi cuerpo, tiré la pequeña botella y cayó entre pequeños arbustos.


—Oye, eso me costó diez euros.


No tenía que voltear para saber que él estaba aquí. Me paré dispuesta a alejarme de él, pero agarro mi codo impidiéndomelo.


—No me toques, Harry.— Amenacé y él alzo las manos en forma de inocencia.

—Lo que sea, solo vine a hablar contigo.

—¿Sobre qué? ¿para recordarme otro problema que tengo en mi vida y tuve el error de contarte?— Sonreí irónicamente.

—Sé que estuvo mal decirte eso.

—¿Que ganabas con decir eso? ¿querias hacerme pasar esa vergüenza?

—¿Vergüenza de qué? Se supone que Andrew es tu novio y debía saber de ese tema.


Me reí.


—Andrew si sabía de ese detalle de mi vida, de él no estaba preocupado, sino de Ángela. La gente no tiene que saber que he tenido problemas alimenticios ¿sabes?

—¿Él sabía que eras bulímica? O que lo sigues siendo, lo siento. No he seguido paso a paso tu vida.

—No soy bulímica. Ya no.— Suspiré. —Y claro que él sabía sobre eso, es mi novio.

—A mí nunca me dijiste, yo lo tuve que resolver yo mismo.— El tono de su voz cambió radicalmente a un tono muy ronco.

—Nosotros nunca fuiste novios ¿recuerdas?— Él evitó mi mirada. —Con Andrew es diferente, vamos tres años juntos, obviamente que sabe por todo lo que he pasado.

—¿También sabe que fuiste mi amante?— Se acercó peligrosamente a mí, sus labios rozaron mi oreja y maldita sea me dio un escalofrío. —¿Él sabe que solíamos compartir sabanas?


Lo empujé con todas mis fuerzas y lo señalé con mi dedo.


—No vuelvas hacer eso.


Se rio, como si lo que acababa de hacer fuera algo natural.


—Tranquila, Rose. Solo estaba jugando contigo.

—¿Eso es lo único que viniste? Porque ahora no estoy de humor de ver tu cara.

—Estas un poco estresada ¿no?

—Todavía tienes el descaro de decirme eso.— Suspiré, cansada de toda esta situación. —Lárgate antes de que te golpee.

Risk It All. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora