Risk It All. {h.s}

Capítulo 5.

Lo siento si no pudieron ver el capítulo, aquí esta de nuevo. Espero que les guste.

¿Cuántas son las probabilidades de encontrarte con la persona que más te hizo daño en la casa de los familiares de tu novio?

Sí, no creo que sean muchos.

Ahí estaba yo, a unos metros de Harry y pude evitar analizarlo. Su cabello había crecido un montón, creo que hasta esta más largo que mí cabello, también parece hecho mucho ejercicio ya que sus hombros están más anchos y hasta podría decir que un poco más alto, pero todo lo demás segiua igual. Sus ojos verdes, sus labios rosados, sus rizos...

Mierda, basta.

—¿Y? ¿No vas a decir nada?— preguntó Ángela rompiendo el horrible silencio que se hizo en la sala mirando a Harry. Yo la observé porque no podía seguir mirándolo. —Estuviste muy preocupado por donde estaba ella el día de nuestra boda ¿Y ahora no tienes nada que decir?

Ahora era mi turno de mirarlo a él.

Trató de buscarme.

Mi corazón dio una pequeña voltereta al imaginarme como él debió estar buscándome, pero ya era demasiado tarde. Tomé una fuerte respiración y extendí mi mano.

—Es bueno volver a verlo...Señor.— Murmuré con una pequeña sonrisa en mi rostro y me aplaudí internamente por no dejar intimidarme por él.

Su mirada sorprendida se fue rápido y se convirtió de nuevo en esa mascara que estaba acostumbrada de ver. Extendió su brazo también y nuestras manos se tocaron. Sentí un escalofrío en mi espina dorsal y quise apartar mi mano inmediatamente pero él me lo impidió aferrándose de ella. Apreté los labios al ver un atisbo de su sonrisa y luego se apartó.

—¿Harry era tu jefe?— voltee a mirar a Andrew quien nos miraba sorprendido.

—Sí.— Murmuré agarre su mano y la apreté porque necesitaba de su calidez en este momento.

—¿Cómo es que nunca te conocí?— me sonrió.

—No puedes mezclar el placer con el trabajo, querido Andrew.— Habló Harry por primera vez desde que todos nos reunimos aquí. Oh santo Dios, había olvidado su maldita voz ronca. —Rose, no tenía nada que ver con la familia de mi novia.

—No mezclar el placer con el trabajo.— Me reí. —Sí, lo he escuchado antes.— Lo miré y pude ver como tenso la mandíbula.

Rose: 1

Harry: 0

—Supongo que eso no se puede aplicar con nosotros ¿no?— dijo Andrew en broma.

—En serio no puedo creer que estés con mi primo.— Chillo Ángela con una gran sonrisa en su rostro.

Mi mente vagó hasta hacia seis años, en la casa de Harry.