—Rosalyn Mester —Dijo el chico, mirando fijamente a su superior.—¿Estás seguro? —Preguntó aquél hombre, levantándose de la silla.
—Totalmente señor —Contestó muy seguro.
—Bien. Quiero dirección de casa, escuela, horarios, todo lo básico. Regreso en una hora. —Finalizó el hombre, saliendo por la puerta de la casa.
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La familia ''Mester'' era reconocida gracias a Johán Mester, el padre de la poderosa familia. Él era el dueño de la compañía de bancos más solicitada en todos los alrededores de Estados Unidos de América. Como era de esperarse, Johán y su familia vivían en una residencia privada en la ciudad de Manhattan, Nueva York. La familia era conformada por Johán y Lizbeth McCartney, y sus dos hijos, James 19, y Rosalyn 17.
Miércoles. 6:45 am.
—¡10 minutos!— Avisó él, a través de la puerta.
—Lo sé, ya voy —Contestó ella. Terminó de cepillarse el cabello y salió de la habitación. Al bajar de las escaleras, se percató de lo diferente que lucía la casa. ¿Qué era? Oh, si. Las paredes. —Mamá, deja de pintar eso —Dijo ella, mientras se acercaba a la cocina por su desayuno.
—No lo hará y lo sabes —Le susurró James, sirviéndose licuado.
—No lo haré —Respondió su madre, siguiendo con su brocha. Ambos rieron.
—Supongo que te falta poco, ¿Por qué elegiste café? Es muy rústico —Se quejó ella, sentándose en la mesa, frente a su hermano.
—A tu padre le gustaba el color durazno y a mí el café fuerte, elegimos uno que mezclara los dos. —Dijo orgullosa.
—Hubieran llamado a algún experto en pintura... —Susurró ella. James rió, —Solo digo... —su madre le lanzó una mirada amenazante.
—Rosalyn —Le dijo, en tono alarmante.
—Lo siento —Dijo ella controlando su risa. —Es broma, quedó bien mamá —Le dio un sorbo más a su cereal.
—¿A qué hora piensan irse? Faltan 10 minutos, llegarán tarde —Advirtió ella. James dejó su plato en el fregadero y corrió por su mochila.
—Apúrate niña —Dijo él. Tomó las llaves del carro y se paró frente a la puerta.
—Como te odio. —Respondió ella, terminando de comer rápidamente. Después tomó su bolso. —Desearía tener mi propio auto. —Se lamentó.
—Lo tendrás cuando cumplas 18... ahora, váyanse. Los veo alrato, cuídense mucho. —Dijo su madre levantándose para darles un beso de despedida.
—Claro mamá, ah... recuerda que hoy iré a clases de modelaje, vuelvo a las 4. —Dijo Rosalyn, sonriente.
—Si, cualquier cosa, llámame. Los amo hijos. —Dijo ella, antes de que salieran por la puerta.
—¡Nosotros también! —Respondieron al unísono.
Salieron y se subieron al automóvil de James, un lamborghini rojo. Nada mal. Ese auto solo provocaba que llamara más la atención, de lo que ya lo hacía. Él siempre había sido popular en la preparatoria. Era el capitán del equipo de futbol americano. Era realmente atractivo con todas las chicas. Nada comparado con su hermana, Rosalyn. Ella era diferente. Por supuesto que era bonita, pero no le gustaba estar siempre llamando la atención. De hecho, casi no tenía amigos. La única persona a la que consideraba amigo, era su mejor amigo Bruce. A él lo conocía de años atrás, desde su niñez. Aunque para James, él seguía siendo una niña.
Minutos más tarde, Rosalyn se encontraba caminando en el pasillo principal de la escuela.
—¡Rosy! —Gritó alguien detrás de ella. La sobresaltó.
—Demonios, Bruce. —Dijo ella, observándolo. El reía. —¡Me asustaste!
—¿A dónde pretendías ir sin mí? —Preguntó, en tono de broma.
—A veces siento que eres mi padre. Tengo clase de química. —Dijo ella, sonriendo. Él la abrazó tiernamente, mientras seguían caminando.
—Oh, te acompaño. —Dijo feliz. —¿Qué harás saliendo de clase? Tenía pensado en ir a comer a...
—Tengo clases de modelaje hoy, ¡Es miércoles! Recuerda, lunes, miércoles y viernes. ¿Acaso siempre lo olvidas? —Preguntó ella, desconcertada. El hizo mueca de disgusto.
—Maldita sea, es cierto... —Se tocó la frente. —Te llamo en la tarde, tengo algo que contarte —Confesó. Ella se detuvo y volteó a verlo.
—¿De qué se trata? —Preguntó curiosa.
—Liam quiere quitarle a tu hermano el puesto de capitán en el equipo. —Soltó de pronto. Rosalyn hizo gesto de sorpresa.
—¿Qué? ¡Es un imbécil! Mi hermano ha luchado por ganarse ese puesto. —Se quejó ella. Sintió como el coraje la envolvía.
—Tranquila... no te enojes. No creo que se lo quite. —Avisó él.
—Oh, no lo hará. —Dijo ella.
—Lo odias... ¿Cierto? —Dijo Bruce con una divertida sonrisa. Ella volteó los ojos.
—Odiarlo es poco. —Respondió ella.
—Pero recuerda que un día lo amaste... él fue tu primer...
—¡No lo digas! Desde que terminamos, él ha hecho todo por joderme la existencia. —Se quejó ella. Bruce sonrió y se quedó callado.
—Bien, que ya no se hable más del tema. —De pronto, la campana sonó. —Oh, mejor dicho, a clase, al rato te llamo Rosy. —Dijo, dándole un beso en la mejilla. Ella sonrió y asintió.
—Si, adiós papá. —Dijo burlándose. Bruce le regaló una última sonrisa y se alejó. Rosalyn sonrió al verlo alejarse. ¿Qué haría ella sin él? Era su mejor amigo, estaba a cada momento a su lado. Definitivamente era su más grande apoyo. Solo él y nadie más que él sabía todo sobre ella. Gustos y disgustos. Estados de ánimo. Secretos. Él la conocía mejor que nadie. Pero quizá pronto... alguien llegaría a separarla de Bruce y de toda su familia... alguien que Rosalyn Mester, jamás vió venir.
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—Tengo lo que me pidió, señor. —Avisó él.
—Bien. Los chicos están en camino. Necesito que prepares todo, salimos en unas horas. —Le avisó. Él se puso de pié y guardó su laptop dentro de su mochila. —Oh, y Justin... —Le habló. Justin se dio la vuelta, antes de subir las escaleras.
—¿Si, señor? —Preguntó.
—Esta misión es importante, ¿Lo recuerdas?—Preguntó. —Incluso más importante que la misión Farrel.
—Losé, sé perfectamente que la misión Mester implica más dinero. —Recordó él.
—Así es. Espero no me fallen. —Dijo, con cierto tono amenazante. Justin asintió con la cabeza.
—Nunca lo hemos hecho, y esta, no será la excepción... —Finalizó él, seguro de si mismo. Pero ni él ni sus compañeros sabían que a partir de esa tarde, absolutamente todos sus planes, estaban a punto de cambiar...
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NOVELA ORIGINAL DE
***NATALIA ORTEGA***Esta novela no es mía
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Detrás de los Mester. 1tem
FanfictionSinopsis. Se trataba sólo de una misión más en las manos de Justin Bieber. Él y sus colegas estaban dispuestos a hacerlo. Eran expertos en secuestros. Lamentablemente, así era su estilo de vida. Pero esa tarde, nada estaba previsto como ellos lo hab...