29

180 7 0
                                    

Abrió lentamente sus ojos. Tenía la vista nublada y borrosa. Se percató de que estaba tirado frente a la entrada del hotel. No podía escuchar nada. Un pitido fuerte se había apoderado de sus oídos. Sintió su cuerpo débil. Puso ambas manos frente a él, para intentar ponerse de pié. No pudo. El fuego se acercaba tentativamente hacia él. Con las pocas fuerzas que tenía, se arrastró por el suelo, hasta llegar a la calle. Empezó a recobrar poco a poco la vista. A su alrededor había cientos de vidrios rotos. Entonces, su oído empezó a volver también. Comenzó a escuchar gritos, muchos gritos. Una molestia se hizo presente en su brazo. Poco a poco se sentó sobre la calle y se quitó la chaqueta. La molestia se convirtió en dolor, un fuerte dolor. Observó la causa en su brazo: un enorme vidrio encajado. Mierda. Soltó un quejido de dolor. Con su mano temblándole, intentó sacarlo. Falló. Gritó de nuevo. Volteó a sus alrededores para pedir auxilio, pero no había nadie. Observó al frente, el hotel ardía en llamas en toda su extensión. ¡Dios! Se aterró. A lo lejos, empezó a escuchar las sirenas de los bomberos. De pronto, un grito más fuerte se hizo presente... un grito que retumbó hasta su cabeza. Un grito conocido. Si... él sabía de quien era esa voz. Velozmente giró su vista hacia un lado de la carretera, encontrándose con su lamborghini detenido frente a un semáforo. Junto al auto, estaba ella... Rosalyn. En los brazos de... no, mierda, no. ¡Era Richard! Le tapó la boca y la metió forzadamente al auto. Él se adentró, encendió el feroz motor y pisó a velocidad tremenda el acelerador, haciendo rechinar las llantas. Justin se quedó perplejo. Quien sabe como y de donde, pero sacó las pocas fuerzas interiores que tenía para ponerse de pié. En un movimiento desesperado, se desenterró el vidrio del brazo. Apretó los dientes para no gritar de dolor. Pero entonces, su vista se nubló de nuevo. ¡Joder! Cerró los ojos. Se tocó la frente. Sangraba también, tenía una herida en ella. Pero no le importó. No, no le importó en lo más mínimo. Por que había algo más importante que sus heridas en ese momento. Ella. Rosalyn Mester. El amor de su vida. Así que sin importarle todo el dolor que estuviera sintiendo, sacó su arma del bolsillo, se puso en medio de la calle y detuvo al primer auto que pasara frente a él. Un Mercedes Benz plateado se hizo presente.

-¡BAJE DEL AUTO!- Le gritó al conductor, apuntándole con la pistola. Era un hombre de escasos 35 años de edad.

-Joder- Susurró él. -¿Estás bien? Baja el arma, muchacho...- Pidió, poniendo sus brazos al aire. Justin abrió la puerta y le apuntó más de cerca.

-¡Bájese del auto! ¡No se lo repetiré otra vez!- Gritó Justin enfurecido y desesperado. El hombre de traje se bajó del auto, asustado. Justin se subió rápidamente al lujoso convertible.

-Si es por el dinero, puedo darte lo que sea, pero mi auto, joder, mi auto no...- Susurró él, tristemente. Justin volteó a verlo.

-Lo siento- Se disculpó, ajustándose el cinturón de seguridad. -No es por el dinero- Confesó. -Es por mi chica- Finalizó. Y sin más que decir, pisó el acelerador con fuerza, con un solo objetivo en mente: Salvarla.

-

De nuevo, rasgó la tela con el cuchillo, dejando la pintura menos reconocible. Rosalyn lloraba, lloraba y lloraba. Tenía miedo. Pero no era tanto eso. Era odio, asco, vergüenza de ellos. ¿Cómo se atrevían a destrozar la pintura que Justin había hecho para ella? Eso le dolía mucho... ese retrato tenía un gran significado para ella. Quería escupirles en la cara, golpearlos, maltratarlos, pero no podía estando atada a una silla.

-¿Qué opinan chicos? ¿Una vez más?- Preguntó Richard a Ethan y Christian.

-Claro, claro- Animó Ethan. Richard sonrió y volvió a cuchillar el retrato. Rosalyn agachó la mirada y más lágrimas cayeron por su rostro. Se sentía horrible en esos momentos. Quería morirse. La tenían encerrada en su propia casa. No tenía idea de donde estaban sus padres ni James. No tenía idea de donde estaba Justin. Estaba aterrada.

Detrás de los Mester. 1temDonde viven las historias. Descúbrelo ahora