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Lizbeth se quedó callada unos momentos. Analizando lo que Justin acababa de decirle. Tratando de encontrar una explicación razonable.

-Pero yo no lo amo a él- Habló finalmente. -Yo amo a Johán. No quiero volver a ver a Richard en toda mi vida- Susurró.

-Losé- Respondió Justin. -Créame que tampoco yo. Pero el volverá y creo que usted lo sabe mejor que nadie. Lo mejor será que salgan de esta casa- Advirtió.

-¿Salir de aquí? No, no podemos- Respondió Lizbeth.

-¿Entonces qué sugiere?- Preguntó él.

-Yo...- Se quedó callada un momento. -Creo que no importa donde estemos. Nos encontrará. Quizás pueda llamar a la policía, a los que han estado ayudando en este caso...- Justin la interrumpió.

-Si usted llama a la policía, esto habrá terminado para mí- Le informó Justin. -Están buscándome, señora McCartney. Y no puedo intervenir desde adentro de una celda-.

Rosalyn y Lizbeth se quedaron calladas un momento. De pronto, unos pasos empezaron a bajar las escaleras. Los tres giraron su vista, encontrándose con James, parado frente a ellos. Con una expresión de sorpresa en el rostro.

-Rosalyn...- Susurró. Enfocó su vista hacia Justin. -¿Qué demonios...? ¿Qué hace él aquí?- A continuación, hizo lo primero que se le ocurrió. Alcanzó un bat que colgaba de la pared y lo sujetó con ambas manos. Justin tragó saliva.

-Mierda. Suelta eso viejo- Pidió Justin, poniéndose de pié. Alzó sus brazos al aire. James lo miraba con rostro de confusión y coraje. Todo al mismo tiempo.

-James, suelta eso- Pidió Rosalyn, asustada.

-Que alguien me diga que hace este imbécil aquí o lo golpearé como a una bola de baseball- Amenazó. Justin negó con la cabeza.

-No creo que eso sea lindo, ¿O si?- Preguntó Justin, nervioso. Lizbeth se puso de pié.

-Hijo, Justin está aquí para ayudarnos- Habló su madre. James no le apartaba la vista a Justin.

-¿Después de que tuvo secuestrada a mi hermana por un mes, se atreve a poner un pié en nuestra casa?- Preguntó, enojado. Miró amenazante a Justin. -¿Qué mierda quieres de nosotros? ¿No te bastó con hacernos sufrir por todo un mes? ¿No tuviste suficiente con llevártela? ¿Sabes cuántas veces vi a mi madre llorar por mi hermana? ¿Estás consciente de todo eso, idiota?- Preguntó, en tono fuerte. Justin asintió de inmediato.

-Lo estoy, créeme. Sé lo que hice y por eso estoy aquí- Susurró Justin. -Te agradecería que bajaras ese bat y puedo explicártelo- Rogó. James dio pasos veloces hacia Justin. Mierda. Rosalyn corrió y se posicionó frente a Justin, para cubrirlo.

-No te atrevas a tocarlo, James- Advirtió ella, cubriéndolo. Justin se sintió pequeño al encontrarse en esa situación. Nunca recordó haberse sentido tan intimidado. James era claramente mucho más alto que él. Fácilmente lo apuñalaría sin problemas.

-Apártate Rosalyn. Voy a patearle el trasero a este rubio- Amenazó.

-Oh, mierda- Susurró Justin.

-No lo harás- Dijo firmemente ella. -Yo decidí irme con él. Justin no me secuestró. Él no es lo que tú crees. Necesitas saber la verd...- James la interrumpió.

-No necesito saber nada. ¿Entiendes? Lo único que sé, es que desde que él apareció en nuestras vidas, todo es una mierda. Mamá y papá solo sufrían. Yo sufría. Y a él, no le importó eso. No le importó devolverte con nosotros, con tu familia. Ahora, quiero que se largue- Soltó el bat, haciéndolo rodar por el suelo.

Detrás de los Mester. 1temDonde viven las historias. Descúbrelo ahora