Después de una larga mañana en la escuela, se encontraba ahora en sus clases de modelaje. Apenas entró por la puerta principal del salón, todas las chicas la recibieron con los brazos abiertos.
—¡Rosalyn!— Gritó Brenda. Ella era de sus pocas amigas ahí. Con las demás solía llevarse bien, pero sólo entre clases. Con Brenda era diferente. Mantenía una buena comunicación por fuera, pero no era su preferencia. No como Bruce. Rosalyn sonrió enormemente y la abrazó.
—Brenda, me alegra verte de nuevo— Dijo, mientras la abrazaba amistosamente.
—Wow. Hace demasiado tiempo que no sabíamos nada de ti— Contestó Brenda, con preocupación en sus palabras. Dejaron de abrazarse, ahora Rosalyn saludó a sus demás compañeras.
—Lamento mucho lo de tu madre...— Susurró Lily, otra de sus amigas. Las demás le otorgaron sus condolencias también.
—Gracias chicas— Dijo Rosalyn, con clara tristeza en su rostro.
—¿Estás bien?— Preguntó Brenda. Las demás chicas se alejaron. Brenda y Lily permanecieron junto a ella, mientras la maestra Kath llegaba al salón.
—Triste. Pero recuperándome— Confesó. —Pero no quiero hablar de eso. Mejor cuéntenme, ¿Qué han hecho todo este tiempo?— Preguntó, para cambiar de tema. Y no hubo discusión. Ambas comenzaron a explicarle nuevos modales que debía aprender. El modelaje puede sonar fácil, pero no lo era. Realmente requería prática, actitud y reglas. Algo que a Rosalyn, le fascinaba.
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—Un toque más...— Susurró Justin. —Justo aquí— Apretó la brocha contra la tela, dándole una tonalidad más azul. Christian seguía boquiabierto. Se había quedado ahí toda la tarde, simplemente observando como su amigo realizaba su obra de arte.
—¿Terminaste?— Preguntó, impresionado.
—Si. Ahora, esperaré a que se seque— Dijo, dirigiéndose al baño de la habitación para lavar sus pinceles. Christian seguía perplejo observando.
—Un día tienes que enseñarme a pintar así— Pidió Christian. —Superas a Van Gogh, viejo—.
Justin soltó una risa, mientras regresaba al cuarto con los pinceles ya lavados.
—Exageras bastante, Chris— Respondió de inmediato. Empezó a guardar las cubetas de pintura bajo la cama. —Pero lo admito, no se me da nada mal la pintura— Admitió, orgulloso de si mismo. Se paró junto a Christian para observar su propia creación.
—¿Cuándo se la entregarás?— Preguntó él, curioso. Justin suspiró. Volteó a ver el reloj sobre el mueble. Al parecer hizo cuentas en su mente. Christian no entendió porqué. Lo que en realidad pensaba Justin, era en el tiempo que la pintura duraría en secarse.
—Hoy— Finalizó, con una sonrisa inconsciente en su rostro.
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—¿Cómo te fue hoy?— Preguntó James, mientras conducía su lamborguini rojo de vuelta a casa. Uno igual al de Justin, a excepción que el de él era blanco. Otra cosa más que Rosalyn tenía para recordarlo. Maldición. Hombres y sus autos. Una no muy buena combinación.
—Bien... todo, normal— Respondió ella. James asintió.
—¿Puedo preguntarte algo, hermana?— Preguntó curioso. Ella asintió, algo confundida.
—Si, dime...— Contestó.
—¿Qué pasó contigo y con Justin?— Preguntó, completamente confundido. Ella hizo gesto de disgusto. —Me refiero a... ya no te ha visitado. ¿Siguen juntos? ¿Qué es lo que está pasando?—.
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Detrás de los Mester. 1tem
FanfictionSinopsis. Se trataba sólo de una misión más en las manos de Justin Bieber. Él y sus colegas estaban dispuestos a hacerlo. Eran expertos en secuestros. Lamentablemente, así era su estilo de vida. Pero esa tarde, nada estaba previsto como ellos lo hab...