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Capítulo 13.

Justin se puso de pié y se dirigió hasta el teléfono.
—Pediré la pizza, si quieres ir eligiendo la película, tengo llena esa caja de ahí— Le señaló esa grande caja que estaba junto a un mueble. Ella asintió y la abrió.
Había más de 50 DVD's en esa caja. Sería difícil elegir una. Empezó a verlas todas, hasta que encontró la indicada. Justin terminó de hablar por teléfono y se acercó a ella, quién tenía la película en sus manos.
—¿Terror en la calle Elm?— Preguntó Justin sorprendido.
—Si— Respondió ella feliz.
—Ah... yo, bueno yo creí que elegirías una comedia romántica o algo así... lo común en las chicas— Sonrió. —Pero si quieres ver a Freddy Krueger está perfecto—.
______ le sonrió.
—Me encantan las películas de terror— Confesó ella.
—¡Genial! Ya somos 2— En realidad mintió. A él no le agradaban tanto, pero no podía verse débil, no ahora.
Justin se acercó al refrigerador y lo abrió, de ahí saco un red-bull, de los que solía tomar casi siempre.
—¿Qué quieres tomar?— Le preguntó, abriendo su lata.
—Oye... ¿No te hará daño eso?— Preguntó ella viendo la bebida de Justin.
—No cariño, me tomo uno casi a diario. Me da energías, me hace sentir realmente bien. ¿Quieres uno?— Dijo tomándole al suyo.
—No, gracias. Yo... soda— Dijo ella. Justin sacó una coca-cola del refrigerador y se la dio.
—Lo siento, es de la única que tengo— Se disculpó.
—No te preocupes, me gusta—.
Alguien tocó la puerta. Justin abrió, le pagó al chico y regresó con una caja de pizza. Se sentó junto a ella y colocó la pizza en la pequeña mesa. Luego puso la película y antes de iniciarla un silencio incómodo rondó la sala.
—¿Estás cómoda? ¿O prefieres que me siente en otro lugar?— Le preguntó caballerosamente, pues estaba a unos centímetros de ella.
— Estoy bien, tranquilo. Gracias— Ambos se sonrieron. Justin le dio 'Play' a la película.
Se acomodó hacia atrás en el sillón, ella no efectuaba ningún movimiento. Empezaron a comer tranquilamente, conforme la película avanzaba, Justin se ponía más quieto. No quería parecer asustado. Hasta que...
—¡MIERDA!— Gritó dando un pequeño brinco en su asiento. Ella empezó a reírse, también se había asustado pero no como para brincar.
—¿Estas... estas bien?— Dijo sin dejar de reírse. Justin empezó a reírse también.
—¡Me dio un buen susto!— Dijo calmándose. ______ inconcientemente lo acarició del hombro, intentando tranquilizarlo. Él la miró y ella apartó su mano. Justin sonrió cautivante.
—Perdón— Se disculpó por haberlo tocado, ahora la sonrisa de Justin la puso nerviosa. La miraba jodidamente sexy.
—Tranquila, puedes tocarme cuando quieras— Dijo Justin sin dejar de mirarla. Hubo unos segundos de silencio y el celular de ______ la hizo reaccionar. La llamada decía 'desconocido' así que contestó.
—¿Hola?— Dijo ella. La voz al otro lado del teléfono hizo que ella soltara el celular, haciendo que éste cayera al suelo. ______ se tornó nerviosa y le temblaban las manos, pero intentó controlarse para que Justin no notara su miedo, pero ya era demasiado tarde para eso.
—¡Oye! ¿Qué pasa? ¿Estás bien?— Preguntó preocupado por su actitud.
—Est... estoy... bien. Estoy bien— Respondió tartamudeando. Levantó su celular del suelo y se puso de pié.
—No lo estás... mírate— Dijo Justin intrigado. —Dime que pasa por favor— Dijo parándose frente a ella.
—Nada ¿Si? Tengo que irme... gracias por la comida y la película... me la he pasado bien. Creo que saldremos otro día Justin— Dijo nerviosa, tomando su bolso y acercándose a la puerta, dio vuelta a la chapa pero estaba cerrada.
—¿Podrías abrirme?— Le preguntó a Justin, quien estaba a unos pasos de ella.
—No hasta que me digas que pasa— Dijo acercándose un poco mas a ella. ______ suspiró, no estaba lista para decírselo, pero al parecer, Justin no la dejaría irse.
—Escucha Justin... yo...— No tenía idea de cómo comenzar. —Tengo novio y me está esperando en mi casa. Tengo que irme para que no me descubra contigo. Ha sido eso— Mintió completamente. No tenía alternativas... Justin no podía saber que había sido madre... ni mucho menos que su ex estaba atormentándola.
Justin entreabrió los labios. «Ugh... esto fue un golpe bajo Bieber. Dolió».
—Ah... yo... si— Justin ya no sabía que decir. Saber que ella tenía novio le había dolido hasta el alma. Ella le interesaba y mucho. Pero ya no tenía oportunidades. Abrió la puerta de la casa, invitándola a salir.
—Lo siento, debí decírtelo antes. Espero puedas perdonarme— Dijo ella con todo el sentimiento de culpa encima.
—Si... digo no. Tranquila. No pidas perdón... yo... bueno, qué te valla bien— Dijo tartamudeando. Realmente sentía una presión horrible en su pecho. ¿Qué era eso?
—¿Estás bien?— Le preguntó ella, notando su cambio de actitud.
—Si, lo estoy. Adiós— Y le cerró la puerta en la cara. Dejándola afuera, sin siquiera despedirse. Pero esque no podía verla más... estaba dolido, ya no había oportunidades para él. «¡QUÉ IDIOTA FUI! Otra más que no es para mí...» Se lamentó desde el fondo de su corazón. Esta vez ya no podía verla... no más. Porque cada vez que la veía, le daba un motivo nuevo para que lo volviera loco... era... ella era perfecta. Pero perfecta para otro hombre. «No es para ti Justin. No lo es».

-

______ subió al auto. Lo encendió y condujo hasta su departamento. La culpa la inundaba... jamás se había sentido tan mal por mentirle a alguien. Pero con Justin había sido diferente... haberle dicho equivalía a perderlo. Seguramente él ya no se interesaría por ella, pero precisamente era eso lo que ______ quería. A pesar de que le gustaba... que vah... Justin le encantaba. Pero no podía meterlo en cosas como estas. No podía decirle lo de Kevin, ni lo de Zac, ni lo de su familia. Simplemente le daría más problemas de los que él ya tenía. No quería arruinarle nada... lo hacia por el bien de ambos. ¿Pero en verdad las cosas saldrían como ella las planeó?
Entró a la casa. Estaba solitaria, valla, todo era diferente sin Caitlin. Ella definitivamente le alegraba sus días. Se dio una ducha en la cual se dedicó a pensar... en Justin. No podía sacarlo de su mente. Sus hermosos ojos miel que la miraban como si fuera lo más lindo que hay en la tierra. Él la hacía sentir alagada en cada momento pero... no más.
A la mañana siguiente, ______ estaba lista para irse a la universidad, cuando Caitlin llegó.
—¡Hola!— La abrazó.
—¡Hola Cait! ¿Cómo te ha ido con tu mamá ayer?— Preguntó.
—Bien, estupendo— Caitlin la miró fijamente. —¿Qué hiciste ayer? Bueno... mejor déjame adivinar. Saliste con Justin— Valla que era buena adivinando.
—¿Cómo lo sabes? ¿Me espías?— Preguntó sorprendida. Caitlin rió.
—No es difícil imaginarlo... te está volviendo loca ese rubio— Caitlin le alzó una ceja. ______ se sintió mal por dentro... si ella supiera la verdad.
—No... claro que no— Mintió una vez más, ya se le estaba haciendo costumbre. —Bueno amiga, tengo que irme a la universidad, nos vemos en la tarde— Se despidió y sin esperar respuesta salió de la casa.

-

—Necesito que hables con el señor Johnson, está en la línea, tiene entrevista mañana en nuestro canal— Avisó la secretaria a Justin. Éste suspiró.
—¡Losé! Pero estoy ocupado con estos papeles que debo entregarle al jefe... dile que llame en 5 minutos, por favor Karen— Rogó. Ella asintió, no muy convendida y salió de su oficina.
Justin dio un tremendo suspiro. Tenía demasiado trabajo, y más porque era Lunes. Estaba de nuevo en la oficina y esto de trabajar para la televisión empezaba a disgustarle, el se encargaba de los guiones de los reporteros, recibir correos electrónicos para entrevistas, etc.
Pasó el Martes. Miércoles. Hasta que llegó el Juéves. Justin no la había llamado... ni lo haría, aunque quisiera hacerlo. No podía, ya se estaba haciendo a la idea. Pero pensaba en ella cada noche... más bien a cada momento del día. Recordaba el beso que le dio... todo. Había momentos en que le daban ganas de llorar de tan solo pensar que ella no era para él. Dolía. La extrañaba y mucho. Pero no podía llamarla más.
______ por su parte, estaba igual. No podía sacarlo de su mente... gracias a ello se distraía en las clases. Había llorado... se sentía tan mal. No podía decirle la verdad, no. Se sentía hundida en el inmenso fracaso... lo había perdido gracias a Zac. El cual seguía atormentándola con llamadas amenazantes, avisando la llegada de la venganza. Caitlin había sido su único apoyo... aunque ni ella supiera lo que pasaba.

-


Su jornada de trabajo terminó temprano. Eran las 2 de la tarde y salió. Se cambió de ropa, ahora se puso su chaqueta, pantalones negros y camisa blanca. Su atuendo para ir en su motocicleta. En su mochila guardó el traje que solía usar en la oficina. Se subió a su moto y condujo hasta una plaza, para comer algo. Llegó a McC'Donalds y pidió una hamburguesa. Se sentó en una de las mesas y a lo lejos vió a una chica castaña caminar hacia el.
—¿Eres Justin, cierto?— Le preguntó sonriente. Él asintió.
—Si... ¿Te conozco?— Trató de reconocerla pero le fue imposible.
—No, no me conoces. Soy Caitlin Beadles, la mejor amiga de ______. Mucho gusto— Le estiró la mano amable. Justin se sorprendió y recordó que ______ vivía con ella.
—El gusto es mío— Dijo Justin amable. Ella se sentó en la silla de enfrente.
—Oye... ¿Cómo les ha ido el Domingo pasado? Supe que estuvieron juntos...— Dijo ella picarona. Justin hizo rostro de tristeza.
—Pues, en lo que va bien. Pero se ha ido con su novio y pues... ya sabes... pero de ahí en fuera todo 'bien'. Ya no la he visto desde ese día— Respondió decepcionado. Caitlin frunció las cejas, sorprendida ante lo que él acababa de decir.
—¿Su novio? ¿Bromeas? ______ no tiene novio...—.
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