CAPITULO 38

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La fuerte lluvia que golpeaba en la ventana la despertó. Se dio cuenta de que estaba temblando a causa del frío, además de que la cobija estaba por los suelos. Gruñó. Volteó a lado de su cama, para abrazarlo. Estiró sus brazos pero al hacerlo, se percató de que no había nadie ahí. Abrió bien los ojos, incluso los talló varias veces. Efectivamente, Justin no estaba durmiendo junto a ella. Asustada, se levantó rápidamente. El corazón empezó a palpitarle con fuerza.


Caminó por toda la habitación pronunciando su nombre, pero él no respondía. Se asomó al baño, nada. Salió del cuarto, ahora lo buscó en la sala: nada. En la cocina: nada. Empezó a gritar fuerte 'Justin' pero él no respondía. Un horrible miedo empezó a apoderarse de su cuerpo, ¿Dónde podría estar él? Le aterraba la idea de que él ya se hubiera ido, sin despedirse de ella, o almenos dejarle una señal de vida, una carta, una nota, algo. Pero nada. El departamento estaba más silencioso que un cementerio, a excepción de la lluvia de afuera.


Así que decidió buscarlo afuera. No le importó estar en pants y una pequeña blusa, ni siquiera se puso suéter. Salió del departamento, fue directo al elevador, pues éste estaba en el segundo piso del edificio en el que Justin vivía. Al bajar, el recepcionista la miró extrañado, a ella no le importó. Buscaba desesperada a Justin. Finalmente salió del edificio, había una gran cantidad de personas caminando por la banqueta. Su mirada empezó a enfocarse en su objetivo: Justin. Empezó a caminar con desesperación hacia todos lados, gritando su nombre. Una señora mayor se le acercó, tomandola del brazo.


-Señorita, te resfriarás. ¿Por qué no entras al edificio? ¿Estás bien?- Le preguntó, preocupada. _______ estaba completamente empapada, de pies a cabeza, era casi la única que no tenía un paraguas.


-Estoy bien. Sé lo que me puede pasar, señora. Gracias- Se safó de ella y caminó hacia el frente, esperando a que los autos pasaran, para poder cruzar la calle. Iría al estacionamiento que estaba enfrente, donde Justin estacionaba su motocicleta siempre. La señora volvió a detenerla.


-¿Buscas a alguien jovencita?- Le preguntó ella. Pero era más que claro que si, pues no dejaba de gritar el nombre de él. _______ se detuvo a mirarla.


-Si, si. Se llama Justin- Su voz se hizo temblorosa, por el frio. -Es alto, 20 años, como 1.80, rubio, ojos miel, muy blanco, algo corpulento, mh...- Trató de pensar más, pero la señora la interrumpió.


-Hija, ¿Te refieres a aquél chico?- Contestó la buena mujer, señalando a un chico que se apresuraba a cruzar la calle desde la otra acera. _______ se quedó boquiabierta. Era Justin, vestido ya de militar, con su uniforme, perfectamente portado. Empapado y... hermoso. Perfecto. Como siempre lucía. Ella sonrió, sintiendo que lloraría en cualquier momento.


-Si, ¡Gracias!- Dijo ella, emocionada. La señora sonrió.


-Suerte, será difícil, pero el volverá. Les espera una larga vida juntos, sólo si tu lo permites. No te dejes llevar por las apariencias que atravesarán tu camino antes, _______. Alguien llamado Zayn. Hasta luego- Aseguró, marchandose de inmediato. _______ volteó a verla, extrañada. Pero ella ya había desaparecido entre la gente. La piel se le erizó ante sus comentarios. Primero, ¿Cómo demonios sabía su nombre? Sintió miedo. Segundo, ¿Cómo podría saber que Justin se iba? ¿Acaso sería una de esas raras que leen las cartas? ¿Y a que se refería con alguien llamado Zayn? Ella no conocía a nadie con ese nombre, bah. No le dio más importancia y se giró a verlo.


Él ahora se acercaba, había cruzado al fin la calle. Corrió hasta ella apresurado, hasta que estuvo frente a frente.


-¡_______!- Gritó Justin al verla empapada, en ese estado. Sin esperar respuesta, la cargó en sus brazos, protegiéndola un poco de la lluvia. Corrió hasta adentro del edificio, se apresuró a subir las escaleras y entrar a su departamento.

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