Capítulo 9.
-¡TU CITA ES HOY!- Le gritó al oído. ______ se levantó, asustada. Vió el reloj, eran las 9 de la mañana del sábado. Junto a ella estaba su amiga Caitlin con una gran sonrisa en el rostro.
-Caitlin... ¡Es muy temprano!- Se quejó.
-No me importa, tu cita con Justin es hoy. ¡ES HOY, ES HOY!- Dijo emocionada, haciendo un baile extraño. ______ empezó a reír a carcajadas.
-¡Estás mas emocionada que yo, mujer!- Dijo sin dejar de reírse.
-Vamos... ______. ¡LEVÁNTATE! Tenemos que ir por tu vestido ya, después a la peluquería a hacerte un peinado, maquillarte...- Ella la interrumpió.
-¡5 minutos más!- Dijo volviéndose a recostar. Caitlin empezó a hacerle cosquillas.
-¡NO CAITLIN! ¡PORFAVOR NO!- Le rogó, riéndose inmensamente.
-Entonces arriba- Dijo Caitlin. -No quieres plantar a Romeo- Finalizó y salió felizmente del cuarto. ______ sonrió. Caitlin era increíble... la mejor amiga de todas. O mejor dicho, la única verdadera amiga que tenía.
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-¡ME VEO RIDÍCULO!- Se quejó Justin viéndose al espejo de pies a cabeza.
-Te miras bien, hombre. Estos esmoquin que nos consiguió tu madre son increíbles, por primera vez nos hace ver elegantes- Dijo Harry felíz, el sí estaba conforme con su traje.
-Me siento como un viejo rico que prostituye mujeres y luego las descuartiza, para después comérselas pedazo por pedazo... ya sabes, lo normal- Dijo él sonriendo, dándole los últimos toques a su cabello peinado hacia arriba. Harry se rió.
-No seas idiota, Justin- Dijo carcajeándose. Justin abrió un cajón y sacó un perfume que hacia mucho no usaba. Se lo roció por todo el cuerpo.
-Valla... ¡YA YA YA YA! Para con eso, es mucho- Se quejó Harry, el olor era demasiado.
-Ahora sí soy sexy- Dijo sonriéndose a sí mismo. Harry le volteó los ojos.
-No te golpeo porque eres mi amigo...- Le dijo. -Bien Justin, son cuarto para las 6. Será mejor que nos vallamos ya, la misa comenzará y después... la fiesta- Avisó Harry.
-Dios, me siento nervioso. Mi hermana se casa... no sé. Es raro, pero me agrada Michael. Será felíz con el- Dijo por último Justin. Ambos se fueron en el auto de Harry a la iglesia.
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-¡Estás preciosa!- Dijo Caitlin boquiabierta. ______ sonrió, nerviosa.
-¿Lo crees? No sé... quizá debimos elegir un vestido más largo...- Protestó.
-¡NO! Te miras perfecta. Mírate, pareces modelo- Dijo acercándole el espejo grande. ______ se vió fijamente a sí misma. El vestido le quedaba muy arriba de la rodilla. Si era corto, pero le hacía resaltar sus increíbles piernas. Era color azul turquesa, pegado completamente a su cuerpo, con pequeños diamantes en su cintura y escotado de la espalda. Le resaltaba a la perfección su figura. Sus tacones eran del mismo color del vestido, abiertos. Totalmente hermosos. Y su cabello, estaba semi-recogido hacia atrás, dejándole un mechón en la cara, y lo demás del cabello hacia un lado del hombro. Se veía realmente sexy. Se sintió orgullosa de si.
-Si... acertamos- Le dijo a Caitlin.
-Es hora, guapa- Dijo señalándole el reloj. 7:50. No debía llegar tarde.
Ambas salieron de la casa y se subieron al auto. Caitlin la llevó hasta el jardín Morris Arboretum. Se estacionó afuera.
-Me hablas cuando quieras que venga por ti, ¿Si?- Le avisó.
-Si Cait. Gracias, eres la mejor. Te veo al rato- Dijo tomándo su pequeño bolso y bajando con cuidado del auto.
-¡Conquístalo!- Dijo Caitlin riéndose. ______ le sacó la lengua.
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Justin vió de nuevo su reloj de mano. Bien, ya eran las 8. El corazón empezó a latirle con fuerza, dios... se puso nervioso. Llevaba 10 minutos sentado en la orilla de aquella hermosa fuente. Se ajustó el saco. Entrelazó sus manos para no moverlas más. La música del salón de eventos le retumbaba en los oídos. Y recién comenzaba.
-Hola- Dijo una dulce voz frente a él. Justin alzó su mirada y se quedó perplejo. El corazón dejó de latirle. Lo que veían sus ojos parecía una princesa sacada de un cuento. Era hermosa... era perfecta. Reaccionó y se puso de pié, acercándose a ella.
-Ho... hola, veniste- «Pues claro que vino, que idiota sonaste Justin».
-Si, aquí estoy- Sonrió. Justin sintió que el corazón se le saldría. Nunca se había sentido tan nervioso frente a una mujer... él solía ser un tipo rudo y rebelde, nunca demostraba debilidad ante las mujeres. Hasta ese momento.
-Te ves...- Suspiró, observando cada parte de ella. -Hermosa- Trató de no tartamudear.
-Gracias, también te queda bien ese atuendo- Dijo sonriente.
-Gracias- Le sonrió. -Antes que nada, vamos adentro. Te presentaré a mi familia- Justin puso su brazo derecho cruzado frente a ella, invitándola a que lo tomara, caballerosamente.
-¿Entraremos así?- Preguntó confundida.
-Si... tómalo, tranquila. No muerdo- Sonrió cautivante. «A no ser que me lo pidas, cariño» sonrió ante sus pensamientos. Ella asintió y lo tomó delicadamente del brazo, enrollándolo con el suyo. Era la primera vez que hacía algo así. Sintió un revoloteo en su estómago, la actitud de Justin la ponía completamente nerviosa. Era una sensación... fabulosa.