Chica ruda y Enojón

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-¡Venga! ¡LEVÁNTATE!- grita Dark en tono juguetón- A poco y es lo único que puedes hacer- el hecho de que lea mi mente hace que cada golpe que intente sea totalmente nulo, él sabe cómo detenerlos... TODOS.

Me levanto con ira desprendiéndose de mis poros y ataco sin pensarlo, al llegar a una distancia determinada afirmo mis manos en el suelo, apoyo todo mi peso en él, e impulsando mis piernas logro al fin golpear con ambos pies el rostro de Dark. Quien asombrado pone sus manos en su rostro.

Y después de todo, al parecer al fin he logrado sorprender a los espectadores que entrenaban a nuestro alrededor, por simple instinto, me deslicé e impacté nuevamente mis dos pies en cada una de sus piernas haciéndolo caer arrodillado.

Tomé su cabello entre una de mis manos y levanté su cara, luego tomando una de las rudimentarias espadas de palo, que por supuesto era lo único que me había dejado tomar Crawford, la levanté con la otra mano y antes de que con todas mis fuerzas la lanzara en picada hacia su cuello, me detuve, dejando que la espada descansara suavemente sobre su pálida piel. Dark quien hace un instante solo me observaba con los ojos abiertos de asombro, dejó al fin escapar una sonrisa pícara; le extendí mi brazo y él lo sujetó, de tal modo que pudo recobrar su postura.

-Buena lucha.

-Perfecto tramposo- repuse satisfecha- te he derrotado.

Sólo unos instantes después noté que aún seguían pendientes de cada uno de nuestros movimientos.

-¡¿QUÉ NOS VEN, PARRANDA DE ENTROMETIDOS?! A ENTRENAR- gritó firmemente Dark

Cuando toda la multitud se alejó pude ver a Crawford desde el árbol más cercano, mirando en mi dirección con mucha atención, con un gesto de orgullo en su mirada y un atisbo de sonrisa en sus labios.

Sonreí abiertamente y tiré la espada con todas mis fuerzas, o por lo menos las suficientes para dejarla clavada en el suelo a unos 10m de mí.

-Muy bien Blizz, ahora vamos con otro cuerpo a cuerpo sin espadas- comentó Dark radiante de alegría- mañana seguiremos al fin con una espada de verdad.

Notó mi mirada sorprendida, y solo me señaló con un pequeño movimiento de cabeza hacia donde estaba Crawford.

-¿Qué tal vas?- la voz de Crawford me sorprendió a mi espalda.

Habían pasado dos semanas desde que Crawford me había dejado entrenar con Dark, era la última semana de Octubre y al fin había logrado tener avances con Dark, puesto que apenas y hoy había logrado derrotarlo, cosa que realmente empecé a dudar desde el primer día.

Básicamente me dedicaba a ello desde que salíamos de la universidad, y mi acercamiento con Dark solo me había ocasionado un muy notorio alejamiento de Crawford; nunca me hablaba, y en un principio lo creí justificable, ya que había desobedecido sus órdenes de entrenar, sin embargo, si antes a penas me saludaba, éstas 2 últimas semanas solo lo veía con los demás elfos, y cuando me acercaba a cualquiera de ellos en un grupo que estuviera él, éste se alejaba inmediatamente. Nadie cambió su actitud hacia mí, de hecho ya me hablaba con todos ellos y en las tardes de entrenamiento cuando Crawford aún no había llegado a monitorear los avances, me tomaba la libertad de luchar con cualquiera de los elfos que pidiera una lucha con la "humana"; más que ser una lucha, era conocer sus movimientos, sus tácticas de combate, competía a dar en el blanco con arco, lucha con espada, cuerpo a cuerpo, horas y horas de correr en el bosque, escalar, y cualquier otro tipo de ejercicio físico, sin embargo nadie se atrevía a tocarme cuando llegaba Crawford, a excepción de Dark.

"Whispering Woods"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora