Licántropos

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-¿Qué dem...- mi exclamación quedó atorada en mi garganta cuando vi pasar lo que parecía ser una manada de lobos frente a nosotros. Exceptuando que éstos no eran los Huargos en los que se convertían los elfos. Éstos tenían brazos y piernas subdesarrollados y caminaban prácticamente en 2 patas, su cara alargada y deforme mostraba aún facciones humanas, y su expresión fiera denotaba que no eran amigables.

-Shhhh...- Crawford tapó mi boca con una de sus manos y puso su cuerpo sobre el mío a forma de protección- no te muevas- susurró en mi oído.

Cuando hubieron pasado todos, incluidos los elfos que los seguían, nos levantamos rápidamente, me coloqué la franelilla que de no ser por la situación, hubiese sido algo divertido encontrarla en una rama del árbol en el que estábamos recostados, a determinada altura.

-¿Hombres lobo? ¿en serio?

-No tengo la menor idea de que hacen tantos de ellos por éstos lados, pero es obvio que tiene algo que ver con Hyol y el grimorio. Debo llevarte a mi casa, allí estarás a salvo.

-¿Y tú?- le pregunté con reproche a Crawford- ¿tú que harás?

-Debo ayudarles- en ese instante también se transformó en un enorme huargo de más de metro y medio de altura.

El lobo se inclinó lo suficiente como para poder subirme en su lomo, y justo cuando me sujetaba de el pelaje de su cuello, comenzó a correr, en un principio estuve a punto de caer, pero finalmente resolví como sujetar mis piernas a cada lado de sus costillas.

Si bien lo elfos eran rápidos en sí, transformados en semejante bestia eran prácticamente inalcanzables.

A los pocos segundos llegamos a su hogar, cientos de elfos tanto de sangre como altos, estaban reunidos en el claro principal. Al parecer, en estos momentos no existían barreras entre ellos.

Crawford volvió a su forma humana justo en el momento en que saltaba el árbol que llevaba a su habitación; admito que alcancé a ver parte de su trasero desnudo y su espalda, lo cual me confundía notablemente debido a los apuros en los que estábamos y mi increíble falta de concentración a causa de su desnudez; tanto me afectó que cuando Ilitanins estuvo junto a mi no noté en un principio que me hablaba

-¿qué en todos los oráculos haces aquí?- logré entender al fin

-Crawford me trajo ¿qué demonios sucede?

-Bueno, hombres lobo se han instalado muy cómodamente en estos territorios y si no los sacamos ésta misma noche, lamento decirte que para mañana habrán muchos estudiantes faltando a clase, y muchos cadáveres sin un corazón en sus cuerpos. Deberías subir a la habitación de T-Dance y quedarte con ella.

-Es precisamente lo que Blizz va a hacer- replicó Crawford tras de mí.

-¿Debes estar bromeando conmigo, cierto?

-No, la verdad no.

-Crawford, estoy en esto tanto como tú y yo no voy a permitir que...- su beso cortó mis palabras.

Era desesperado y apasionado, sabía que me afectaría, que cedería y que me dejaría allí, no me dejaría ir con ellos.

-Te quedas aquí Blizz- dijo alejando su rostro del mío- por favor, hazlo por mí- era tan difícil ver el dolor en su rostro, el dolor que aún no le causaba pero que él se imaginaba.

-Vuelve- dije con firmeza- sin un solo rasguño- tomé su rostro entre mis manos y le día un beso- promételo.

-Lo prometo- dijo con una hermosa sonrisa y la tranquilidad desbordante en sus ojos.- te amo.

"Whispering Woods"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora