"Whispering Woods"

Eso era todo lo que necesitaba saber. Nada mas.

POV CRAWFORD (Escucha Ready for love- Bad Company)

Lo besó. Ella lo besó. Y me dolió. Pero... ¿por qué lo hizo? Pensé que las cosas entre nosotros habían mejorado ayer en la noche, pensé que para ella valía algo el hecho de que fuera en contra de las normas y le hubiera demostrado todo lo que sentía.

Sin embargo, sé perfectamente lo que vi, escuché el tono de voz de Dark, escuché que estaban discutiendo, y pensé que le había hecho daño; sin embargo cuando al fin los vi, alejados del resto del grupo noté la calma que tenía ella y el nerviosismo por parte de él, y así sin más, mientras el renegaba ella lo besó.

Y no necesitaba ver más, sólo quiero salir de aquí.

-Hey, Crawford- saludó War-Smile

-No, en este momento no.

Las facciones de su rostro pasaron de ser alegres y risueñas a preocupación y angustia.

-Hermano, espera... ¿qué...

-Déjame War

El elfo se detuvo a medio camino y yo pasé corriendo mientras me internaba entre los árboles.

Mis manos temblaban, no de rabia; quisiera que fuera rabia, pero mi cuerpo solo reaccionaba de ésta forma, por el dolor que sentía, no precisamente dolor físico, porque ese lo soportaba bien, éste tipo de dolor solo lo había sentido una vez... cuando mi padre se fue, y nos dejó a mi hermana y a mi ante Thrainduil sin mirar atrás, sin despedirse si quiera.

Sólo me quedaba correr, el bosque era amplio, cubría gran parte de los alrededores, era suficiente para mí huir, era lo único que me quedaba; al menos hasta que amaneciera nuevamente, no debía siquiera pensar en no volver, había mucho en juego, y mi hermana estaba allí.

-Legalf- escuché que alguien llamaba. Ya era de noche y la luz de la luna era lo suficientemente opaca como para dejar todo a oscuras.

Sabía perfectamente a quién pertenecía esa voz, y de no haberla reconocido, claramente sabría de quien se trataba, pues Dark era el único elfo en el planeta que me llamaba por mi apellido.

También sabía que ya no podía hacer nada, no podía ocultarme pues su capacidad de leer mis pensamientos era lo que lo había llevado hasta mí. Sólo me quedaba esperar lo que venía.

Disculpas, reproches, gestos de lástima por mí, por no habérmelo dicho antes. ¡Pffff!. Como si no lo supiera desde un principio. Como si no hubiera notado lo encantado que estaba con Blizz, como la miraba, como deseaba estar cerca de ella. Y en parte fue mi culpa que esto sucediera, si no me hubiera alejado de ella, si no la hubiera ignorado. Ella se había cansado de buscarme y se había rendido ante sus palabras.

Que estúpido, estúpido, estúpido, estúpido, estúpido que fui.

Al menos él es algo que ella si se merece, él puede leer sus deseos y estará más que encantado de complacerla.

-Legalf, hermano, casi no podemos encontrarte.

Genial, había traído a Blizz. No solo tendría que escucharlo a él sino a ella también. Acaso creían que yo era de piedra ¿o qué?

-Lárgate- espeté mientras un mundo de insultos florecían en mi mente.

-Oye no, esto es una equivocación.

-Seguro, ahora estoy viendo alucinaciones

-Oye- responde éste de mal genio- no debes comportarte como un idiota. Al menos dame el beneficio de la duda.