capítulo final

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POV CRAWFORD

Ave atque vale mei salutem*

La guerra es algo que tarde o temprano llega. De hecho a nosotros llego, dejando grandes y dolorosas heridas.

Ese día, cuando Blizzard dio la señal, las primeras en salir fueron las águilas, con Gwaihir a la cabeza.

No tenían idea de nuestros refuerzos, los dragones uno por uno fueron siendo despedazados en el aire, no eran competencia para las águilas. Esperamos a tener mejor vista de lo que habría campo a través de los árboles y luego cuando estuvieron a una distancia prudente, la primera horda de flechas dejaron fuera de combate a cientos de aquellos seres.

Los segundos en atacar, fueron el ejército metálico de Quirrigen; éste apareció de la nada, cuerpos robustos con armaduras, espada y escudo marcharon a paso firme e increíblemente rápido al frente. El impacto que se produjo cuando sus espadas y escudos estuvieron en contacto con el enemigo fue petrificante. El ejército metálico no solo se encargaba de apuñalar y protegerse de golpes, en vez de eso parecía como si poseyera razonamiento en cuanto a la situación.

Sus movimientos distaban mucho de ser rígidos y al azar; esquivaban, golpeaban y atacaban con fluidez y soltura.

En ese momento de ventaja, todos los arqueros, incluida Blizz, trepamos a la copa de los arboles más cercana, analizando el fuerte del enemigo desde esa altura.

-No puede ser-susurró Blizz a mi lado. Su piel se había puesto pálida como un papel, y no la culpo.

Lo que todos vimos nos dejó sin aliento.

A lo lejos, justo de donde había llegado aquella gran nube, unos cuantos kilómetros más delante de nuestra posición, de la tierra se abría un agujero inmenso, y lo que salía de allí parecía no tener fin.

-¡Prepárense!- grité al mando.

Inclinamos en arco a 60 grados y lanzamos una segunda horda de flechas. En ese instante Dark y Quirrigen tomaron la delantera, con Sam y Dean a su espalda levantando armas de fuego de diversos tamaños.

Y luego, cazadores y elfos lado a lado avanzando hacia la batalla.

La tercera horda de flechas no causo demasiado daño al enemigo, puesto que se habían dispersado, y descartamos un cuarto lanzamiento. Puesto que los nuestros ya se habían mesclado en un conflicto cuerpo a cuerpo contra el enemigo.

Descendimos, justo en el instante en el que los huargos se preparaban para avanzar.

Thrainduil fue el primero en tomar la delantera en un gran alce salvaje, seguido de grandes huargos furiosos, con sus fauces sedientas de sangre.

Los elfos arqueros aprovechaban el momento para subirse al lomo de éstos y ganar terreno. Blizz iba corriendo y yo a su lado cuando 2 criaturas imponentes se nos cruzan en el camino.

Los reconozco al instante como Fenrir y Tom.

Tom es uno de los integrantes del bosque más antiguos, no se sabe de dónde llego ni cuál es su objetivo, y el hecho de que viniera a ayudarnos demuestra la importancia de nuestra situación; él nunca abandona sus dominios y generalmente no se entromete en asuntos ajenos. Muchos creen que es un espíritu de la naturaleza pero nadie sabe de él por mucho tiempo.

Él y Fenrir se han convertido en lobos, de más de 2 metros de alto a 4 patas, el primero con su pelaje de un azul metálico y Fenrir con un pelaje plateado.

A pesar de que la apariencia salvaje de Tom no me hace pensar en que sea en candidato indicado para que Blizz suba a su lomo; decido ir sobre Fenrir.

"Whispering Woods"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora