CAPÍTULO 11

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Como lo prometido es deuda, aquí tenéis a vuestro querido Castle como dios lo trajo al mundo.
Como no se lo que tardare en traducir los capítulos de este fic, entre esta noche y mañana publicare lo que ya tengo traducido y cuando vaya traduciendo el resto ya los subiré.
Esto quiere decir que se admiten comentarios de cualquier tipo excepto de los que digan "siiguee" y similares. Besitos y gracias.

Aviso que a partir de este capítulo es casi seguro que no ponga fotos y es debido a que me quita demasiado tiempo buscar las adecuadas y luego hacer el montaje, esto también va y lo avisare para mis otras historias, cuando tenga hueco las pondré pero de normal ya no, a no ser que mis amados lectores deseen que espacie en tiempo la publicación de capítulos para que me de tiempo, la decisión es vuestra, decirme algo y a eso me atendre. Gracias.

Kate se agarró a Rick con una mano sobre su bíceps y con la otra al hombro, mientras que él la sujetaba con sus manos firmemente apoyadas en su cintura, justo encima de las caderas.

Para cualquier persona, habría parecido el abrazo de unos enamorados entre las olas pero para ellos era territorio alienígena, años luz de todo lo que conocían.

Se quedaron ahí mirándose el uno al otro durante un rato, sus cuerpos aún estaban presionados íntimamente juntos.

Cuando Kate miró por primera vez a Rick desde que se cayó sobre él (parecieron minutos pero en realidad sólo habían pasado un segundo o dos) no vio esa sonrisa de gallito suya ni ese movimiento sugerente con las cejas que esperaba, sino que vio algo que no esperaba.

Castle no sonreía.

Su cara estaba helada, sin expresión.

Pero no tuvo tiempo de pensar en eso porque después de ver su cara

-tan cerca de la suya que podía sentir su respiración-

y de mantener sus miradas unidas durante unos momentos, ella notó sus manos, las manos que estaban cómodamente agarradas en su cintura, las manos que amable, pero rápidamente, la alejaban de sus pectorales para colocarla sobre sus pies, ayudándola a recuperar el equilibrio.

Conociendo lo que conocía a Rick Castle, esa NO era para nada la reacción física que esperaba de él.

Rick consiguió encontrar su voz.

"Ehm... ahí estás. ¿Estás bien?"

¡Wow! Pensó Kate.

Definitivamente no era la reacción verbal que hubiera esperado de él.

Ambos dejaron caer sus brazos reposando a cada lado de sus cuerpos, perdiendo el contacto físico pero con sus ojos aún fijos en los del otro, mientras un par de olas más chocaban contra ellos.

Todo ocurrió en menos de un minuto, pero parecía que hubiese durado una hora.

Según iba recuperando consciencia de sus alrededores después de su 'encontronazo' con Castle, recordó lo que les había hecho quedar en ese repentino abrazo.

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