CAPÍTULO 23

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Supermegagigante de más de 5000 palabras (como alguna se me queje de que es corto...) momento crucial para nuestra querida pareja. Y ahora como al pobrecito caimán le dejasteis sin probar bocado, veamos como se va a desarrollar la parte dramática de esta historia.

Como yo soy bueno ya os informo que la integridad física de los dos, esta totalmente a salvo, la mental, bueno la mental mas o menos también y la emocional, esa si que va a ser tocada, sobre todo la de Rick. Lo siento ya no se admiten ni quejas, ni reclamaciones, ni tan siquiera sugerencias, eso si, antes de nada un poco de humor para que no os siente tan mal, tengo que avisar que al poco de empezar el capitulo estos dos tendrán una conversación que no tiene desperdicio. Hay os queda.

Rick fue despertándose de su somnoliento estado, abriendo un solo ojo y mirando alrededor todo lo que le permitía su visión, al tener una mejilla espachurrada contra la cama.

A juzgar por la luz brillante que atravesaba la ventana, asumió que no le hacía falta ver mejor para saber que había amanecido. Notó que la casa estaba muy silenciosa. ¿Estaría Kate despierta? Según iban desapareciendo las telarañas de su cerebro, recordó los mensajes de texto de la noche anterior.

Sonriendo, cogió su móvil para enviarle un mensaje de buenos días; rodó por la cama para apoyar la cabeza en las almohadas. Después de pulsar el botón para encender la pantalla, se sorprendió al ver que no había sido el único al que se le había ocurrido la idea del mensaje. Un mensaje de Kate estaba esperando ser leído.

"Buenos días dormilón. He ido a correr. Con zapatos. Te veo luego." Miró la hora del mensaje y se dio cuenta de que ya llevaba fuera 45 minutos. Se levantó de la cama y recordó lo que había pasado la última vez que salió de su habitación en calzoncillos, que a su coincidió también con la vez que Kate salió a correr, así que cogió unos pantalones cortos y se los puso mientras caminaba, chocándose contra la pared cuando al meter un pie por la pernera se le quedó atascado y perdió el equilibrio.

De veras necesitaba aprender a estarse quieto mientras se vestía, antes o después terminaría por romperse algo. Sería un poco vergonzoso tener que explicar a la gente lo que le hubiese pasado.

Fue a la cocina y encontró café ya preparado, esperándole. Bendita mujer, por dejar el café haciéndose. Se llenó una taza y salió al patio donde estaba la piscina. Se había llevado el teléfono para poder ir revisando el correo y las noticias. También llamó a Alexis para comprobar qué tal estaba y contarle lo del caimán del día anterior.

-"¿Así que os colasteis?" Cómo no, en vez de estar preocupada y preguntarle a su padre si se encontraba bien, se dedicaba a recordarle sus medio-ilegales actividades.

-"Bueeeeeno... sólo un poquito..."

-"Papá, o sí o no. ¿La Detective Beckett te sacó de aquel lío?

-"Hey, ¡me ofendes al preguntar eso! ¿Por qué asumes automáticamente que fue Beckett la que nos salvó? ¿Por qué no puedes pensar que YO, tu maravilloso, talentoso, ingenioso y aun rematadamente guapo padre pudo ser el valiente héroe que nos rescatase de semejante bestia?"

-"Papaaaa..." dijo ella en un tono de 'sí, claro...'

-"Debes saber que fui yo quien espantó al caimán. Puedes preguntar a Kate si quieres."

-"Estoy segura de que conseguiste asustarlo, papá" dijo, dejándose convencer.

-"¡Por supuesto! Se fue inmediatamente. Y nosotros nos fuimos de allí pitando por si acaso volvía."

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