El Plan

Capítulo 51

"Rick, estás babeando sobre mi hombro". Mientras decía estas palabras, Kate le sacudió el brazo de nuevo, el brazo que aún mantenía abrazado firmemente contra su cuerpo. Ella no sabía cómo lograba abrazarla con fuerza cuando dormía, pero lo hacía. Se había despertado lentamente después de la siesta, alegre una vez más por despertar a su lado.

Luego se dio cuenta de cómo estaban acostados, más específicamente, que la cabeza de Castle estaba acurrucada en el espacio entre su cuello y el hombro; lo que no habría sido malo en absoluto, pero con la mejilla apoyada en su hombro y con él, obviamente, durmiendo muy profundamente, podía sentir que su boca se había abierto y su hombro estaba mojado con su baba. "Genial. Ew".

Después de molestarlo por segunda vez, por fin pudo sentirlo moviéndose contra ella. Trató de enterrar su cara en ella un poco más, moviendo la mandíbula un poco más cerca de su clavícula, como si le fuese a acariciar el cuello. Y así, entonando otro comentario de "Genial. Ew" mentalmente, Kate se dio cuenta de que iba a babearla de nuevo. Él podría compartir su amor con ella... bien. ¿Babearla de nuevo? De ninguna manera.

Kate le puso la mano sobre la frente y trató de empujarlo hacia atrás mientras miraba su cara. Sus ojos parpadearon abiertos mientras, aún medio dormido, contemplaba su rostro.

-"¿Eh? ¿Qué pasa?" preguntó, mientras levantaba la cabeza un poco y luego bostezaba. Entonces se dio cuenta de que su mejilla estaba mojada y se la limpió con la mano.

-"Eso", le dijo. "Se te estaba cayendo la baba mientras dormíamos".

:"Oh". Él levantó el dobladillo de su camiseta y le limpió el hombro. "Lo siento".

-"Supongo que eres como Hooch (perro protagonista de la película "Turner y Hooch")".

Como Castle la miraba de forma inquisitiva, ella le explicó. "¿Cuando me dijiste una vez que hacíamos un buen equipo... como Turner y Hooch, y yo te contesté que me recordabas a Hooch? Bueno, ahora más que nunca, que compartes tus babas conmigo".

-"Voy a compartir mis babas contigo siempre", le dijo. "Y debes saber que sólo babeo sobre las personas que significan mucho para mí". Kate arrugó la nariz y le dio una palmadita en el hombro.

-"Uh, creo que voy a contestar con un no al compartir babas. Y gracias por la confianza... creo". Miró alrededor de la habitación y, entonces, se dio cuenta de que todo estaba muy oscuro. Miró el reloj despertador que tenían junto a la cama.

-"¡Rick, son casi las nueve! ¡Demasiado para una siesta!".

-"Huh". Se pasó una mano por el pelo mientras se sentaba y luego volvió a bostezar. "Bueno. Sí, supongo que el reloj tendrá razón, ¿no?"

"Uh huh. ¡Cómo si mis hábitos de sueño no estuviesen ya en suficiente mal estado! Probablemente ahora no seré capaz de dormirme hasta las tres de la madrugada".