El Plan

Capítulo 44

N/E: Este capítulo va dedicado a cuatro seguidoras que me han puesto en el punto de mira con ganas de sangre y no hace falta poner nombres pero si lo queréis no tenéis mas que pedirlo.

Después de ponerse su traje de baño negro básico y envolverse en una bata de tela gruesa alrededor de ella, Kate bajo las escaleras y se dirigió a la bañera de hidromasaje. Todavía no había lluvia, pero parecía haber un poco más de viento. Ella se sorprendió al encontrar Rick ya metido en la bañera de hidromasaje, y aún más sorprendida de encontrar que llevaba sus pantalones cortos, incluso pensó que no lo había oído o visto subir a cambiarse.

-"¿Dónde encontraste pantalones cortos? No te vi subir."

-"Estaban en la secadora. Los agarre y me cambie. También agarre el resto de la botella de vino y unos aperitivos por si te interesa." Ella deslizo el cinturón de la bata y se metió en el agua caliente. Era maravilloso como el aire de la noche más fría se arremolinaba a su alrededor.

La bañera caliente era lo suficientemente grande para ocho personas, por lo que ella le preguntó tímidamente

-"Entonces, ¿dónde debo sentarme?" Él revoleo los ojos.

-"Espera un momento ... y volvió a revolear sus ojos?"

-"¿Qué fue eso?" -preguntó ella.

-"Tu!."¿Como que dónde me siento?" Él la agarró del brazo y le dio un tirón rápido hasta que ella estaba sentada a su lado. Cuando el agua caliente se puso en contacto con su piel, ella dio salto y luego se acomodó en el asiento contorneado y disfrutando del agua caliente.

-"Esto sienta taaaaan bien ..." -dijo ella con un ronroneo de su voz. Ella se deslizó un poco más cerca de Rick y apoyó la cabeza en su hombro. En respuesta, el llegó y encontró la mano de ella bajo el agua y entrelazo sus dedos con los suyos. Después de unos minutos, volvió la cabeza y la besó suavemente en la parte superior de su pelo, olio el aroma familiar de cerezo de su champú que aún persistía en su cabello. Cerró los ojos mientras su mente registraba el olor y le dio una sensación de satisfacción al saber que estaba lo suficientemente cerca, ahora tenía el derecho de estar lo suficientemente cerca y poder oler el aroma que era únicamente de ella.

Dio media vuelta y con la otra mano agarró su copa de vino que había puesto detrás de ellos y se lo entregó a ella, y luego dio la vuelta y agarró la suya.

-"¿Un brindis?" -le preguntó.

-"¿Por qué?"

-"¿Qué te parece esto, simple pero profundo? Por nosotros. Por el hecho de que hemos llegado hasta aquí, por fin. Y estoy muy contento de estar aquí." Ella le llamó la atención la intensidad de sus ojos. Se le hizo un nudo en la garganta.