Landon Mercer se miró al espejo con preocupación. Nada iba bien, y no sabía por qué. Un día se sentía muy bien consigo mismo y al siguiente todo empezaba a derrumbarse. Al principio eran nimiedades, como que la presencia de Malik allí casi le produjera un infarto, aunque después resultó ser el menor de sus problemas. La reputación de su jefe se había exagerado mucho; no era más que un playboy con dinero y sin idea alguna de lo que era tener que luchar por lo que
quería.
Aunque a veces tenía una mirada fría que daba miedo, como si pudiera ver a través de la carne. Mercer tardaría en olvidar el pánico que sintió cuando el otro lo sorprendió en el puerto. Por un instante se creyó atrapado. Pero a su jefe solo parecía importarle que se hubiera tomado la tarde libre, algo que procuró no repetir.
¡Qué mala suerte!
Había muelles de sobra en Guntersville.
¿Por qué tenía que haber elegido aquel?
No era el más grande ni el mejor dirigido. De hecho, el principal atractivo para él era su tamaño pequeño y que solo había una persona. ___(tn) Shaw no tenía tiempo de prestar atención a todo lo que ocurría a su alrededor.
Por supuesto, después de ver a la joven, era comprensible que Malik lo hubiera elegido. Mercer llevaba meses intentando que saliera con él, pero sin éxito. Seguramente porque no tenía bastante dinero.
Porque con Malik se había ido en el acto.
Claro que, de haber salido bien las cosas, sí habría tenido dinero suficiente para atraerla. No era estúpido. No había gastado el dinero de las ventas; lo había invertido. Los valores que eligió parecían sólidos. Se alejó de los mercados de intereses altos pero con riesgos, y optó por intereses más modestos pero seguros.
Pero las acciones que parecían sólidas un día bajaban al siguiente y los precios caían en picado a medida que otros inversores vendían su parte. En una semana terrible, había perdido la mitad de sus inversiones. Había vendido con pérdidas y, en un movimiento desesperado por recuperarse,
lo había invertido todo en mercados de divisas. Y había perdido una gran parte. Se sentía como el rey Midas a la inversa; todo lo que tocaba se convertía en chatarra.
Cuando lo llamaron para ofrecerle otra compra, se sintió tan aliviado que casi les dio las gracias. Si su cuenta bancaria no recibía pronto una transfusión económica, no podría pagar la
letra del coche ni las de sus tarjetas de crédito. A Mercer lo horrorizaba la idea de perder su adorado Mercedes. Había coches más caros y algún día los compraría, pero el Mercedes
era el primero que había tenido que indicaba que era alguien.
No podía soportar la idea de volver a ser nadie.
____(tn) se sentía dividida en dos seres distintos. La mitad de ella era increíblemente feliz, abrumada por la maravilla de tener a Zayn como amante. Nunca había soñado que podría volver a ser tan feliz. Su amante era considerado y tierno, y hacía que se sintiera como si fuera el centro del universo. Nunca la desatendía, no daba nada por sentado, siempre hacía que se sintiera la mujer más deseable del mundo.
Lo veía todos los días y se acostaban juntos casi todas las noches. Era un amante experimentado, que le enseñaba posiciones y variaciones nuevas. Le hacía el amor casi todas las noches.
Solo una vez, pero largamente, hasta que se sentía saciada y somnolienta. Por la mañana, al despertarse, lo hacían de nuevo, en silencio, en ese estado de duermevela en el que los sueños ensombrecen todavía la consciencia.
___(tn) no sabía qué le gustaba más, si las sesiones intensas de la noche o las somnolientas de las mañanas. Era increíble lo deprisa que había aprendido su cuerpo a ansiar el placer sexual con él, de modo que, a medida que avanzaba la tarde, empezaba a llenarse de anticipación y deseo.
Y seguro que él lo sabía. Lo sentía observarla como calculando sus reacciones.
Se había acostumbrado a ocultar sus pensamientos y emociones, pero Zayn sabía sacárselos.
Tenían largas conversaciones sobre una gran variedad de temas. Sentados en el porche por la noche, mirando las estrellas, hablaban de astronomía y de distintas teorías, desde el Big Bang hasta los agujeros negros, la materia oscura y la relatividad del tiempo. La inteligencia y conocimientos de Zayn casi daban miedo. Su mente estaba siempre trabajando, buscando datos nuevos que asimilar o analizando los que ya tenía. Leían el periódico y hablaban de política y sucesos nacionales. Intercambiaban historias de la infancia.
Zayn le habló del rancho de Montana que poseía a medias con Niall Horan, el marido de Adriana, y de sus dos sobrinos.
La sensación de intimidad con Zayn la seducía y asustaba al mismo tiempo. Algo la atraía hacia él, hacía que ya no se sintiera una criatura solitaria, sino la mitad de una pareja. A veces se preguntaba cómo sobreviviría si él se marchaba, y la idea de perderlo casi la hacía enfermar de terror.
Pero no podía preocuparse por eso. Tenía que centrarse en el presente, en su amor por él.
Al mismo tiempo, otra parte de ella se preocupaba incesantemente por el préstamo bancario y la hipoteca de su casa. Cody no había vuelto a llamarla. Ella había llamado dos veces; la primera vez le dijo que todavía no tenía el préstamo aprobado, pero que no anticipara problemas y tuviera paciencia. La segunda vez, él estaba fuera.
No podía esperar mucho más. Ya habían pasado once días y solo quedaban diecinueve para devolver el dinero. Si su banco no le hacía un préstamo, tendría que buscar uno que lo hiciera, y todos eran tan lentos que tal vez se le acabara el tiempo. Solo pensar en aquella posibilidad bastaba para bañarla en un sudor frío.
Intentó pensar en otros modos de sacar dinero si no podía hipotecar la casa a tiempo. Podía vender la lancha, pero no le darían ni la mitad de lo que necesitaba y tal vez no la vendiera a tiempo. Pedirles dinero a Becky y Paul era imposible; tenían sus propios problemas y no era barato
mantener a dos adolescentes.
Podía vender los barcos de alquiler, con lo que reuniría dinero suficiente, pero se quedaría sin uno de sus medios de vida. Por supuesto, una vez pagado el préstamo y si no tenía que pedir otro, podría empezar a comprar barcos poco a poco otra vez. El único problema era de nuevo el tiempo. En su experiencia, la gente no compraba barcos a la carrera. No eran una necesidad, ni siquiera en aquella región. La gente los miraba, lo pensaba, hablaba de ello durante la cena, hacía sus cálculos. Era posible pero improbable que pudiera vender los suficientes a tiempo.
No obstante, aquella era su mejor opción. Puso un cartel anunciando que se vendían barcos de segunda mano en la entrada el puerto y otros en varias tiendas de la zona. Aunque solo vendiera uno, reduciría la cantidad de dinero que tenía que pedir prestado.
Zayn vio el cartel de inmediato.
Llegó por la tarde, se quitó las gafas de sol y la miró con
intensidad.
—Ese cartel de la entrada... ¿qué barcos son los que
vendes?
—Los de alquiler —repuso ella con calma. Volvió su atención al cliente al que atendía.
Una vez tomada la decisión, no se permitía ningún tipo de arrepentimiento.
Zayn entró detrás del mostrador y se quedó ante la ventana con las manos en los bolsillos.
Esperó a que saliera el cliente.
—¿Por qué los vendes?
____(tn) vaciló.
No le había hablado de sus problemas económicos y no pensaba hacerlo ahora.
Era indudable que él tenía dinero, pero ella no quería que el tema del dinero formara parte de su relación. Si lo hacía, él pensaría que la atraía por eso. Además, no quería que nadie más tuviera poder de decisión sobre el puerto. Una cosa eran los bancos y otra los individuos. El puerto era suyo, la base sobre la que había reconstruido las ruinas de su vida. Y no podía renunciar a ninguna parte de él.
—Se hacen viejos, son menos fiables. Tengo que comprar nuevos —repuso.
Zayn la miró en silencio.
No sabía si abrazarla o reñirla. Era evidente que intentaba reunir dinero por todos los medios y él quería abrazarla y decirle que no se preocupara por nada. Pero no podía. Había una pequeña posibilidad de que se equivocara con ella. Y de un modo u otro, pronto lo sabría de cierto. Pero si vendía los barcos de alquiler, ¿qué medio usaría Mercer para entregar la mercancía? Todos esos barcos iban equipados con aparatos electrónicos que les permitirían localizarlos; si Mercer se veía obligado a usar otro barco o cambiar su método de entrega,
Zayn perdería el control de la situación.
Por otra parte, estaba seguro de que Mercer actuaría pronto. Habían interceptado una llamada sospechosa que los puso en alerta. No importaba si ____(tn) conseguía vender algunos barcos siempre que le quedara alguno cuando Mercer actuara. Solo tenía que observar la situación e intervenir para impedir una venta si parecía que iba a conseguir desprenderse de todos.
—¿Has tenido ya alguna oferta? —preguntó.
____(tn) movió la cabeza con una sonrisa.
—He puesto el cartel esta mañana.
—¿Has puesto anuncios en los periódicos?
—No, pero lo haré.
Eso podía procurarle más clientes de los que él podría espantar. Lo más fácil sería impedir que publicaran los anuncios; no había tantos periódicos en la zona. Los teléfonos del puerto y de la casa de ella estaban intervenidos, así que sería fácil saber a cuáles llamaba. Pero no había anticipado que le costaría tanto trabajo impedir sus avances. ____(tn) era una mujer de recursos.
Cinco días más tarde, sonó el teléfono en la tienda.
—¿___(tn)? Soy .
En cuanto oyó su voz, supo que eran malas noticias. Se sentó en el taburete, temerosa de que no la sostuvieran las piernas.
—¿Cuál es el veredicto? —preguntó, aunque ya conocía la respuesta.
El suspiró.
—Lo siento mucho. La junta directiva dice que ya tenemos demasiadas hipotecas. No quieren aprobarla.
—No es culpa tuya —musitó ella—. Gracias de todos modos.
—No es una causa perdida. Hay otros bancos.
—Lo sé, pero tengo un plazo límite y solo faltan catorce días. Tú has tardado más de eso en decirme que no. ¿Cuánto tardaría en conseguir una hipoteca en otro banco?
—Bueno, nosotros hemos tardado más que de costumbre. Lo siento mucho, pero no tenía ni idea de que pudiera pasar esto. Acude a otro banco. Hoy mismo si es posible. Tendrán que tasarte la casa, pero está al lado del agua y en buen estado, así que vale mucho más que la cantidad que quieres pedir. La tasación será lo que más tiempo lleve, así que empieza cuanto antes.
—Lo haré. Gracias, Cody.
—No me las des —repuso él—. No he podido hacer nada. Adiós, querida.
___(tn) permaneció largo rato sentada intentando lidiar con la decepción y la sensación de desastre. En el fondo, nunca había llegado a dudar del todo de que conseguiría la hipoteca.
Y no había vendido ni una sola lancha.
El tiempo era importante, y no tenía mucha esperanza de conseguir un préstamo de otro banco. Era como si un genio diabólico controlara de repente su vida, llenándola de máquinas que se averiaban y bancos que no cooperaban.
Pero tenía que intentarlo.
No podía rendirse y perder quizá el negocio por falta de esfuerzos.
Pasara lo que pasara, se negaba a perder el puerto. Si no podía conseguir la hipoteca ni vender los barcos, le quedaba otra opción. Era solo como último recurso, pero existía.
Eligió un banco que tenía buena fama y llamó para fijar una cita para la mañana siguiente.
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Amando a una mujer ADAPTADA
Fanficwhfbvdiyfgvyudfv Novela Adaptada con permiso de la que la adapto principal mente ya que es basada en un libro ^-^ Cualquier cosa algun error o algo me dicen ojala les guste ^^http://www.wattpad.com/50225644-amando-a-una-mujer-adaptada