Capitulo 7

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Había entrado allí buscando solo echar un vistazo, comprar quizá una licencia de pesca o un

mapa, pero ahora era distinto. En lugar de pegarse a Mercer como a una sombra, lo haría con

____ Shaw.

¿Por qué la ponía tan incómoda? La única explicación era que sabía quién era. Y en ese

caso, esa operación era más sofisticada de lo que había pensado. Cambió, pues, la base de la

investigación de Huntsville a Guntersville. Antes de la caída de la Unión Soviética se había sentido

atraído por agentes enemigas en un par de ocasiones. Llevárselas a la cama había sido un riesgo,

pero también una delicia. El peligro había intensificado el placer. Y sospechaba que acostarse con

______ Shaw sería algo que no olvidaría nunca.

—Primero necesito información —repuso, irritado porque ella seguía sin mirarlo. Pero la irritación

no aparecía en la voz. Tenía que calmar sus sospechas, hacer que se sintiera cómoda. Ella

solo podía saber que era un ejecutivo rico y, si era tan lista como él creía, vería pronto las ventajas

de acercarse a él, no solo por lo que podía darle, sino por la información que podía sacarle.

Una aventura de verano sería ideal para sus planes, y él pensaba darle justo aquello.

—Quizá deba pasar por la Oficina de Turismo —sugirió ella.

—Quizá —murmuró él—. Pero me han dicho que usted puede ayudarme.

—Tal vez. ¿Qué tipo de información busca?

—Pienso pasar aquí el resto del verano. Quiero alquilar una lancha, pero también contratar

a alguien que me enseñe el lago. Me han dicho que usted conoce la zona tan bien como el que

más.

La mujer lo miró a los ojos.

—Es cierto, pero no hago de guía. Puedo alquilarle la lancha, pero nada más.

Había levantado un muro en cuanto lo vio y no tenía intención de colaborar lo más mínimo.

Zayn le lanzó una sonrisa amable, capaz de amansar a una fiera. —Comprendo. Usted no me

conoce.

La mujer pareció vacilar.

—No es eso. No conozco a muchos clientes.

—Creo que la tarifa para guías es de cien dólares al día más gastos. Estoy dispuesto a pagar

el doble.

—No es cuestión de dinero, señor Malik. No dispongo de tiempo.

No lograría nada presionándola y tenía mucho que hacer antes de empezar a perseguirla en

serio. De momento se había asegurado de que ella no lo olvidaría, y con eso bastaba para el primer

encuentro.

—¿Puede recomendarme un guía, pues? —preguntó.

La joven le dio varios nombres, que él memorizó, ya que tenía toda la intención de explorar

a fondo el río.

—¿Quiere ver las lanchas que hay disponibles? —preguntó luego ella.

—Sí, por supuesto.

La mujer tomó un teléfono móvil y se lo colocó en el cinturón. Salió del mostrador y Zayn le

siguió mirando sus caderas y trasero en forma de corazón, que los vaqueros marcaban bien. La

cabeza de ella le llegaba por debajo del hombro. A Zayn le costó trabajo apartar la vista del trasero.

—¿Deja la oficina sola? —preguntó cuando estuvieron en el muelle. La luz del sol resultaba

cegadora, y volvió a ponerse las gafas de sol. Hacía un calor increíble, como en una sauna.

—Desde aquí veo si se acerca alguien —repuso ella.

—¿Cuántas personas más trabajan aquí?

La joven lo miró con curiosidad.

—Tengo un mecánico y un chico que trabaja por las mañanas en el verano y por las tardes

cuando hay colegio.

—¿Cuántas horas abre al día?.

—De seis de la mañana a ocho de la noche.

—Son muchas.

—No está tan mal. En invierno solo abro de ocho a cinco.

Cuatro de los muelles estaban cubiertos, y la mayoría de los lugares ocupados. Distintos tipos

de barcos se mecían en el agua plácida. Los cuatro muelles cubiertos se hallaban a la izquierda

y la entrada a ellos estaba bloqueada por una puerta de barrotes. A la derecha había dos

muelles descubiertos, para ser usados por el tráfico general. Los barcos y lanchas de alquiler se

hallaban en las dos primeras hileras del muelle más cercano a la tienda.

____ abrió el candado que mantenía la puerta cerrada y entraron en el muelle flotante.

—¿Qué tamaño quiere? —preguntó.

El hombre tomó otra de sus decisiones rápidas.

—Quiero comprar un barco pequeño. Uno para correr. ¿Puede recomendarme un buen sitio

por la zona?

La mujer lo miró un momento.

—Hay varios puntos de venta en la ciudad. No le costará mucho encontrar lo que quiere —

se volvió y echó a andar de nuevo hacia la oficina con paso seguro.

Zayn la siguió una vez más, disfrutando de la vista tanto como antes. Seguramente pensaba

que se había librado de él, pero nada más lejos de la realidad.

—¿Quiere cenar conmigo esta noche? —preguntó con voz tranquila.

Amando a una mujer ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora