Different ➳ Yoongi

008.

— Goeun.

La chica dejó de ver por la ventana del salón y miró a su profesor. Pasó sus ojos por todos los demás y seguían haciendo su trabajo.

— ¿Sí?

— ¿Podrías ir a dejarle esto a la encargada de éste grado?— Alzó una carpeta llena de algunas hojas.

— Sí, claro.

Goeun se puso de pie y antes de salir por completo del banco, compartió miradas con su hermano. Tomó la carpeta y salió de ahí, los corredores de la escuela estaban realmente vacíos. Tarareaba una canción de Verbal Jint y como buena curiosa, le dio un vistazo a aquellos papeles. Era sobre su grupo, pero al parecer no era nada malo. Hizo una reverencia cuando entró a las oficinas y fue al cubiculo del fondo, ahí se encontraba con quien iba.

— Buenos días.— Hizo una reverencia.— El profesor Kwon le manda esto.

— Espera un momento, tengo que darte algo a cambio.— Dijo mientras tomaba la carpeta.

Goeun asintió y miró a otra parte mientras esperaba. Justo en ese momento, la campana que anunciaba el almuerzo sonó.

— ¿Ya está?— Preguntó amable cuando la secretaria le entregó una hoja.

— Sí, sólo dile al profesor que firme donde está indicado y que lo lleve a la reunión de la próxima semana.

— Está bien.— Se inclinó levemente.— Gracias.

— A ti. Que tengas buenas clases.

Goeun sonrió como agradecimiento y se dio la vuelta para caminar fuera.

— ¡Goeun!— Gritaron a sus espaldas.

Se giró sobre los talones y miró a la puerta de la oficina del director, por esta salía Jaewon junto con Jaeho. Sonrió nerviosa y agitó la mano en forma de saludo, Jaewon corrió a su lado.

— Hey.— Dijo apenas.

— Hola.— Jaewon sonrió.— ¿Qué haces aquí?

— Oh, el profesor me mandó a entregar unos papeles y tengo que ir a dejarle éste.— Movió la hoja.

— Te acompaño.

— ¿Eh?— Lo miró confundida.

No era que le molestara, pero se suponía que ella era la que tenia que acercarse a él, no él a ella. Pero entonces todo era más fácil y eso era mejor. Aunque era extraño, apenas habían pasado dos días de lo del pasillo, ayer sólo se vieron en los pasillos. Pero no se quejaría.

— Sí, vamos.— Se rascó la nuca y sonrió mirando al piso.— ¿Te gustaría almorzar conmigo hoy?

— Pero...— Infló sus mejillas y dudo.— ¿Qué pasará con tu amigo?— Señaló discretamente.

— Oh...— Se giró a verlo.— ¡Jaeho te alcanzaré en la cafetería!— Jaeho asintió y siguió en lo suyo.— Ya está. ¿Entonces sí?

— Sólo si tu pagas mi comida.— Dijo en broma.

— Estaba en mis planes hacerlo ya.— Se encogió de hombros.

— ¡No! Era mentira.— Balbuceó.

— Lo haré de todas maneras.

— Acepto si me dejas pagar mi almuerzo.

— Pero...

— Sólo así almuerzo contigo hoy.

— De acuerdo.— Se rindió.— Entonces vamos que todavía tienes que ir a dejar eso.