Capítulo 18°

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Dylan parpadea sin estar muy seguro de lo que ha escuchado. Quiere que lo repita, quiere hacer que lo repita, quiere obligarlo a repetirlo... Y, por eso, de una forma u otra, ahora está encima del cuerpo de Thomas con sus rodillas a ambos costados del mayor y sus manos reteniendo suavemente las muñecas. Él lo mira con las mejillas febriles, pero los ojos claros y Dylan sabe que lo ha dicho en serio. Que no hay enfermedad ni confusión de por medio.

- Yo...

- No tienes por qué responderme ahora - las mejillas de Thomas han alcanzado un color granate que Dylan no está seguro de a qué atribuir.

"Quizás sea porque, básicamente, estás violando, de nuevo, su espacio personal".

Dylan coloca un dedo sobre los finos labios del rubio, la mente le trabaja a tal velocidad que es incapaz de hilar un pensamiento con otro para formar una frase, una respuesta. Así que se limita a hacer lo que mejor sabe: actuar.

Su dedo es sustituido por sus labios y un gemido escapa del interior de Thomas al ser sorprendido de nuevo de aquella forma, pero esta vez Dylan no le da tregua para que se acostumbre a él. No, no después de haberse pasado todo el día en el set con unas ganas insanas de devorarlo, no después de haber tenido que desnudarlo para conseguir que le bajara la fiebre... No, definitivamente no.

Así que sus labios no exploran, arrasan con lo que encuentran a su paso. De repente, es consciente de que su piel ardiente está en contacto con la de Thomas. De repente, es consciente de que están sudando, los dos. Y entonces su lengua no acaricia... devora.

Nota a Thomas tratando de seguirle el ritmo, pero no pasa nada. No le interesa que lo haga. Se apoya en los codos para estar más cerca de él y deja libre sus brazos que el rubio coloca inmediatamente en su espalda.

Cuando los labios de Dylan pasan al pálido cuello las uñas de Thomas se clavan en su espalda. Cuando muerde y succiona, cuando lo marca... Thomas lo araña, gimiendo. Y si queda algo de cordura en el autocontrol de Dylan en ese momento se esfuma.

Sus partes llevan un tiempo tocándose accidentalmente por debajo de la pequeña capa de tela del calzoncillo, única prenda que los cubre, así que el moreno decide aumentar considerablemente esa fricción hasta que no sólo escucha pequeños gemidos escapar de la garganta de Thomas, sino verdaderos y ruidosos gemidos de placer que intenta evitar tapándose la boca.

- No hagas eso.

Pero en medio del éxtasis, Thomas apenas es capaz de pensar, así que Dylan aprisiona las delgadas muñecas sobre la rubia cabeza con una mano y con la otra juega con la goma del borde del calzoncillo. Nota a Thomas tragando saliva y besa la seductora nuez masculina.

- Será mejor que decidas en este preciso instante si quieres que pare, Thomas.

Continuará...

n/a: jojojojojo, Dylan es un pequeño pervertiiiidooooooo. ¡Muchas gracias por todos los votos y visitas y comentarios, sois un verdadero amor! Me encanta que el móvil suene por vuestras notificaciones y... ¡bienvenidos a los nuevos! Espero que os guste.

Entre líneas #DylmasNewtmasAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora