Capítulo 22º

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Thomas sabía que no podía seguir faltando al rodaje porque la fiebre había desaparecido por completo (normal, con todo lo que había sudado la noche anterior) y él no era un irresponsable, pero... su reflejo le devuelve una mirada exasperada. 

¿Cómo iba a disimular las marcas que cubrían prácticamente todo su cuello? Contuvo un suspiro, una sonrisa tratando de escapar de sus labios, rebelde, cuando los recuerdos se repiten una y otra vez en su cabeza.

¡Qué más daba! ¡Estaba con Dylan! ¡Juntos! Por todos los dioses, cómo lo amaba...

Dejó caer la cabeza hacia atrás y se quedó mirando el techo recordando la conversación que acababan de tener. Era un camino difícil, muy, pero que muy difícil y más teniendo en cuenta quiénes eran para el mundo. 

La prensa se los iba a comer vivos, de eso estaba totalmente seguro. La ansiedad amenazó con volver y causar estragos en su cabeza. Necesitaba tanto la seguridad que le proporcionaba Dylan...

- ¡Thomas Brodie-Sangster, vamos a llegar tarde y Wes nos va a matar y yo voy a dejar que te mate mientras huyo! - el grito de su novio lo sacó de su ensoñación.

¡Su novio! Volvió a sonrojarse como una quinceañera, pero fue suficiente para hacerlo reaccionar.

Abrió la puerta del baño para encontrarse con Dylan de brazos cruzados.

- Sabes que eso no va a pasar - comenta, mientras coge un pañuelo para colocar en su cuello e intentar disimular lo que se va a convertir en la comidilla del staff.

- Cierto, olvidaba que eres el niño mimado del set - dice, bromeando, mientras abre la puerta y sale hacia el ascensor.

- Eso no es verdad - frunce el ceño.

Thomas se detiene un momento para observar la espalda de Dylan, es ancha y fuerte. Ahora también conoce su firmeza y sabe que tiene marcas que la delgada tela de la camisa consigue ocultar. Sabe también cómo brilla su piel perlada de sudor y cómo se contraen sus músculos. Pero, por encima de todas las cosas, sabe lo confiable que es esa espalda. Sabe que no importa los oscuros tiempos que se avecinan, sabe que juntos podrán con todas las barreras que les ponga la sociedad. 

Sabe que no necesita a nadie más mientras tenga a Dylan, pero es consciente de que no están solos. Tienen amigos, amigos que, muy seguramente, los apoyarán.

- Thomas... - su tono suena amenazador, pero igual de sexy. 

Aquel hombre lo traía loco, perdidamente loco.

- Voy, voy.

Y así, los miedos y la ansiedad desaparecen del interior del rubio de ojos chocolates.

Cabe decir que, por supuesto, perdieron la furgoneta que los lleva y los trae siempre al set de rodaje, así que no les quedó más remedio que recurrir a la moto de Thomas. Y, de la nada, Dylan volvió a estar de muy buen humor. Thomas le observó con curiosidad mientras se ponía la chaqueta de cuero.

- ¿Eres bipolar y me lo has estado ocultando? - pregunta riendo mientras se abrocha el casco y se prepara para arrancar el vehículo.

- Para nada - pasa los brazos alrededor de la cintura de Thomas, en un cálido abrazo.- Pero creo que nunca te he dicho lo mucho que me pone verte con la chaqueta de cuero encima de tu moto.

Por primera vez en su vida, a Thomas se le caló la moto al arrancar.

Una vez que cruzaron la puerta del set de rodaje el rubio dejó de pensar en cómo habían llegado vivos al rodaje. Dylan era un demonio con piel de ángel, se había pasado todo el trayecto tocándole donde no debía.

- Un día de estos harás que tengamos un accidente - suspira.

- Nunca - lo agarra de la barbilla, le encantan las mejillas de Thomas sonrojadas por el frío viento y el pelo rubio alborotado a causa del casco.- Nos queda una vida muy larga, juntos - atrapa sus labios antes de que al contrario se le ocurra protestar.

Un sonoro carraspeo los sacó de su mundo particular y entonces cayeron en la cuenta de dónde se encontraban. Dylan se separó suavemente de su pareja y dirigió la vista a sus amigos y a todo el equipo.

"Y yo preocupado por los chupetones".

- ¡Hola, chicos, hoy es un día precioso! - Dylan levanta la mano como saludo, con una sonrisa radiante.

"Yo lo mato".

Thomas estaba rojo hasta las orejas.

Continuará...

n/a: HE VUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEELTOOOOOO. Me disculpo por esta gran ausencia, os puedo asegurar que tuve mis motivos, pero la verdad es que a estas alturas no vienen al caso. Sin embargo, sí es verdad que lo siento muchísimo, así que espero que a pesar de todo sigáis por aquí y si es así... muchísimas gracias por confiar en mi vuelta. Sois los mejores, clarianos.

n/a2: ¡hey, hey! Espero que os gusteeeeeee. No he tardado mucho, ¿no? ¡Seguiré, seguiré!

n/a3: he tenido que releer desde el capítulo 12, soy un desastre. 

Entre líneas #DylmasNewtmasAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora