ADVERTENCIA:
SE ACERCA UN CAPÍTULO DE GRAN CONTENIDO SEXUAL ENTRE DOS HOMBRES.
Quien avisa no es traidor.
No había tiempo para pensar y tampoco quería hacerlo. Como única respuesta Thomas empujó lejos de sí a Dylan y, quizás por la sorpresa, pudo tumbarlo de golpe en la cama y colocarse encima de su pelvis.
- ¿Te parece suficiente respuesta? - masculló, la voz tan ronca debido a la fiebre que Dylan sintió un escalofrío de placer.
Y, entonces, el tranquilo Thomas Brodie-Sangster tomó la iniciativa. Sentado como estaba empezó a moverse lentamente de forma provocativa sobre el pene de Dylan, asegurándose de que ambos miembros no se tocaran, intentando llevar al moreno al límite. Sin embargo, se dio cuenta de que aquello era un arma de doble filo porque la impaciencia y la excitación también crecían más y más en su interior. Devoró los labios de Dylan para callar sus protestas acerca de la pequeña tortura y, cuando menos se lo esperó, coló una mano entre sus cuerpos y por debajo de la tela del calzoncillo, tocando directamente aquella zona totalmente nueva para él.
Notó cómo Dylan dejó de respirar unos segundos y cómo su cuerpo se estremeció debajo del suyo y cómo un ruidoso gemido escapó de su garganta y chocó contra sus labios. Sonrió, en medio del contacto. Cuando Dylan se recuperó lo fulminó con la mirada, pero él se dedicó a acariciar suavemente, arriba y abajo, el nada pequeño pene de su amigo que seguía creciendo de excitación bajo su mano.
- Joder, Thomas...
Pero el rubio no se detuvo ahí, con la agilidad que lo caracterizaba se deslizó hasta abajo y le quitó aquella última prenda. Dylan suspiro de alivio cuando se vio liberado, pero luego gimió aún más fuerte que antes. Sus manos estrujaron con fuerza la sábana hasta que los nudillos se le pusieron blancos. Thomas se había metido su pene en la boca y Dylan estaba a punto de tocar el cielo con la yema de los dedos. Con cada pasada de la lengua de Thomas el cuerpo de Dylan era sacudido por espasmos. ¿Los gemidos? Si alguna vez pensó siquiera en intentar reprimirlos, lo había olvidado.
- Thomas...
Casi lamentó haberlo llamado cuando, con una última e intensa succión, el aludido sacó el pene de su boca para poder mirar a su... ¿amigo?
- Maldito seas.
- ¿De verdad? - sonrió, de lado, con aquella picardía danzando en sus ojos.
Y, entonces, el control de Dylan (si es que le quedaba algo) se esfumó por completo. Lo agarró por los hombros y lo obligó a ponerse de nuevo a su altura. ¿En qué momento se había desnudado Thomas por completo? En fin, qué importa. Mejor para él. Lo agarró de las nalgas y volvió a sentarlo sobre su cintura para que está vez sintiera toda su longitud y su dureza sin nada de por medio. Daría todo el dinero que tenía por no dejar nunca de escuchar los gemidos y suspiros de Thomas. Se incorporó también con la espalda apoyada en el cabecero de la cama. Podían mirarse directamente a los ojos.
Entonces, lo tomó por sorpresa, de nuevo, mordió el cuello del rubio con ganas a la vez que introducía un dedo en su interior. El resultado fue un saltito sobresaltado y algo que estaba a caballo entre un grito y un gemido. Pero Thomas estaba húmedo, quizás por el sudor, daba igual. Su dedo entraba y salía sin ningún problema. Por lo que fue sumando otro dedo... y otro.
Ambos eran nuevos en eso aunque ninguno de los dos era virgen, habían tenido novias durante demasiado tiempo hasta que se conocieron. Así que Dylan, quizás, en algún momento muy caliente había decidido informarse sobre cómo podía hacerlo con Thomas para que fuera lo más placentero posible. En aquella época su único obstáculo era Isabella, pues que el chico fuera heterosexual no le molestaba en absoluto. Pensaba hacer que se enamorara de él le costara lo que le costara.
Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos que ya no importaban. Thomas estaba entre sus brazos, completamente disponible... y le quería. Joder, le había dicho que lo amaba.
Al recordarlo no pudo más que besarlo sin que el rubio se lo esperara y meterle la lengua a traición hasta la garganta. Thomas gimió y clavó las uñas en su espalda, lo arañó algo más fuerte cuando metió dentro de su cuerpo el tercer dedo. Pero, para entonces, su querido Newtie estaba más que preparado para recibirlo.
- Trataré de que... duela lo menos posible.
- Cállate, Dylan.
Sonrió, obediente.
Trasladó algo de la humedad de Thomas hasta su miembro y con un pequeño masaje se introdujo de golpe en el cuerpo del rubio. Por un segundo pensó que se iba a correr allí mismo y de aquella manera.
Thomas sabía que sería doloroso, conocía lo suficiente acerca del tema como para habérselo imaginado, pero nunca imaginó que dolería TANTO. Se quedó sin respiración y el pinchazo que le recorrió toda la zona lo mareó.
- ¿Estás bien?
Asintió lentamente y con esfuerzo.
- Si quieres paro.
Dylan nunca se esperó que Thomas fuera capaz de mirar de aquella forma.
- Cállate, Dylan, y muévete.
Y las peticiones del ángel eran órdenes para el demonio.
Pero decidió ir más despacio ahora que la penetración estaba completa, lo agarró de nuevo por las nalgas y empezó a subirlo y a bajarlo para que su miembro entrara y saliera con la suavidad suficiente para que el cuerpo de Thomas se adaptara a él.
Lo besó con suavidad y despacio, tratando de volcar todos los sentimientos que tenía por él, no solo su deseo. Quería que supiera lo mucho que lo quería, lo mucho que Thomas había calado en su corazón...
Pero era muy difícil ser tierno cuando el propio Thomas, con quien estaba tratando de tener toda la delicadeza posible, era quien lo incitaba a ser más brusco. Mordió su labio cuando notó que Thomas tomaba la iniciativa de nuevo y era él quien subía y bajaba sin su ayuda.
- Oh, maldito seas, joder...
Las manos de Dylan, al ver que ya no eran necesarias, se trasladaron. Una fue directa a la nuca del rubio para agarrar con fuerza sus cabellos y besarlo hasta quedarse sin aliento (lo que no era muy complicado teniendo en cuenta el ritmo de la situación) y la otra fue hasta el pene de Thomas que estaba muy erecto y chocaba de vez en cuando con la dureza de su propio estómago. Al sentir el agarre, Thomas flaqueó con un gemido, pero Dylan lo obligó a continuar.
No duraron mucho después de aquello, pero tampoco es que les importara demasiado el tiempo. Thomas se corrió primero en la mano de Dylan, sobre su estómago, con un gemido ronco y dejando marcas en la espalda del moreno. Dylan se corrió poco después debido a las contracciones de los músculos de Thomas alrededor de su pene por haber alcanzado el orgasmo.
Se quedaron quietos, abrazados, sudados, llenos de semen y agotados. Sin ninguna intención de variar la postura ni siquiera para estar más cómodos. Sólo esperaban a que sus corazones se calmaran, a que sus respiraciones se relantizaran..., pero Dylan no quería salir del interior de Thomas. No, aún no. La conexión que sentía cuando estaban tan unidos era algo que no quería dejar escapar.
Continuará...
n/a: Saben que los quiero, ¿verdad? Bueno, hasta aquí he llegado por el momento. Creo que me va a explotar la cabeza... así que me voy a esconder para no recibir los tomatazos en algún sitio seguro bajo tierra... o, quizás, bajo el mar y bajo tierra.
n/a2: En realidad espero que les guste mucho.
n/a3: nunca lo he pedido, pero la verdad es que me gustaría que en este capítulo dejaran comentarios... ¿por favor?
n/a4: bienvenidos a todos los nuevos y, como siempre, pero nunca menos importante, muchas gracias a todos los veteranos.
n/a5: si hay algún error lo siento, pero no tengo la cabeza para revisarlo ahora x_x lo haré más tarde, I promise.
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Entre líneas #DylmasNewtmasAwards
FanficDurante el rodaje de la segunda película, Dylan es consciente de que está experimentando una cantidad de cambios respecto a su amigo y compañero. A pesar de saber que se trata de ficción, el momento del rodaje en el que se encuentran y la obtención...