Capítulo 21º

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Newt sintió que el corazón le daba un salto de pura felicidad y sus mejillas se sonrojaban con fuerza, carraspeó intentando calmarse sin mucho éxito.

- ¿Hijos, Dyl? - comentó.- ¿No crees que vas muy rápido?

- He tenido mucho tiempo para pensar en el tema, Thomas - ríe suavemente y el rubio siente la vibración en el pecho del menor. Le gusta.- Si alguna vez conseguía que me quisieras, pues... adoptar siempre me ha parecido una buena idea - se encoge levemente de hombros.- Hay muchos niños solos en el mundo deseando tener un padre tan genial y estupendo como yo.

- Aún eres joven, Dyl.

- Sí, pero no lo seré siempre, por suerte.

El silencio los envolvió un instante, instante que Thomas aprovechó para acurrucarse aun más contra el moreno que dejó su antigua postura para envolver con sus brazos el cuerpo de su pareja y reposar la cabeza sobre la del contrario.

- Dios, hace unas horas pagaba por poder hacer esto - confesó, con un suspiro placentero, estrechando a Thomas aún más en sus brazos.

La pequeña espalda del rubio contra su tonificado pectoral.

- Dylan - lo llamó.

- ¿Hmm?

- Me gustan tus planes de futuro.

Dylan se permitió entonces sentir sorpresa mientras un sentimiento muy cálido se extendía por todo su interior. No quería que aquel sentimiento lo consumiera, que lo absorbiera de aquella manera. Pero era inevitable. Si eso era amor, aseguraba no haber amado nunca antes de Thomas. Y, por extraño que parezca, le daba miedo. Un miedo atroz... reconocer que el otro tenía en sus manos mucho más que su corazón.

- Thomas...

- Dime, Dyl.

El moreno mordió el hombro del contrario como respuesta, Thomas dio un respingo y de sus labios escapó un gemido. Música celestial. Viró el rostro buscando los labios de Dylan. Quien lo devoró en cuanto sus rostros se encontraron, sin apenas dejarlo respirar se colocó poco a poco encima de él.

- ¿Segundo asalto?

Thomas sintió que el calor subía hasta sus mejillas, sonrojándose. ¿Cómo podía ser tan descarado? ¿Es que no tenía vergüenza? Pero apenas pudo centrarse en sus propios pensamientos cuando, sin ningún tipo de delicadeza Dylan lo obligó a ponerse a cuatro patas. Estaba cansado y sentía que sus fuerzas flaquearían en cualquier momento..., pero también sentía el ansia que lo dominada cada vez más a causa de los besos y húmedos juegos de lengua que Dylan iba dibujando en su espalda. Al instante, su propia erección dura y lista para disfrutar lo sorprendió.

El moreno se dejó caer sobre su espalda y Thomas pudo sentir la erección ajena en su culo. Dejó escapar un pequeño suspiro de satisfacción hasta que Dylan agarró su longitud entre sus manos y comenzó a tocarlo de arriba abajo lentamente en un ritmo casi mortal mientras con la otra mano preparaba la entrada para volver a penetrarlo. Soltó un gruñido y hundió la cabeza en la almohada con su cuerpo estremeciéndose de placer.

- No vas a parar, ¿verdad?

- Nunca - aseguró, para segundos después embestirlo con fuerza.

A la mañana siguiente, nada más abrir los ojos lo sintió. Dolía. La fiebre había desaparecido por completo y la había sustituido un interesante dolor que atravesaba toda su cintura hasta la espalda donde sentía el cuerpo de Dylan que aún respiraba tranquilo. Se dio la vuelta entre sus brazos para mirarlo: las largas pestañas y los labios levemente separados, un leve ronquido que indicaba su descanso. Sonrió, alzó la mano y acarició el corto cabello para luego depositar un casto beso sobre sus labios. Dylan se removió un poco y comenzó a abrir los ojos.

- Buenos días.

- Buenos días para quien pueda caminar, pingajo - masculló con malicia, dándole un toque en la frente que ayudó a espabilarlo. 

- ¿Qué? - parpadea.- ¿Te hice daño? Oh, dios, Thomas, lo siento... - estrechó el delgado y pequeño cuerpo entre sus musculosos brazos, dándose cuenta nuevamente de la fragilidad del ángel rubio.

- Dylan, tranquilo, bromeaba- susurra para luego atacar la boca de su pareja con fiereza e introducir su lengua obligando a Dylan a soltar un gemido por la sorpresa y la excitación.

- ¿Es que quieres un polvo mañanero, Thomas Brodie-Sangster? - masculla alejando al rubio de sí antes de perder nuevamente el control. Los ojos abiertos como platos le respondieron, él rió.- Eso me parecía, así que estate quieto por favor o no me hago responsable de mis actos.

El silencio reinó por un segundo hasta que ambos consiguieron desperezarse lo suficiente como para aceptar que debían dar comienzo a otro nuevo día de rodaje.

- Dyl - lo llama Thomas antes de que se meta en el baño.

- ¿Hm?

- ¿Podremos despertar así todas las mañanas a partir de ahora?

Dylan se detuvo en el marco de la puerta para mirarlo. ¿Cómo podía dudarlo aún?

- Toda la vida si tú me lo permites, Thomas.

Continuará...

n/a: no sé ni cuánto tiempo hace ya que no pasaba por aquí. Lo siento mucho por eso, han ocurrido muchísimas cosas desde externas hasta personales y no me ha sido posible incorporarme antes a la actividad diaria. Por lo pronto, debo avisar que mi móvil no está disponible y no podré actualizar desde allí así que los próximos (aunque ya quedan pocos) capítulos tardarán un poquito más.

n/a2: muchas gracias a todos aquellos que han seguido leyendo esta historia a pesar de todo, me alegra mucho saber que los veteranos seguís por aquí y que ha llegado gente nueva. ¡Muchas gracias!

n/a3: espero que nos leamos en breve.


Entre líneas #DylmasNewtmasAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora