Capítulo 5º

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Escuchó el agua caer desde la cama. Thomas se estaba duchando. Contuvo un gemido. Su mente era incapaz de centrarse, no dejaba de imaginar el cuerpo desnudo de su amigo siendo recorrido por aquel...

- Quien fuera agua.

- ¿Para qué?

La voz le sobresaltó y se sentó de golpe sobre las sábanas blancas. Sus ojos pardos enfocaron el cuerpo de su amigo.

- Jo... der.

Se atragantó con su propia saliva. Hacía mucho tiempo que se conocían, pero nunca lo había visto de aquella manera: el pelo rubio alborotado y mojado se le pegaba a la cara, las gotas caían por su piel, pálida, pero firme, recorriendo todo el abdomen... los suaves, pero definidos músculos. Y más abajo... una toalla blanca que cubría lo justo y necesario.

- ¿Sucede algo, Dylan?

Fingiéndose ajeno al recorrido que había hecho de su cuerpo se dirigió a buscar ropa para poder vestirse. No lo había hecho adrede, pero... no iba a negar que le había gustado escuchar aquel gemido ronco que soltó Dylan al verlo.

"Quizás..."

No, negó con la cabeza entrando al baño de nuevo. Simplemente no era posible. No para él. Lo había intentado con Isabella hasta que su mente no pudo soportarlo más y su corazón ya estaba lo suficientemente dañado como para... no, ¿para qué cuestionarlo? No iba a pasar.

Dylan se esforzó por enviar aire a sus pulmones, el pecho le dolía debido al ataque de ansiedad de antes, así que le costó un poco calmarse. La excitación creció de nuevo... y con ello tuvo un leve y visual problema.

- Oh, mierda...

- ¿Qué pasa?

Dio un brinco en el sitio y se tapó como pudo, gracias a dios el vaquero disimulaba bastante.

- ¡Joder, Thomas! ¿Qué te ha dado por aparecer de la nada? – se levantó de la cama y pasó volando al lado de su amigo para encerrarse en el baño.

- Emmm... ¿lo siento? – gritó a través de la puerta, pero no recibió respuesta.

El agua empezó a caer de nuevo.

Se encogió de hombros. Por las noches estaba haciendo más frío de lo normal y, por suerte, se había traído un pijama decente. Miró la enorme cama. Bueno, la triste realidad era que si a Dylan le molestaba tanto que durmieran juntos no tenían ni siquiera por qué tocarse... nunca había pensado que dos metros dieran para tanto.

Escogió el lado derecho y se acurrucó en el borde. Su cuerpo agradeció al instante la mullida y cálida superficie de la cama. Sus ojos comenzaban a cerrarse. No. No quería quedarse dormido antes de darle las buenas noches a Dylan. No...

Minutos más tarde no sintió cómo el colchón se hundía un poco más debido a un peso extra: Dylan por fin había terminado en el baño. Traía puesto solo una camisa corta y un bóxer, su temperatura corporal no había conseguido bajar lo suficiente. Se acercó despacio hasta Thomas, ¿por qué estaba en el borde? Hay cama más que suficiente...

- Oh, este idiota – sonrió, enternecido.

No sabía qué le había sucedido mientras estaba fuera, pero la suave expresión en su rostro y la tranquila respiración de su pecho indicaban que se había quedado dormido enseguida. Probablemente estaba agotado, nada más bajar del avión su primera parada fue el set de rodaje y era consciente de que no había descansado en todo el día aunque lo perdió de vista en varias ocasiones...

Estaba muy nervioso, las manos le sudaban sin parar así que no hacía más que pasarlas por el vaquero en un intento de limpiarse. Llevaba una hora esperando en el aeropuerto a Thomas, Wes había querido ir él personalmente y se puso hecho una furia cuando le dijo que quería ir él. Solo. Por dios, era famoso, pero...la magia de unas gafas de sol y de una gorra es irrefutable... ¿o es que su director nunca había visto a Superman?

Entonces, comenzó a salir gente de la terminal que le correspondía a su amigo y, aunque el lugar estaba lleno y él venía también camuflado, lo reconoció en cuanto apareció por la puerta. En apariencia se encontraba tranquilo, movió la cabeza de un lado a otro, probablemente buscándolo, pero quería observarlo un poco más... así que tardó en darse por aludido porque Thomas esperaba a Wes.

"Dios, es que es tan... tan jodidamente... tan él". Descubrió que no tenía palabras para describirlo.

Alzó los brazos con un cartel.

El movimiento llamó la atención del rubio quien abrió ligeramente la boca, sorprendido.

Dylan había escrito "Newtie" para, por si alguien lo veía, no sospechara de quién podía ser realmente. Y, además, estaba seguro de que Thomas se daría por aludido.

Los ojos del rubio bajaron desde el cartel hasta la persona que lo sostenía. Y, aunque D ylan no podía verlo desde donde estaba, las mejillas de Thomas se colorearon fuertemente y un cálido sentimiento se instaló en su pecho.

- Estoy en casa – murmuró.

Y Dylan lo abrazó nada más llegar a su altura.

Llevaba tres semanas sin verlo y solo lo mensajeaba de vez en cuando para saber cómo seguía, el asunto no era grave y eso lo tranquilizó, pero también hizo que ansiara aún más su vuelta.

Continuará...

n/a: ¡Hola, hola! Me alegra muchísimo ver que la historia ha tenido buena aceptación, al principio estaba algo nerviosa porque es la primera, pero... uauh, me encanta tanto escribirla... ¡Muchas gracias por las visitas, los votos y los comentarios! Espero poder seguir leyéndoos.

Entre líneas #DylmasNewtmasAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora