Uno

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11 de diciembre del 2015

Querido Justin...

Últimamente me he sentido muy mal, desde el cumpleaños de tu madre, mi cabeza ha estado doliendo muchísimo, te lo comenté varias y no me prestaste atención, como siempre, desde hace dos años... Podrás decir: "es solo un dolor de cabeza" pero no es eso, es el simple hecho de que muestres interés en algo que yo diga.

Aún recuerdo cuando todo era diferente, cuando nuestro matrimonio en verdad era hermoso, cuando el 11 de cada mes, me dabas una rosa por cumplir un mes más de casados. Cuando llegabas de trabajar, yo te recibía feliz y me dabas un beso en la frente. No digo que fuera perfecto, ningún matrimonio lo es, porque los seres humanos somos imperfectos por naturaleza, pero al menos se podría decir que era feliz
Ahora todo es diferente.

Hoy desperté, vi a mi derecha y no estabas, recuerdo cuando cada mañana me despertabas con un beso. Y sin importar que mi cabello estuviera en el peor de los estados decías que me veia hermosa.

El sonido de la ducha me indicó que estabas en casa todavía. Aún con el dolor insoportable de mi cabeza me levanté de la cama y me dispuse a hacerla. Abrí el closet y saque tu ropa, escogi tu corbata como cada día y lo deje listo sobre la cama. Salí de la habitación con calma para dirigirme a la cocina, comencé a preparar el desayuno, me servía un poco para despertar por completo, y sentir que mi cuerpo estaba listo para comenzar el día, puse el plato ya con comida frente a tu asiento habitual con un jugó de naranja a tu derechas. Escuche unos pasos acercarse, eras tu mi amor, bajando las escaleras ya listo, al acercarte mas a la cocina, esta se inundó por el olor que emanabas, un olor que me encantaba y que me volvía loca.

—Buenos días amor. -dije mientras limpiaba mis manos.

—¿Qué tienen de buenos Emma?.-estabas de mal humor... Otra vez. Decidí no hablar para no molestarte, tomaste el tenedor dispuesto a comer tu desayuno, esperaba que me dijeras algo positivo sobre la comida pero no fue así, llevaste el primer bocado a tu boca e hiciste una mueca.

—Esta muy salado.- soltaste el tenedor, tomaste una servilleta y escupiste con sutilidad en ella lo poco que comiste o más bien masticaste.

—Si me esperas un poco puedo prepararte algo más amor.- Me di la vuelta y fui hacia la nevera, pero el sonido de tu silla arrastrándose me interrumpió.

—Dejalo así Emma, comprare algo fuera, ya es tarde.- Te levantaste por completo y fuiste a buscar tu saco.

—Hoy iré al doctor, por los resultados de los estudios que me hice hace una semana, mi cabeza duele más, esperó no sea algo malo.- fue como si hablara con la pared, me ignoraste por completo.

Encontraste tu saco y saliste por la puerta sin despedirte. Con los pocos ánimos que tenía y mi dolor cada vez más fuerte limpie la cocina hasta dejarla impecable.

Me meti al baño dispuesta a hacer mi aseo personal. Me vesti y peine mi cabello, tome mi bolso y las llaves del auto, empecé a conducir al hospital, tenía ya programada la cita. Me senté en la sala de espera hasta que una mujer dijo mi nombre, pase al pequeño consultorio, el doctor abrió el sobre donde estaban los resultados. Puso su cara sería, esto no me estaba gustando. Me miró fijamente.

—Emma... Esto no es fácil de decir.- hizo una pausa de algunos segundos. —Hay un pequeño tumor en tu cerebro, por eso eran los  dolores de cabeza tan constantes y fuertes, pero yo pensé que sólo se trataba de una migraña bastante fuerte, no parecía que fuera algo tan grave.-sentí como si un balde de agua fría cayera sobre todo mi cuerpo.

—¿Se puede tratar no? ¿Pueden extraerlo o algo así?.- pregunte con esperanza de recibir una respuesta positiva.

—Lo siento Emma, desafortunadamente identificamos el tumor demasiado tarde, además esta localizado en una zona que es imposible extraerlo, en verdad esto es muy extraño, pero no hay nada por hacer.- el doctor decía todo tan calmado, tal vez estaba acostumbrado a este tipo de situaciones. Hice la pregunta del millón, quería saber cuanto tiempo me quedaba de vida ¿Adivina Justin? Un mes. Lo cual me impactó por completo, ¿Cómo es posible que sea algo de esta magnitud? Ahora el resto de mi vida se resume a un mes, con suerte dos.

Por eso estoy haciendo este diario para ti, para que sepas como son estos  días en los que mi mente me hace pensar millones de cosas, estos días en los que estoy segura que para ti serán normales, en donde seguirás ignorandome y tratandome mal con el pretexto de que tuviste un mal dia, aveces siento que olvidas que soy tu esposa, tal parece que soy solo un adorno, un mueble mas de esa casa tan grande, que en algún momento fue un hogar para mi.

Espere nerviosa a que llegarás a casa, debía hablar contigo sobre lo que estaba pasando. A pesar de todo eres mi esposo y debes saber que sucede.
La puerta se abrio, por fin habías llegado a casa, a pesar de saber que moriría pronto con toda la ternura del mundo me acerque a ti a darte un beso, otra vez, no correspondido.
Te ayude a quitarte la corbata. Y caminaste hacia la cocina. Ya tenía como siempre la cena preparada. Tu sólo te serviste la comida, yo no me servi la mía, no tenía hambre, sólo quería hablar contigo.

—Justin, debo decirte algo.- terminaste de comer y te levantaste. Limpie rápidamente la cocina y fui a buscarte a nuestra habitación. —Justin, es importante.- suspiraste hondo y quitaste tu camisa.

—Emma, vengó en verdad muy cansado, ¿puedes decirme mañana?.- con un nudo en la garganta asenti, te acostaste dándome la espalda como siempre, y yo frente a ti, dormía asi, con la esperanza de que a mitad de la noche te dieras la vuelta y me abrazaras, pero no fue así. En ningún momento me abrazaste.

Justin, nuestro matrimonio esta muriendo, desde hace dos años no eres el mismo, no se sí es por otra mujer o simplemente ya no me amas, hoy cumplimos un mes mas de casados, nuevamente lo olvidaste. Esto se esta muriendo.

Y no sólo nuestro matrimonio, yo estoy muriéndo literalmente también, me queda tan poco tiempo a tu lado Justin. No tengo miedo de morir, tengo miedo de dejarte solo. En el fondo muy en el fondo yo se que me necesitas aunque sea como la mujer que mantiene en orden tu casa. Esperó y el día de mañana quieras escucharme, escribiré en este diario... Hasta mi último día... O hasta que mis fuerzas sean las suficientes.

Con amor

-Emma

Querido Justin...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora