Querido Justin...

Doce

IMPORTANTE LEER LA NOTA DEL FINAL.

22 de diciembre del 2015

Querido Justin:
Desperté un poco más temprano, con tal de no verte, estaba muy avergonzada por lo de ayer.
Prepare tu desayuno rápido pero fijándome en cada detalle para que no me salieras con alguna queja.
Prepare café para ambos, era perfecto para el frío que hacía.
Bajaste por las escaleras calmado, hoy no se te hizo tarde.

-Te prepare café, sin azúcar como te gusta.- te acerque la taza con cuidado y la tomaste, la llevaste a tu boca y tomaste un sorbo.

-Esta perfecto el café Emma.- sonreiste un poco y seguiste tomando hasta dejar la taza vacía.

-¿No comerás el desayuno? se enfriará.- viste atentamente el plato y después tu reloj.

-Calientalo de nuevo y ponlo en un recipiente, lo comeré en la oficina.- te paraste de tu lugar y comenzaste a buscar tus cosas, hice lo que me pediste y después de unos minutos, tu desayuno estaba caliente de nuevo.

-Perfecto.- tomaste el recipiente y tus llaves, todo se cayó al suelo, camine hacia ti, tome tus llaves y el desayuno y te acompañé hasta tu auto.

-Antes se bajar del auto, acomoda todo ¿si?.- asentiste y encendiste el auto, me aparte unos centímetros del auto y este fue en reversa Hasta llegar a la calle, el auto desapareció, esperaba un "Gracias por ayudarme" pero era demasiado pedir.
Entre a la casa, limpie la cocina, hice mi rutina de cada mañana.
Estaba leyendo un libro y recordé la vergüenza de anoche, era digno de ser grabado y subirlo a internet.
Recordé tus reclamos y lo avergonzado que te sentías por mi culpa. El timbre sonó y me levante para abrir la puerta.

-Buenos días linda.- Ryan estaba bajo mi puerta sonriente con bolsas en las manos.

-Hola, pasa hace frío.- me hice a un lado y el entró en la casa.

-Me tome la libertad de comprarte el desayuno y el mío, y pedirte que desayunemos juntos ¿que dices?.- levantó una ceja y sonrió, su sonrisa era hermosa.

-Yo digo que eres bastante confiado con las personas.- le quite una de las bolsas y la puse sobre la mesa, eran sándwiches con pan tostado.

-Hice café hace rato, hay suficiente para los dos ¿quieres?.- me acerque a la cafetera y tome dos tazas.

-Con 7 de azúcar.- me sorprendió la cantidad de azúcar que pedía, lo contrario a ti, odiabas lo dulce.

Le di la taza y comenzamos a desayunar, el me escuchaba y yo a el, me hacia reír tanto, el era de ese tipo de personas que le gusta hacer reír a las personas, tal vez era su talento.

-Hablame de ti Ryan.- le pregunte.

-Pues, soy maestro de preparatoria, de matemáticas.- sonrió.

-Siempre fui pésima en matemáticas, las odio fueron mi tortura en secundaria.- el soltó una carcajada.

-Pero también llevó la contaduría de la empresa de mi papa sólo por un tiempo, C.P Butler.

Tal vez conocía a Justin, la empresa de Justin también era una casa productora.

-Cuentame algo que no sepa de ti Emma.- se levantó y recogió ambos platos ya vacíos y comenzó a lavarlos.

-Pues, me encanta bailar, cocinar, tejer, ver series de televisión, soy una persona bastante aburrida y ridícula.- recordé las palabras que tu me dijiste ayer.