Nueve

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19 de diciembre del 2015

Querido Justin:
Hoy pasaron muchas cosas, después de que te fuiste a tu trabajo como cada día, me sentía aburrida, sentía que si estaba un minuto más allí dentro me volvería loca. Así que tome un abrigo y salí, camine varias calles hasta llegar a un pequeño parque, habían de todo tipo de personas; madres apuradas llevando de la mano a sus hijos para ir a la escuela, ancianos caminando, vendedores, adolescentes. No se a que iba a ese lugar, simplemente quería distraerme. Camine a paso lento, el aire frío empezaba a entumecer mi rostro, decidí sentarme de una pequeña banca de color verde. Pensé en muchas cosas, en lo infeliz que he sido los últimos años, en como sería mi vida de no haberte conocido, en que comeria más tarde, en cosas verdaderamente absurdas.
Mi mirada estaba abajo, viendo mis pies y con una paloma pasaba frente a ellos. Mi estómago comenzó a reclamar comida, me levante de mi lugar y fui hacia donde un señor que vendía cupcakes calientes y café.
Le pague al hombre y al darme la vuelta mi cuerpo topo con el de alguien ocasionando que mi cupcake callera al suelo.

-Perdoname, no me di cuenta.- dijo aquella persona, me levante del suelo después de recoger mi cupcake, no se había ensuciado. Mi mirada se topo con la de aquel chico, tan familiar.

-No pasa nada, fue mi culpa.- sacudí mis rodillas y volvi a verlo.- Yo te conozco... Eres el chico del hospital.- el sonrió ampliamente como si también lo recordará.- ¿Me recuerdas? soy la tonta a la que la salvaste de caer al suelo.

El volvió a sonreír.

-Claro que te recuerdo, ¿como olvidar a alguien tan linda?.- sentí mis mejillas arder, hace muchísimo no me decían ese tipo de cosas.

-No digas esas cosas.- rei nerviosa, no estaba acostumbrada a este tipo de cosas.

-Es verdad, bastante linda sólo que no se tu nombre.- llevó sus manos a sus bolsillos.

-¿Para que quieres saber mi nombre?.- pregunte extrañada y curiosa.

-Para que mis amigos sepan el nombre de la chica de la que tanto les he platicado.- esto era demasiado extraño para mi.

-Me llamó Emma Santinni ¿y tu?.- le extendi mi mano.

-Ryan Butler.- estrecho mi mano.

-Y bien Ryan, ¿eres así con todas las chicas?.- bebí un poco del café caliente.

-No Emma, sólo contigo, en verdad eres hermosa.- un poco de café hizo que me atragantara, el era muy abierto, muy tierno.

-¿Quieres caminar?.- le pregunté.

-Me encantaría.- sonrió y comenzó a caminar derecho, caminamos en silencio unos cuantos minutos.
-Quiero conocerte Emma, hablame de ti.- me volteó a ver, era muchísimo más alto que yo.

-Tengo 30, estoy casada, vivo aquí cerca.- agacho su cabeza a mi segunda confesión.- ¿Y tu?

-Tambien tengo 30, no estoy casado, vivo en la ciudad pero no tan cerca de aquí.- resoplo y humo blanco salió de su boca.

-Si no vives cerca, ¿que hacer por aquí?.- lo mire confundida.

-Algo me decia que hoy me toparia de nuevo con la mujer más hermosa del mundo y es verdad, te volvi a ver.- no podía evitar sonrojarme ante lo que decia.

El resto de la mañana y tarde la pase con el, platicando, era en verdad muy divertido, mis costillas dolían de tanto que me hizo reír, y cada 5 minutos me decia que era hermosa. Hace mucho tiempo no pasaba un momento tan agradable.
Cada cosa que yo decía Ryan me escuchaba con atención. Me olvide completamente de la hora, eran las 7 de la tarde, tu llegarías pronto.

-Debo irme.- dije mientras me levantaba.- no quiero hacerlo pero mi esposo llegara a casa pronto.- el agacho su cabeza, eso lo hizo sentir mal.

-Entiendo, dejame llevarte Emma.- sonrió levemente, en verdad era guapo.

-Esta bien.- caminamos hacia su auto, al entrar encendió la calefacción. Durante el camino seguimos platicando sobre muchas cosas, yo lo escuchaba y el a mi.
Minutos después detuvo el auto frente a nuestra casa. No quería bajarme del auto, me olvide de mis problemas, me olvide de mi enfermedad, me olvide de ti al estar con Ryan. No quería atravesar la puerta y enfrentar mi realidad de nuevo. Pero tenía que hacerlo.

-Gracias por traerme Ryan, la pase muy bien contigo, hace mucho que no me divertía tanto con alguien.- el me miraba con atención.

-¿Puedo volver a verte? Se que estas casada pero, como amigos, disfrutó estar contigo.- tomó mi mano y sonrió.

-Solo como amigos Ryan.- le Sonreí, el tomo mi mano y la beso.
Salí del auto cubriendo mi rostro por el frío.

-Que descances hermosa.- me guiño un ojo.- me despedí con la mano y entre en la casa, el calor me recibió. Minutos después llegaste a casa con la misma cara de seriedad.

-¿Como te fue Justin?.- quitaste tu sacó y la corbata.

-Bien, gracias.- te acercaste a donde yo estaba, por un momento pensé que me besarías pero en realidad sólo fuiste por un vaso de agua.

-Justin hace mucho que no hablamos de nuestras cosas, ¿te gustaría contarme algo?.- me miraste un minuto no muy convencido.

-No quiero aburrirte con mis cosas Emma.- moviste tu cuello con brusquedad.

-¿Y no quieres que te cuente las mias?.- dije esas palabras con miedo.

-¿Que me podrías contar Emma? Lo que viste en la televisión, que cocinaste, si tejiste un suéter.- te reiste sarcásticamente.

Un nudo en mi garganta anunciaba mis ganas de llorar. No pude evitar compararte con Ryan. Tu eras así antes Justin.
He estado esforzándome por mejorar nuestro matrimonio pero no me ayudas, me dejas todo el peso a mi sola.

Cada vez me siento más cansada, más débil, más cerca de morir.
Fui a recostarme cansada, mire al suelo donde estaba mi abrigo tirado y de el salia un papel arrugado, estire mi brazo para alcanzarlo, con dificultad leí lo que decía.

Gracias por este día tan maravilloso linda, no preguntes como deje esto en tu abrigo, buenas noches preciosa.
-Ryan.

Sonrei inconscientemente, me recoste de nuevo, me cubri con las sábanas.
Es irónico como una persona que acabó de conocer me de las buenas noches que tu, mi esposo, el que duerme cada noche a mi lado.

Emma


Esperó y les guste el capítulo:')
Diganme que les parece el capítulo y sobre el personaje de Ryan*-* las quiero mucho:*
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