Delirando.

Capítulo 16: "Una cita de verdad"

-Hay payaso... Sólo mi hija es capaz de hacerte reaccionar de esa forma ¿Verdad? Un segundo... No le has contado lo que paso el día en el que te rescaté de las garras de Pingüino... Ni que tu sabías antes que nadie que ella era mi hija... ¿A que no?

En ese instante sentí como una daga me atravesaba mi corazón sintiendo su dolor con temor. Joker me miró con un dolor turgente y con muchísimo miedo, pero lo que sentía él no tenía comparación con lo que sentía yo. Tantos secretos ocultos, tanto amor que sentí, tanto misterio sin resolver y tan poca importancia que le dí... Cuando en realidad era lo más importante.

Riddler no dijo nada o bien por no estropear el momento o bien por ver sufrir a su propia hija su primer amor de verdad perdido.

Pero sin pensarlo, el dueño de mi corazón roto le pegó un puñetazo que lo dejo inconsciente al momento. Pero yo ya no prestaba atención y sentí como una gran negrura se quería apoderar de mi igual que cuando Jake me dijo que me quería...

Y me dejé llevar por su tan tranquila paz que necesitaba tanto...

Caí al suelo de sopetón y mis ojos se cerraron al momento.

Y soñé con un mundo en el que simplemente fuera feliz con Joker, sin nada que ocultarnos, solo queriéndonos.

Cuando al fin mis ojos entraron en razón y se abrieron no me pude imaginar el gran dolor y el gran amor que me iba a condenar con tan sólo ver ese rostro que tantas cosas me había hecho sentir y que tanto dolor me había hecho sufrir.

Una mano suya se acercó a mi mejilla tímidamente, pero apoyé mi rostro sin importarme nada. Joder, le quiero tanto...

-Has despertado...

Suspiró mientras sus labios se movían sin poder evitarlo.

La tensión era tan grande que se podía cortar con un cuchillo.

Mi padre ya no estaba presente, y menos mal, por que es un veneno más en nuestra especie de relación que va en picado al más profundo abismo.

Sus iris tan oscuros me transmitían una sensación de incomodidad, como si ya supiera que tenemos que hablar sin trabas, ni secretos ni misterios, solo verdad y sinceridad.

Harta de mirar sin decir nada, rompí el silencio de forma descorazonadora.

-¿Vas a explicarme algo interesante o te vas a quedar ahí callado sin decir nada?

Frunció el ceño y se quedó pensando en la nada durante un momento que me pareció una eternidad. Pero cuando al fin habla no dice lo que yo pensaba que diría.

-¿Te apetece que nos fuéramos a cenar en plan cita esta noche? Pero recuerda que si me dices que no vas a ir igualmente...

Sorprendida ante esa amenaza, le miré la boca desafiante pero con unas ganas irresistibles de besarla.

-¿Y por qué iría igualmente si digo que no?

Sonrío de forma tan seductora que me hizo recomponer el corazón de tal forma que latía como si hubiera corrido un maratón.

-Por que siempre consigo lo que quiero, y te quiero demasiado.

Se acercó a mi cara de forma descarada y me plantó un beso como si no hubiera pasado nada. Y se lo devolví como una tonta, pero una tonta completamente hechizada. Le cogí del cuello y sofoque mi frustración en ese beso devorador y prepotente, y él lo acepto y me dio más de lo que podía pedir.

Al acabar jadeamos y suspiramos en silencio todo lo que queríamos decir.

¿Con que una cita de verdad? Pues te vas a enterar cariño mío, no lo sabes tu cuanto.