Capítulo 4: "Declaraciones agresivas"

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¿Que tendrán los coches?

Tal vez sea por su reducido tamaño, o por el calor que estaba sintiendo por dentro, pero en ese instante sólo tenía ojos para él.

Por no añadir que yo sólo iba vestida con una bata de hospital tapándome tímidamente con su gabardina que, puedo parecer acosadora, además olía a él... ¿Y como huele él? Pues no sabría decírtelo ahora, pero era uno de esos olores que te volvían completamente loca.

Si, desde luego, quería que me besará en ese momento.

Y allí estaba, acercándose peligrosamente a mi, mientras se mordía ese labio que contenía todas sus sonrisas provocadores que me hacían estremecer. ¡Esto es vida!

Me abalancé como una loba y lo devoré completamente sobre mi boca. Adrenalina y amor, y más adrenalina incluida por cada curva que tomaba el coche podría definir ese beso jadeante y completamente perfecto. 

Noté sus manos tocándome cada curva de mi figura y puse las mías alrededor de la espalda para acercarlo más a mi. Su piel se dejaba entrever por los botones desabrochados de su camisa, una piel tan suave que dejaba sin aliento, y, sin pensarlo, le rompí el resto de botones que le quedaban.

Hasta que se paro el coche y la conductora salió de el.
-¡YA ESTOY HASTA LOS OVARIOS! ¡SI OS QUERÉIS RETOZAR OS VAIS A OTRA PARTE! ¡UN POCO MÁS DE EDUCACIÓN!.

La chica estalló en mitad de la calle y todo el mundo la miró: Unos conteniendo la risa, otros poniendo cara de circunstancias y algunos hasta se asustaron.

Separé mi boca de la suya y él me observó extrañado.

-¿Por que paras ahora? Con las ganas que tenía de tocarte...

Me reí por que me gustaba mucho cuando se ponía así, poniendo caras raras como si no llegará a comprender cuando lo sabe perfectamente. Vale, me gustaba mucho en general.

-¿Es que no la has oído?.

Me tocó los labios con un dedo, haciéndome sentirme sexy mientras me examinaba con esos ojos oscuros que me hacían retorcerme de emoción.

-Yo sólo tengo oídos para ti... Aparte, ¿Que más da? Te puedo llevar yo a donde quiero llevarte, sin necesidad de su ayuda, si la tengo aquí de chofer es por que... Bueno... Quería estar aquí detrás, contigo. Y no me preguntes para que por que lo sabes.- Me guiñó un ojo como si nada y empezó a acariciarme el pelo. Me mordí el labio sólo de sentir su dulce mano en mi cabeza.

-Pues dile que se marche, me llevas tu, y asunto resuelto. Y puedo ser tu copiloto.- Pestañeé de forma coqueta y él suspiró. Anda que también, contratar un chofer sólo para que nos enrollemos en la parte de atrás... Bueno, es romántico, pero innecesario.

Salió por la puerta trasera mientras me sonreía. Yo me quedé ahí sentada, escuchando como si fuera una cotilla.

-Selina, escucha, ya no hace fata que nos lleves.-Miré por el cristal y la vi fumando un pitillo mientras fruncía el ceño como si, con la mirada, pudiera matar a alguien. En cambio, Joker, que era él que estaba hablando, parecía la tranquilidad personificada.- Puedes irte si quieres, nosotros no tenemos problema, pero la próxima vez no montes estos numeritos por favor.

Tiró el cigarro indignada y le miró a los ojos con esas miradas que matan.

-Soy tu ayudante, y creo que no me merezco ver el espectáculo que has montado allí dentro, además,¿Para eso la quieres? ¿Para que te des un par de besos, un buen polvo, y adiós muy buenas? No creo que esa chica se lo merezca. Pero me voy, me voy por que yo no me rebajo ante nada.- Sus ojos azules como el hielo decían la verdad absoluta, y su pelo azabache se mecía con ella por cada palabra que decía. ¿Por que yo no podía ser una mujer como ella, tan guapa?

Él estaba muy enfadado después de aquellas palabras, así que la agarró fuerte de los hombros y dijo con la voz más terrorífica que había oído en mi vida.

-¡ELLA LO ES TODO PARA MÍ! ¡TODO! NO CONCIBO VIVIR EN UN MUNDO EN EL QUE NO ESTE ELLA, NI UNA VEZ, ALGO QUE TU NUNCA TENDRÁS... ¿SABES POR QUE? POR QUE PARA TI NADIE PUEDE LLEGAR A SER DIGNO DE TI... PUES YO LA QUIERO, Y VETE SI QUIERES, ME DA IGUAL TODO, POR QUE LA TENGO A ELLA... ¡¡¡LA QUIERO!!!.

Dios, mi mundo me daba vueltas. Yo ya sabía que sentía eso por mi, pero que lo hubiera dicho así, "LA QUIERO" en mitad de la calle hizo que me faltara la respiración... Me quería, a mi, la afortunada era yo. Me quería morir de felicidad, derretirme allí mismo, ahora todo me da igual. Sonaban campanas en mis oídos, mi estómago tenía dinosaurios en vez de mariposas, y puse una sonrisa tonta de adolescente.

Salí del coche, y observé que él ya la había soltado y se estaba yendo moviendo las caderas al compás de sus pasos. 

Me puse en el asiento del copiloto y él en el de conductor. Me examinaba con la mirada y una sonrisa de esas tontas que ponen los enamorados salió de sus labios.

-Que cara me llevas, pensé que ya lo sabías pero, ahora que me he declarado, creo que es el momento perfecto del día para dártelo.- Desde luego que tiene el carácter más voluble del mundo. Arrancó el coche y salió aquella cajita de la nada, como si hubiera hecho un truco de magia. Me la dio mientras me acariciaba los dedos y luego apretó el acelerador.- Ábrela, y cuando termines de pensar que significa, me lo dices.

Asentí completamente ansiosa de ver que hay. La abrí y me encontré con un sorpresa que desde luego no me esperaba.

Una llave, una llave que podía significar muchas cosas. Tenía una nota debajo de ella y reconocí su ortografía inmediatamente.

Saqué aquella notita en busca de respuestas. Y vaya si las encontré...

Bueno, aquí esta, el regalo decisivo para demostrarte que te necesito a mi lado.

Al principio te parecerá insignificante, pero claramente, lo que quiero decir

con esa llave es que quiero que vivas conmigo, quiero todos tus momentos

del día a mi lado y estar contigo en un para siempre lleno de esperanza.

Puede parecerte precipitado, pero sólo te digo que esperaré todo lo que

haga falta... Sólo se que nunca he querido algo más en la vida que estar

a tu lado.

Te quiero demasiado como para dejarte ir.

Madre mía, la que me espera...

Delirando. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora