¿Que tenía en su forma de andar que me hacía mirarle de ese modo? ¿Que tenía en sus palabras que hacía latir más fuerte mi corazón? Y aquellos ojos... ¿Que grandes equivocaciones me aguardan detrás de ellos?
Una gran verja de hierro oxidado aguardaba a aquella feria fría y hostil. No entiendo que hacía viviendo allí; ¿Era para ocultarse? ¿Por alguna herencia? ¿Vivía aquí algún familiar tal vez? Tantas preguntas sin respuesta...
Sacó una llave grande y antigua y, en gesto galante, la abrió para que pasara yo primero. Entré sin pensármelo dos veces, el riesgo de que nos pillara la policía era enorme.
Cerró detrás de mi y, por suerte para mi vista, se quitó aquella máscara tan fea y pude observar que no llevaba maquillaje; se podía ver aquel rostro celestial como en aquella fiesta tan mágica que me cambió la vida.
Y, claro, era tan fácil caer en aquella tentación y besarle...
"No, ni se te ocurra, aquel hombre te ha hecho daño", y, por mucho que yo no quiera, mi conciencia llevaba razón en ello.
Siguió andando mientras mis ojos se fijaban en las atracciones abandonadas de por allí.
Una montaña rusa destartalada, donde anteriormente los gritos de los niños la llenaban de felicidad infantil, las tazas de té en malas condiciones donde antiguos vómitos de padres pacientes les habría dado mala fama, y, delante de mí, vi un túnel dónde la boca de un payaso aguardaba la hora de nuestra entrada.
Cuando accedí a aquel conducto, no creí lo que mis ojos estaban viendo, el canal del agua me distanciaba de aquel paraíso.
Suaves luces de color rojo acentuaban cada detalle de la sala, con dulces velas aromatizadas por todas partes que me hacían recordar el cálido aroma del mar. Una cama con dulces sábanas de satén rojizo la adornaban de una forma estéticamente incitante, a su lado, una mesa de madera aguardaba con la decoración más bonita que había visto en mi vida: Las rosas presidían a cada esquina de la mesa y unos manteles pequeños de color rojo recogían los platos de espaguetis que tenían tan deliciosa pinta que se me hacía la boca agua. Lo más gracioso de todo es que aquella atracción aún conservaba las figuras de payasos de todos los tipos y me resultaba más acogedor... "Eres más rara que un perro verde"; ya esta la conciencia molestándome otra vez, un día de estos la mandaré a la mierda.
Me subió a una barca pequeña de madera que balanceaba al ritmo del agua que la mecía como la cuna de un bebé; él empezó a remar suavemente y yo me dejé llevar cerrando los ojos al destino.
Cuando llegamos al fin a ese lugar de cuento de hadas, él se fue rápidamente a por mí y me ofreció su mano que yo acepté idiotizada con todo el panorama que nos aguardaba.
Llegué a la superficie con las emociones hechas un lío; por un lado estaba lo que pensaba mi lado más cuerdo y por otra lo que realmente quería, pero siempre he sabido que yo no soy una persona con dos dedos de frente cuando estoy con él.
Por un momento, me sentí humillada al ver que la ropa que llevaba no hacía justicia con aquel lugar celestial. La ropa de los presos era demasiada fealdad para aquel lugar.
"¿Y que más da que ropa llevas puesta? ¡¿No ves que lo que pretende es quitártela?!" Presté atención a lo que dijo mi conciencia y observé que la habitación era precisamente para...
¡Para hacer el amor!
¡Tierra por favor! ¿A que esperas para tragarme? No sé como va a terminar la cosa, pero desde luego que no de esa forma. Hace ya un tiempo que yo no... Bueno, no hago esas cosas, pero hoy no va a ser esa noche para comenzar a hacerlas.
-Clarisa, ¿Te importaría sentarte conmigo?.- Su voz juraría que era más aguda de lo normal... Eso significa... ¡Que esta nervioso! ¡Yo lo pongo nervioso!
Con la mayor sensualidad que pude, deslicé las piernas hasta llegar a la silla y me senté con mucho cuidado.
Él movió ligeramente la muñeca y me sirvió una copa de vino tinto; podía ver la concentración que le dedicaba en su rostro que ya no llevaba pintura y que ahora mechones de pelo negro se alborotaban a su alrededor.
Casi sin quererlo, me mordí el labio. Y él me vio, por supuesto que él me vio, y me exhibió una sonrisa impecable.
-Esta noche te voy a decir lo que nunca le he dicho a nadie, lo que siempre me he callado por que no tenía a nadie a quién contárselo, nadie que me haya querido... Por eso necesito que tengas la mente abierta y escuches muy atentamente lo que te voy a decir ¿Entendido?.- La claridad de sus palabras me hicieron temblar y solamente asentí.
-Antes de empezar, quiero decirte que eres la persona más importante en mi vida. Puede que pienses que esto va demasiado rápido, pero es que yo no voy a ser una persona normal que se toma las cosas con tiempo, malgastando su vida sin ton ni son... No, yo no voy a engañarte otra vez, y necesito que comprendas que si tu también me amas tanto como yo a ti, vas a tener que soportar mucho. Clary, no quiero que me hagas feliz por compasión, si no por que realmente sientes algo por mí. Así que... Tu... Tu decides pues... ¿Quieres estar... Conmigo?.- La temblorosa pregunta le acarició los labios suavemente y me dio tiempo para pensar.
¿Realmente querría estar con una persona que a sus espaldas lleva un montón de cargos criminales? ¿Querría estar con una persona que es capaz de engañar a quién sea sólo para cumplir su objetivo? ¿Realmente quiero estar esperando horas y horas en casa a mi novio y pensar que podría estar muerto en cualquier momento? ¿De verdad sería capaz?
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Delirando.
Fiksi PenggemarHISTORIA TERMINADA. (2ª entrega de la saga "Me vuelves loca Joker") Clarisa tiene demasiadas dudas, se debate entre lo que debe hacer y lo que quiere hacer. Tras enamorarse locamente del Joker, sabe que será complicado estar con él... Pero Jake no...